Port de Barcelona, la infraestructura económica de Catalunya

Los retos de futuro de un activo capital para la transformación e internacionalización del país, que ha sufrido la crisis de suministros y contenedores

Lo Port de Barcelona ha acontecido un núcleo del ecosistema productivo catalán en todos los aspectos de su economía | iStock Lo Port de Barcelona ha acontecido un núcleo del ecosistema productivo catalán en todos los aspectos de su economía | iStock

El 90% del café que se vende en España entra por el Port de Barcelona. Ubicado en un territorio estratégico, el puerto se posiciona, especialmente, como la infraestructura económica más importante para captar mercancías con origen y destino en Asia y el Norte de África. Ponemos el foco en un motor económico de país, una verdadera estructura de estado, y que mueve la economía especialmente de la región metropolitana de Barcelona, pero también del resto de Catalunya y parte de España. Una infraestructura conectada en el mundo, un hub logístico de referencia en el sur de Europa. En el siglo XXI, tener un buen puerto significa tener buenas oportunidades tanto para la exportación como para la importación.

¿Cuál es su impacto?

El Port de Barcelona, como cluster logístico, aporta alrededor de un 5,7% del PIB y el 5,5% de la ocupación en Catalunya. Un territorio donde se ubican más de 500 empresas y 40.000 trabajadores, el mismo número de habitantes que viven en municipios como Igualada, Vilafranca del Penedès o Blanes. Todo este espacio lo conforma una comunidad logística-portuaria que tiene un impacto directo, indirecto e inducido en más de un cuarto de millón de puestos de trabajo.

Los puertos más importantes del mundo estan en continente asiático. El primero es Shanghai, en China, opera alrededor de 100 millones de toneladas. Lo sigue Singapur, por su capacidad de carga y descarga, cada día unos 300 barcos operan en este puerto. Rotterdam (Países Bajos), Hamburgo (Alemania) y Amberes  (Bélgica) son los principales puertos comerciales en Europa, seguidos de Valencia , Algeciras y Barcelona, los cuales son referentes a la Mediterránea.

Hoy, el Port de Barcelona es un punto de entrada y salida de unos 4,5 millones de pasajeros, cada año pasan más de 16 millones de personas entre ciudadanos, turistas y trabajadores, según datos extraídos del mismo IV Plan Estratégico del Puerto 2021-2025. Opera el 75% de las exportaciones de Catalunya y el 25% del resto de España. Este 2021 el tráfico de contenedores ha aumentado un 25% y la exportación ha crecido un 14%, cifras importantes en un escenario puesto pandemia. A pesar de estos datos, se aspira a mejorar su posición en los rankings mundiales, tanto en número de contenedores como en logística y cruceros.

Sus relaciones internacionales son también capitales. Tanto es así, que Barcelona se ha adherido hace poco tiempo en la Declaración de Ningbó, una plataforma internacional donde se comparten conocimientos y estrategias, apoyada por algunos de los primeros puertos y operadores portuarios del mundo, como Hunan, Rotterdam, Ambers, Hamburgo o Shanghai, entre otros; o las principales navieras como Maersk y Cosco.

El Port de Barcelona opera el 75% de las exportaciones de Catalunya y el 25% del resto de España

El Port de Barcelona es un espacio gigantesco formato por una parte marítima, industrial, comercial y pesquera. Todo comprendido en el tramo de costa entre la Barceloneta y la desembocadura del Llobregat. Uno de los espacios de mayor envergadura no solo de España, sino también del Mediterráneo, y que ha crecido gracias a la ampliación e inversión de la compañía china Hutchinson. Recientemente ha anunciado una inversión de 60 millones de euros más para ampliar su terminal de contenedores.

Su situación es excepcional, un triángulo virtuoso en una zona delimitada de la ciudad, donde conviven el Puerto, el aeropuerto y la zona de actividades logísticas, la llamada ZAL. Un total de 259 hectáreas ubicadas en los términos municipales de Barcelona y El Prat de Llobregat y donde conviven instituciones, empresas y operadores de referencia. Es, en definitiva, una ventaja competitiva sobre otras ciudades del mundo, tanto en términos de importación y exportación, y también como puerto de origen y de llegada de cruceros.

