Casi 1.400 millones de dólares. Esta es la cantidad que acumulan los 10 deportistas mejores pagados actualmente en el mundo, según la prestigiosa lista de Forbes. Una cifra a la cual nunca se había acercado este sector, y que ha sido posible gracias a varios factores. Uno de ellos es el efecto burbuja del deporte: independientemente de fútbol, baloncesto o tenis, la escalada de salarios y de precios que se pagan por traspasos ha ido en aumento desde principios de siglo. Sin embargo, ahora ha tocado techo debido a un segundo factor: los petrodólares. Emiratos Árabes, Qatar y Arabia Saudí han acabado de explotar una tendencia que antes parecía insostenible.
De la lista, el deporte rey es indudablemente el fútbol, con cinco representantes. Hay que remontarse a finales del año 2022. Apenas antes de jugarse un Mundial de fútbol por primera vez en invierno y por primera vez en Oriente Medio (Qatar), el mercado de traspasos estallaba: Cristiano Ronaldo acababa de aceptar una oferta del Al-Nassr, un equipo de la liga saudí. El portugués firmó un contrato que le reportaría 200 millones de dólares por temporada. Una cifra nunca vista en cualquier deporte. "Quiero cambiar la forma en que la gente mira el fútbol de Arabia Saudí y la mentalidad en las nuevas generaciones", aseguró el delantero portugués en su presentación. Aquel acuerdo le convirtió en el deportista mejor pagado del planeta, según Forbes. Además de los 200 millones de euros que percibe anualmente, se le tienen que sumar otros 60 millones que genera por publicidad y que también se queda él.
El movimiento de Cristiano Ronaldo tuvo más implicaciones. Sólo seis meses después, en verano del 2023, se produjo un éxodo de futbolistas prestigiosos en Europa. Hasta aquel momento, los grandes jugadores solo abandonaban las ligas europeas cuando se encontraban en la recta final de su carrera. Ahora, ver a un icono como Ronaldo en el mercado asiático había cambiado las reglas del juego. Los petrodólares podían discutir el monopolio europeo. Algunos de los movimientos más destacados fueron los del brasileño Neymar Junior y el francés Karim Benzema, que ficharon por el Al-Hilal y el Al-Ittihad, también equipos de Arabia Saudí. Además, el punta francés había ganado medio año antes el Balón de Oro, trofeo que le acreditaba como el mejor jugador del mundo la temporada 2022-23.
Benzema firmó un contrato de 100 millones de euros por temporada, más del triple de lo que cobraba en el Real Madrid. A esta retribución se le tienen que sumar otros seis millones que el delantero generaba por publicidad. En total, 106 millones de dólares. Una cantidad que le colocaba directamente como el octavo deportista mejor pagado en el mundo. Por su parte, Neymar se unió al Al-Hilal a razón de 80 millones de dólares por temporada, a los cuales se le tienen que sumar otros 28 por ingresos de marketing. En total, 108 millones de dólares que le situaban en séptima posición, un peldaño por delante Benzema.
Todavía fuera de Europa, pero en la otra esquina del planeta, Leo Messi cerró su último gran contrato después de ganar la Copa del Mundo. Según varios medios, el argentino rechazó una oferta de Arabia Saudí que incluso le hubiera permitido superar el contrato de Ronaldo. Aun así, firmó con el Inter de Miami por 65 millones de dólares, un contrato más provechoso que el que tenía meses antes en Europa. Unido a los 70 millones de ingresos por publicidad, el delantero logró la cifra de 135 millones. El tercer deportista mejor pagado del mundo.
Kylian Mbappé es el único jugador en Europa que cobra cifras próximas a los 100 millones de dólares, pero lo hace en el PSG, equipo de propiedad catarí
En Europa, sólo quedaba un jugador que pudiera moverse en estas cifras: Kylian Mbappé. El extremo del París Saint-Germain protagonizó una de las sagas más dramáticas de la historia reciente del fútbol que le permitió conseguir un contrato récord en el viejo continente: 90 millones de dólares por curso. Sin embargo, hay que decir que el PSG es un club propiedad del estado catarí. Nuevamente, pues, el origen del dinero era Oriente Medio. En total, gracias a unos 20 millones adicionales que Mbappé generó por derechos de imagen, el francés sale sexto en la lista de Forbes (110 millones de dólares) y fue el futbolista que más cobró en Europa.
