Bolsas subiendo vs. economía menguando o el caso de los espectadores de los estadios de fútbol

Qué tiene que ver el fútbol con el PIB? Una crisis exógena al sistema económico

El Barça aporta el 1,46 % del PIB de Barcelona | iStock El Barça aporta el 1,46 % del PIB de Barcelona | iStock

En condiciones normales se habría jugado ya la 35a Jornada de la Liga de fútbol Santander 2019/2020. Dada la suspensión de la actividad por Covid-19 se han jugado sólo 27 jornadas, 18 de las cuales durante el año 2019 y 9 más durante el año 2020, y se han aplazado 8 en total. Cualquier estadística a posteriori de espectadores en los estadios de fútbol de Primera División (aproximadamente unos 270.000 por jornada) diría que desde el inicio de la liga 2019/2020 el número de espectadores que han ido a un estadio de fútbol ha caído un 23% respecto a la anterior liga, que en 2020 ha sufrido un descenso de un 67%, o que en el mes de abril ha bajado un 100%. Unos datos horribles... siempre que se saquen de contexto, claro está.

Muchos inversores no entienden que desde los mínimos bursátiles de mediados de marzo, y hasta el día 8 de mayo, el índice bursátil Eurostoxx-50 haya subido un 26,3% (de 2.300 a 2.908), o que el índice S&P500 haya subido un 33,8% (de 2.190 a 2.929). Cómo es esto posible, si el Fondo Monetario Internacional (FMI) acaba de decir, apenas en el mes de abril, que el PIB Mundial caerá un 3,0% en 2020? El FMI distingue además entre las economías avanzadas, que caerán un 6,1%, y las emergentes, que lo harán un 1,0%. Hay incluso quién habla de una disociación entre los mercados bursátiles y la economía real, o de un verdadero nuevo "conundrum".

"Nadie prevé que el interés futuro por el fútbol disminuya por una parada temporal. El futuro del fútbol está salvado!"

Todo el mundo puede entender que la trascendencia de la noticía de la bajada de espectadores en los estadios de fútbol es muy diferente según cuál sea la causa: No sería la misma si los espectadores hubieran dejado de ir a los partidos de fútbol porque hubieran experimentado una carencia repentina de interés por este deporte, por ejemplo. Lo que ha pasado, como es ya bastante conocido, es que los partidos se han cancelado obligatoriamente por Covid-19. La diferencia yace en la reanudación: Si fuera el primer caso, el fútbol lo tendría claro, puesto que los espectadores no volverían nunca más a los estadios, mientras que si fuera lo segundo, como es el caso, nadie prevé que el interés futuro por el fútbol disminuya por una parada temporal. El futuro del fútbol está salvado!

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Algo muy similar pasa con las cifras del PIB. Si las caídas del PIB hubieran sido espontáneas, fruto de una implosión de la propia economía, de una eclosión de una burbuja previa, como por ejemplo la tecnológica en 2000 o la inmobiliaria en 2009, estos datos tendrían una gran trascendencia. Ahora bien, no es que la economía se haya parado, sino que ha sido parada por decreto. No se trata de una crisis endógena, sino exógena al sistema económico. Alguien pretende que la economía crezca con las personas confinadas obligatoriamente en su casa? La clave yace igualmente en la reanudación económica. Si el tejido social y empresarial se mantiene casi intacto, como parece, debido a la escasa temporalidad de la enfermedad y a la disponibilidad de financiación transitoria, el futuro de la economía estará igualmente salvaguardado. Este es el caso de China, donde la recuperación económica post Covid-19 está siendo mucho más rápida de lo que se podía prever en pleno confinamiento; este es el escenario que prevé el FMI para el conjunto del mundo; y esta es la actitud que están tomando las empresas cotizadas, que no es otra que focalizarse en 2020 en el balance para pasar a centrarse el 2021 en los resultados, es decir considerar el 2020 como un año perdido, que sencillamente hay que dejar pasar.

"No teme el mercado un segundo rebrote en otoño? No es que el mercado bursátil no sepa que esto es una posibilidad... Pero, el impacto social difícilmente sería el que hemos visto"

En cuanto a la enfermedad sabemos que ha causado la muerte, hasta ahora, de 300.000 personas en todo el mundo, según los registros oficiales. Sin duda se trata de mucha, demasiada gente, y especialmente insufrible e inexplicable en el caso de los colectivos de riesgo. Ahora bien, de momento es inferior a las 450.000 personas que se mueren cada año de gripe en el mundo, y por supuesto está muy lejos de los más de 40 millones de personas que murieron en la última gran pandemia de 1918. Por supuesto, el confinamiento general habrá hecho disminuir el número de muertos, sin duda. Aún así, estaría muy bien, y de hecho es ineludible, que se hicieran los estudios científicos correspondientes para estimar correctamente los parámetros de la epidemia, desconocidos a día de hoy dado que no se conoce ni siquiera el número real de infectados, para ponerle números a la eficacia real del confinamiento general. En cualquier caso, el patrón que la enfermedad ha tenido en los diferentes países por dónde ha pasado, y el confinamiento ha sido diferente en muchos de ellos, es el de una duración entre el inicio y el final de las curvas de hospitalizados y de muertos, de poco más de un par de meses.

Més info: El Covid-19, los mercados y las Brujas de Salem

No teme pues el mercado un segundo rebrote de la enfermedad en otoño, cuando vuelva el frío? No es que el mercado bursátil no sepa que esto es una posibilidad. Lo que pasa es que el impacto social difícilmente sería el que hemos visto. Por un lado, a los servicios médicos les cogería preparados en cuanto a los tests y al equipamiento, lo que ha resultado ser muy relevante (Corea del Sur, Alemania, etc); por otro lado se van conociendo tratamientos eficaces contra la enfermedad (Remdesivir, anticoagulantes, ...) y llegarán más; igualmente la vacuna, a pesar de que no estará acabada podría estar en una fase muy avanzada; y finalmente si se llegan a estimar correctamente los parámetros de la pandemia, sin duda se conocerá mucho mejor como actuar socialmente en la misma.

"Cualquier comparativa del coronavirus con el choque económico de las guerras mundiales es un gran disparate"

La situación actual no resiste ninguna comparativa, epidemiològicament hablando, con 1918, la pandemia que mataba "a los valientes", según la terminología de la época, y no digamos ya por el número de bajas; no se asemeja para nada tampoco con crisis de naturaleza económica, endógena, como las de los años 2000 o 2009; y por supuesto, cualquier comparativa con el choque económico de las guerras mundiales, es un gran disparate, por mucho que se haya empleado una numerosa terminología bélica en este asunto.

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