No lo neguemos. La gran mayoría de nosotros se ha creído, o, como mínimo, ha puesto en duda, que una nueva iniciativa llamada Paseadores de niños se ofrecía a pasear grupos de hasta siete niños, atados con arneses y como si fueran perros. Leído así, suena a una broma propia del día de los Santos Inocentes, pero la realidad es que apenas acaba de empezar la primavera y que, sí, las redes sociales, una meditada estrategia de comunicación elaborada por Multiópticas y la ayuda de unas cuantas influencers lo han vuelto a hacer: nos han tomado el pelo.
☀️Paseadores de Niños☀️
— Paseadores de Niños (@paseadoresninos) March 15, 2024
¡El primero servicio para sacar a los niños a la callo miedo ti! 👧🏽👦🏼Escríbenos para contratar a uno de nuestros #paseadores 📩#niños #airelibre #callo #mamás #papás pic.twitter.com/ox7crnozql
Así lo demuestran las redes sociales donde, durante el pasado fin de semana, miles de publicaciones criticaron severamente Paseadores de niños, una iniciativa que falsamente se ofrecía a acudir a los domicilios de las ciudades de Barcelona, Madrid y Valencia para recoger y pasear niños, ya que 'ser padre no es nada fácil'. El servicio, que, por cierto, más de una persona y más de dos han confesado públicamente que lo utilizarían, no es real y forma parte de una campaña en clave humorística de Multiópticas que tiene como objetivo fomentar la actividad al aire libre para evitar que más niños y niñas se unan a la Generación Borrosa.
Paseadores de niños se presentó el pasado lunes 11 de marzo en las redes sociales y en su página web -sí, tiene una propia-. Para asegurar el ruido mediático, la autora de la campaña -y del alboroto-, contó con la colaboración de influencers, entre las que destacan la catalana Laura Escanes y la atleta Ana Peleteiro, quienes, compinchadas con la compañía óptica, hicieron de altavoz en sus perfiles de Instagram. No fue hasta una semana después, el lunes 18 de marzo, después del caos generado en redes -y de comprobar que realmente hay padres dispuestos a pagar paseadores para sus hijos- cuando Paseadores de niños, Multiópticas y las influencers que formaban parte de la campaña anunciaron dos hechos: que Paseadores de niños no es un servicio real, y que la falta de tiempo al aire libre sí lo es."
'Paseadores de niños' forma parte de una campaña en clave humorística de Multiópticas
Pero es que no es la primera vez que Multiópticas lleva a cabo una campaña de este estilo. Si bien el foco de la polémica hace unos días era un servicio para pasear niños, hace unos años lo fue la Cuna SP, una cuna equipada con cuatro pantallas integradas que monitorean la actividad del bebé. Entonces, la firma volvía a utilizar la ironía para criticar el prematuro acceso de los más pequeños a las pantallas, así como su uso irresponsable. En la misma línea, ahora lo hace mediante un estudio que señala que en España hay niños que solo salen a la calle 35 minutos al día, una reducida cifra que se relaciona directamente con la miopía infantil.
El estudio, que destaca que las mascotas, en promedio, salen a la calle el doble de tiempo, vaticina que uno de cada dos niños tendrá miopía en el futuro debido a la sobreexposición a las pantallas y a un estilo de vida sedentario. De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ya denomina este defecto visual como "la pandemia silenciosa del siglo XXI" y apunta que para 2050 el 50% de la población será miope.
Cuando las pantallas sustituyen la actividad física
"Cada vez hay un ocio que pasa más pronto por la pantalla", explica a VIA Empresa Aleix Hildebrandt, psicólogo general sanitario y director del centro de psicología Psigma 2. "Hay una falta de actividad física sustancial, si miramos los datos que se desprenden de diversas encuestas realizadas en los institutos, vemos que hay porcentajes muy elevados de adicción a las pantallas", añade el experto, quien detalla que uno de cada diez jóvenes cumple criterios de adicción. Las redes sociales y los videojuegos son los principales impulsores de estas estadísticas y del aislamiento social que conlleva: "Este aislamiento provoca que muchos chicos y chicas eviten conversaciones difíciles de manera verbal, porque lo hacen de manera digital, les cuesta afrontar una conversación real", subraya Hildebrandt.
Con este panorama frente a nosotros, se ha acentuado un debate casi tan antiguo como las propias pantallas: el acceso de los jóvenes a estos dispositivos. "Siempre se recomienda que hasta los tres años no haya ninguna pantalla, el niño no la necesita", asegura Hildebrandt, quien señala que de los tres a los doce años la introducción debe ser "progresiva" y que, por debajo de esta edad, no hay ninguna necesidad de sostener una pantalla diariamente. "Los niños y niñas deben explorar el mundo, y el mecanismo de exploración es el juego, pero un juego físico, con los elementos tangibles que lo rodean", apunta el psicólogo, quien advierte del riesgo de no experimentar esta exploración: "La problemática no es qué está haciendo el niño con la pantalla, que también, sino más bien qué es todo aquello que deja de hacer".