Será difícil, al menos en el corto plazo, ahogar el debate sobre si los cupos ayudan realmente al crecimiento femenino en las empresas. Pero si para algo han sido, y están siendo efectivos, es para que una generación entera dé al menos vueltas a su cabeza sobre cómo tratar de fomentar la igualdad de oportunidades.
Podemos argumentar que una futbolista no puede tener un rendimiento lineal (aunque sí constante) por los cambios fisiológicos que experimenta en su cuerpo en distintas fases del mes. Y sin embargo, el deporte femenino ofrece perspectivas que por falta de adaptación o de necesidad nunca ha podido alcanzar el masculino. Maneras de afrontar situaciones que exigen miradas diferentes. Y que influyen tanto en las relaciones sociales como en las formas de conducir un grupo de personas.
Hay una necesidad de confrontación de liderazgos de género que deberá estudiarse con el tiempo para analizar cómo ha influido en las empresas
Nunca buscarán las mismas soluciones un señor nacido durante el Baby Boom que fue educado en una sociedad donde todavía casarse suponía ser quien llevaba el dinero a casa que una mujer que ha criado hijos, administrado una casa y al mismo tiempo se ha forjado un camino laboral. Si bien es cierto que, en determinadas franjas de edad, sostienen algunas empleadas que el hecho de que sus jefas tuvieran que renunciar a su vida personal para alcanzar puestos de responsabilidad las ha insensibilizado ante las nuevas demandas laborales y personales derivadas de la conciliación, el teletrabajo o la simple querencia de buscar más tiempo libre por el hecho de tenerlo.
Hay, en cualquier caso, una necesidad de confrontación de liderazgos de género que deberá estudiarse con el tiempo para analizar cómo ha influido en las empresas. Porque, como dijo hace años en una entrevista la publicista Sam Júdez, hay algunos anuncios que son brillantes. Pero quizá hubieran sido diferentes (e igual de impactantes) si hubiera salido de una mente femenina.
Liderazgo femenino
Viene a término esta reflexión como consecuencia de la iniciativa de la Confederación Empresarial de la Comunitat Valenciana (CEV) de desarrollar el programa formativo Impulsando Directivas, enmarcado en el VII Pacto para el Empleo de la ciudad de Valencia.
Con él se busca acelerar el proceso de incorporación de mujeres en puestos directivos o de alta dirección, promoviendo su desarrollo profesional a través de un itinerario formativo especializado de carácter presencial. Además, busca establecer redes profesionales colaborativas y de apoyo con el fin de impulsar el poder transformador de las participantes en sus organizaciones.
Los retos a los que se enfrenta el mundo empresarial exigen nuevas visiones
Veinte son las plazas existentes para perfiles con un mínimo de tres años de experiencia laboral, quienes recibirán asesoramiento, formación y encuentros personalizados con referentes ya consolidadas de la región. Cabe recordar que, al margen de las personas que actúan como vocales, la Junta Directiva de la CEV está formada en su núcleo central por un total de 14 personas. Y, de ellas, únicamente tres son mujeres. A pesar de que muchas otras se han ido incorporando a la organización a lo largo del último lustro.
Por ello, de cara a la representación empresarial en un futuro cercano en la Comunitat Valenciana, y habida cuenta de fenómenos como la dificultad de retención de talento y la distancia sideral de conceptos con la Generación Zeta, será clave encontrar figuras reconocibles. Porque los retos a los que se enfrenta el mundo empresarial exigen nuevas visiones. Y, por el momento, las que se trasladan desde la patronal valenciana se acercan demasiado a un siglo XX que ya está extinto temporal y laboralmente.