Jon Rahm, otro caso de sportswashing?
Si en el fútbol el fichaje de Cristiano Ronaldo cambió el paradigma del mercado de traspasos, en el caso del golf sucedió algo similar con Jon Rahm. El golfista español fue el primer gran nombre del circuito PGA que decidió abandonar la élite y unirse a LIV Golf, una competición impulsada por fondos procedentes de Arabia Saudí. El precio fue desorbitado: 350 millones de dólares, la mitad de los cuales recibió por avanzado. En total, 198 millones de ingresos deportivos y 20 más de publicidad que le convirtieron en el segundo deportista mejor pagado del mundo, con un total de 218 millones de dólares.
El blanqueamiento deportivo consiste en utilizar un producto tan popular y querido como son los deportes para mejorar la reputación y las relaciones comerciales de un país
Movimientos como los de Ronaldo o Rahm, entre otros, se encuentran fuera de los precios de mercado. Son tan llamativos que muchos expertos en economía, deportes o geopolítica no han dudado en señalarlos como casos de blanqueamiento deportivo, lo que en inglés se conoce como sportswashing. Esta práctica consiste en utilizar un producto tan popular y querido como son los deportes para mejorar la reputación y las relaciones comerciales de un país. Se aplica en los estados de Emiratos Árabes, Qatar y Arabia Saudí, especialmente, puesto que son estos países los que han empezado a organizar grandes eventos deportivos de toda clase y a comprar de una forma u otra a los referentes de cada deporte. Más allá de los casos expuestos, hay más: la Fórmula 1, por ejemplo, cada vez tiene más Grandes Premios y publicidad de estos países; en el caso del ciclismo, ya se ha hablado de una Superlliga; la UFC también ha disputado eventos allí (de hecho, durante la pandemia continuaron con su programación en una isla de Abu Dhabi).
Estados Unidos, el rival a batir
Aun así, si el objetivo de Oriente Medio es dominar el mundo de los deportes, todavía hay mucho terreno a conquistar. La mayoría de los grandes eventos y deportistas mundiales continúan siendo de procedencia norteamericana. De hecho, Estados Unidos es todavía el país que más representación tiene en la lista de Forbes. Más allá de Leo Messi, que juega en la liga de fútbol estadounidense, quedan cuatro integrantes más en la lista. Tres de ellos juegan en la NBA y otro en la NFL, las principales competiciones de baloncesto y de fútbol americano del mundo.
En baloncesto, LeBron James encabeza la lista de salarios. El jugador de Los Angeles Lakers se embolsa 48,2 millones de dólares por temporada que, sumados a los 80 millones que acumula cada año por publicidad, le coloca en la cuarta posición de la lista, con un total de 128 millones. Lo sigue de cerca Giannis Antetokoumpo, jugador de los Milwaukee Bucks, que cobra 46 millones de dólares por curso a los cuales le tenemos que sumar 65 millones más de marketing. En total, 111 millones que hacen que el griego cierre el top 5 de la prestigiosa lista. Finalmente, Stephen Curry aparece en la novena posición con un total de 102 millones de dólares que se distribuyen de la siguiente manera: 52 millones de los Golden State Warriors y 50 por derechos de imagen.
Curiosamente, sólo hay un deportista de la NFL, la liga de moda de cualquier deporte en Estados Unidos. Se trata de Lamar Jackson, que genera 98,5 millones de dólares sólo por su actividad deportiva en los Baltimore Ravens. Aun así, según este estudio, solo generó 2 millones más por publicidad, a diferencia de las otras grandes estrellas que integran esta lista.