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¿Qué podemos hacer para paliar la inflación?

Según un informe de Adecco Group Institute, la ciudadanía ha perdido, cada mes, cuatro euros de poder adquisitivo

 La subida de los precios de consumo se ha llevado aproximadamente la mitad del aumento salarial | iStock
La subida de los precios de consumo se ha llevado aproximadamente la mitad del aumento salarial | iStock
Quie Martín
Economista
Barcelona
13 de Julio de 2022
Act. 19 de Julio de 2022

Según el informe elaborado por Adecco, el salario medio en España es de 1.751 euros mensuales, un 6,6% más alto que el del año anterior, y máximo histórico. Este hecho, avisan, debe analizarse con cautela. En 2020, con la pandemia y el confinamiento domiciliario, llegó a haber más de tres millones de asalariados en situación de ERTO que se consideraban “ocupadas”, aunque en rigor el “salario” que percibían (que es, normalmente, el 70% de su sueldo bruto) era una prestación por desempleo. Así, el efecto ERTO es el que explica los atípicos movimientos de 2020 y 2021.

 

Sin embargo, esta subida al salario medio no es real. Para ver el verdadero valor del salario, es necesario descontar la variación de los precios al consumo. Tal como menciona el estudio, en el período 2017-2019, se produjeron subidas moderadas y, en 2020 hubo un ligero retroceso que dio paso a un incremento creciente a lo largo de 2021, que continúa también en 2022.

La subida de los precios al consumo se llevó en torno a la mitad del aumento salarial

Así, en 2020 se produjo una suave pérdida de poder de compra de los salarios y una recuperación en 2021 (condicionada de nuevo por el efecto de la desvirtuada subida salarial). Concretamente, en 2021, el salario medio ganó un 3,4% de capacidad de compra. Es decir, la subida de los precios al consumo se llevó en torno a la mitad del aumento salarial. Sin embargo, no fue suficiente para evitar que, en los últimos cinco años, se acumulara una caída en el poder adquisitivo de la remuneración media de un 0,2%. Este recorte equivale a una pérdida de cuatro euros por mes, o 48 euros por año, en comparación con el 2016. Si miramos a más largo plazo, el resultado es aún peor: la capacidad de compra del salario medio de 2021 fue, por ejemplo, un 3,1% menor que la de 2008.

 

Diferencias

Como cualquier cosa que podamos imaginar, los cambios en el salario no afectan a todo el mundo igual. El informe del grupo Adecco constata que el 10% de asalariados que cobra menos tiene una remuneración media de 556 euros por mes, mientras que el 10% con salarios más altos percibe una media de 5.001 euros mensuales, es decir, 9 veces los menores salarios. Aunque pudiera parecer esta elevada relación, es la segunda más baja desde 2010. La máxima disparidad se logró en 2015, con una relación de 11,4 veces entre los salarios mayores y más bajos.

Además, las diferencias son también notables en función del tamaño de cada empresa, sector y actividad. El salario medio ha perdido capacidad de compra en las empresas medianas y en las grandes, pero lo ganó a las más pequeñas. En cuanto a sectores, el salario medio ganó poder de compra en los tres grandes sectores económicos. Por actividades empresariales, las inmobiliarias ganaron un 9,8% y las compañías de información y comunicaciones un 5,7%, mientras la hostelería perdió un 17,8% y el transporte y almacenamiento un 5,7% .

Las diferencias también son notables en función del tamaño de cada empresa, sector y actividad

Por supuesto, también existen diferencias evidentes entre comunidades autónomas. Los salarios medios de la Comunidad de Madrid y País Vasco (2.077 y 2.051 euros, respectivamente) son los más altos y superan en 5.400 euros anuales, o más, la remuneración media de otras nueve autonomías, donde destacan Extremadura (1.418 euros/mes ) y Canarias (1.416 euros), que lleva dos años siendo la región con menor salario medio. Sin embargo, ha sido en Galicia donde el incremento ha estado más marcado (+4,4%), con una amplia diferencia sobre el resto. Navarra y Cataluña alcanzaron revalorizaciones cercanas al 1%. En la otra cara de la moneda, hay tres regiones que registraron una pérdida acumulada de al menos el 3%: Canarias (-5,9%), Cantabria (-3,9%) y La Rioja (-3 %).

¿Qué podemos hacer?

Según Pau Cortadas Guasch, profesor de Economía y Empresa de la UOC, “el mayor problema de la inflación actual es, por un lado, que ha sido causado por factores externos al mismo funcionamiento de la economía y, de otra, que la situación de incertidumbre actual hace que medidas contractivas que podrían ayudar a controlar la inflación no sean efectivas, sino incluso peligrosas”

Para él, “el lockdown vivido y la posterior recuperación con bastante fuerza hizo que la gente se lanzara a consumir. Por la parte de la oferta, factores como la falta de aprovisionamientos hace que no se pueda producir tanto como se quiera y, por tanto, que aumenten los precios para compensar esta menor cantidad ofertada.”

De esta forma, tanto la inflación como la subida del IPC "generan tres grandes problemas: la depreciación del ahorro no remunerado, la pérdida de poder adquisitivo e incertidumbre". "Probablemente, los dos últimos son los que se noten a más corto plazo. Está claro que si no existe una actualización de los salarios en relación con el IPC, la subida de precios hace que haya pérdida de poder adquisitivo" explica. "Por otra parte, existe la depreciación del ahorro, tener nuestro dinero sin invertir cuando la inflación es positiva hace que éste pierda valor por el simple hecho del paso del tiempo” añade.

Cortadas: “Cuando la inflación afecta a la cadena de producción ya las materias primas, ésta afecta a la economía de una manera más global y repercute al consumidor final”

Sin embargo, advierte: “Cuando, además, la inflación afecta a la cadena de producción y a las materias primas, ésta afecta a la economía de una manera más global y repercutirá al consumidor final de forma generalizada. Es diferente una inflación desbocada en el precio de la energía que en los precios de los restaurantes, ya que la energía es un bien de primera necesidad”.

Sobre las medidas a aplicar, explica que “la respuesta del Banco Central Europeo y de los gobiernos en general fue de carácter expansivo. Estas medidas son buenas para ayudar a salir de la crisis, pero tienen el hándicap de ser generadoras de inflación”. Así, “el problema es saber en qué momento estamos. Hay muchas señales que nos dicen que no hemos salido del todo de los peligros de una recesión y, por tanto, cambiar estas políticas monetarias expansivas por unas restrictivas podrían frenar la reactivación “de una economía todavía débil y provocar que cayera definitivamente”.

Respecto a las diferencias existentes en nuestra sociedad, tanto a escala individual como en los sectores o las diferentes actividades, el profesor Cortadas considera que “una inflación como la actual suele afectar a todos, ricos y pobres, pero está claro que los márgenes que tienen unos u otros son distintos”. Por eso, las medidas del Estado deben ir encaminadas a reducir el coste de los bienes básicos y evitar situaciones límites. "Hay que atacar el problema de raíz: el coste de la energía y las materias primas que tienen efectos expansivos en los precios de todos estos productos."