Calvet: "Queremos ser la tercera pista del aeropuerto, independientemente si se hace o no"

La distancia entre el Puerto y el aeropuerto es de poco más de diez kilómetros, un factor clave en tiempo, competitividad y conectividad. "Queremos ser la tercera pista del aeropuerto, independientemente si se hace o no", asegura Damià Calvet, el nuevo presidente del Puerto. Calvet tiene claro que el puerto físicamente no podrá crecer más, "en el futuro creceremos de forma sostenida, reordenaremos el Puerto de forma más eficiente tanto en términos ambientales cómo económicos, trasladando los cruceros al Muelle Adosado y potenciando la relación con la ciudad".

Calvet y la relación con Barcelona

El Puerto acontece un auténtico motor de y Catalunya del resto de España. "Movemos la economía, el 2022 iniciamos un nuevo ciclo inversor cuantificado en 1.500 millones de euros durante ocho años". Este es el objetivo que Damià Calvet se marca en su mandato.

Calvet, que sustituye la anterior presidenta Mercè Conesa, llega para desplegar el IV Plan Estratégico. Innovación-digitalización, sostenibilidad y convivencia entre el Puerto y la ciudad. Fue conseller de Territori i Sostenibilitat desde 2018 y hasta febrero de 2021. Su trayectoria lo avala como conocedor de esta infraestructura y de sus planes de futuro. Es un hombre de perfil ejecutivo, y entoma esta nueva responsabilidad con el objetivo de dejar huella. Hace pocos meses que está y ya conoce con concreción todos los proyectos. Se marca como reto mejorar la relación entre la institución y la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau. El Port quiere implicarse en hacer barrio y hacer ciudad. La celebración de la fiesta de Nadal al Moll de la Fusta ha sido un ejemplo.

El legado Cambra y Conesa

Damià Calvet recoge la herencia de tres años de Mercè Conesa (2018-21) y los siete años del presidente Sixte Cambra (2011-2018). Aquellos años relatan un periodo dulce para la institución. Se apuesta por la internacionalización y se aprueban muchos proyectos actualmente en ejecución o consolidados.

Calvet: "Movemos la economía, el 2022 iniciamos un nuevo ciclo inversor cuantificado en 1.500 millones de euros durante 8 años"

"Era todo un reto orientar el Port hacia la descarbonització y la innovación digital, no se había hecho nunca", asegura Conesa cuando resume su mandato. Crear el modelo Smart Ports, iniciar el proceso de electrificación de los muelles y conseguir el protocolo de los accesos definitivos son los principales proyectos de su mandato. Conesa habla orgullosa, puesto que todos ellos conformarán los ejes estructurales de la hoja de ruta actual, un plan que fue aprobado a finales de su mandato.

Convertirse en presidente de una institución como el Puerto no es ajeno a pactos políticos del gobierno de turno. El cambio de Conesa por Calvet es fruto del acuerdo del nuevo gobierno de ERC y Junts fruto de las elecciones del 14 de febrero de 2021. Aquel acuerdo implicaba un cambio de nombres en algunas instituciones o empresas públicas que controla el Govern. 

Sixte Cambra, por otro lado, es la persona que consigue que en siete años el Port haga "un salto de escala". Tuvo una relación muy estrechada con Artur Mas y era un hombre muy próximo a Convergencia. En sus palabras, el éxito del Port durante su mandato es "gracias a la importante inversión y la internacionalización de la economía de nuestro entorno". En aquellos años, el Port se consolida cómo un hub, un puerto hinterland que convive con una zona terrestre de influencia cómo es Barcelona y su región metropolitana y que genera actividad económica y progreso social. Es un momento en qué grandes navieras como MSC apuestan por Barcelona.

La economía azul 

Otro de los aspectos a destacar en el futuro es la relación que el Puerto quiere tener con la ciudad, después de las tensiones ocasionadas por los desencuentros con el ayuntamiento sobre la posible ubicación del museo Hermitage en sus terrenos.

Pero también la apuesta por la descarbonització, construir un modelo más sostenible y de emisiones cero tanto en el ámbito medioambiental como turístico, porque la ciudad no se ressenteixi serán retos a dar respuesta. Hay que adaptar la infraestructura a estos nuevos objetivos, promoviendo combustibles de transición como la generación de hidrógeno verde, el gas licuado y, a la vez, transformar unos servicios en vanguardia de las nuevas tecnologías.

"No podemos promover smart cities, hacer ciudades inteligentes sin promover puertos punteros en tecnología"

Smart Port es un ejemplo. "No podemos promover smart cities, hacer ciudades inteligentes sin promover puertos punteros en tecnología", reivindica Calvet. La digitalización y la innovación son dos instrumentos básicos para mejorar la competitividad, los servicios y promover un crecimiento sostenible.

El puerto es también el distrito tecnológico de la economía azul, que tiene cómo embrión el Pier 01, un hub integrado por 100 empresas y startups. La economía del medio marino no solo permite un crecimiento respetuoso con el medio ambiente, es también una palanca para crear nuevas oportunidades y puestos de trabajo.

En España, la economía azul genera 23.000 millones de euros de valor añadido bruto y cerca de 700.000 puestos de trabajo. La náutica acontece un sector económico importante, que genera trabajo de calidad. La Marina Barcelona 92 es referente en reparación de grandes barcos, trabajan cerca de un millar de personas. En definitiva, abrirse en la ciudad. El Puerto Viejo tiene una extensión de 70 hectáreas donde hoy convive la cultura, la formación en la restauración, la gastronomía, la actividad deportiva y náutica, el comercio y los negocios. Pronto sentiremos a hablar también de la remodelación de la Llotja del Peix, en el Moll del Rellotge. Un proyecto con una inversión de 8 millones de euros para los pescadores de la Barceloneta, un importante vínculo entre puerto y ciudad.

La gobernanza

Nada de todo ello será posible sin un liderazgo fuerte y con una gobernanza ágil y adaptada a los nuevos tiempos que ayude a hacer realidad estos proyectos. Lo Port de Barcelona está integrado al sistema portuario español, de titularidad estatal y que lo conforman 46 puertos de interés general, gestionados por diferentes autoridades portuarias.

Se echa de menos una gobernanza ágil en la tramitación de procedimientos del Puerto 

El presidente del Port de Barcelona es escogido a propuesta de la Generalitat, pero quien lo nombra finalmente es el gobierno del Estado, según la Ley de Puertos del Estado. Una gobernanza no fácil en que la comunidad portuaria también tiene cabida en el consejo de administración, así como también los presidentes de los consignataris, los agentes de aduanes, las empresas estibadores y un representante tanto del Ayuntamiento de Barcelona como del Prat de Llobregat. A pesar de que conviven diariamente, se echa de menos una agilidad en la tramitación de ciertos procedimientos. El tiempo es competitividad y a las instituciones también los toca ser más ágiles y rápidas.

La misión internacional

Su proyección internacional es también importante gracias a la tradición anual de organizar las misiones comerciales con otros puertos del mundo.

En noviembre se celebró el Port Summit Trade Mission Korea, un encuentro telemático debido a la pandemia que fomentó el intercambio comercial entre Europa y Àsia estableciendo acuerdos entre Barcelona y el puerto de Busan. El objetivo fue constituir una plataforma logística a la ZAL como hub de distribución para el sur de Europa y el norte de África, tanto para Corea cómo por los países del noreste asiático.

Si la pandemia no lo complica, el próximo año se recuperará la presencialidad viajando a Tailandia, ya lo tienen decidido. Este es uno de los diez países emergentes del sudest asiático donde se está promoviendo una gran zona de libre comercio.

Sostenibilidad y conectividad

El Port ha sufrido de forma importante los efectos reales de la pandemia y, en consecuencia, también ha sido víctima de la crisis de suministros y tráfico de contenedores. Poco a poco va recuperando su normalidad, así como también el tráfico de cruceristas que diariamente visitan la ciudad.

Este tipo de modelo turístico genera un impacto económico y ambiental en Barcelona, hoy son el 10% del total de turismo a la ciudad. Una realidad y un debate que sigue vigente. Por este motivo, el Port se prepara para recibir cruceros con energías alternativas, logrando en 2025 el 50% de los muelles electrificados para barcos contenedores y disponer una red de conexiones OPS (onshore power supply) que permitirá las naves que apaguen sus motores cuando se encuentran amarradas.

Sostenibilidad y conectividad son grandes retos de futuro. La ejecución de los accesos definitivos a la ampliación sur, son también un ejemplo. Si de verdad se concibe el Port como un verdadero motor económico de país, hará falta ponerlo allí donde toca e invertir los recursos necesarios. Un trabajo que ya corresponde a los nuevos responsables.

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