Las cuentas del Barça: la constatación de la tragedia

Ya no se hablará de fichajes, sino de deuda, el préstamo de Goldman Sachs o el Caso Neymar

El presidente del FC Barcelona, Josep Maria Bartomeu, en una imagen de archivo | Europa Press El presidente del FC Barcelona, Josep Maria Bartomeu, en una imagen de archivo | Europa Press

Esta semana hemos tenido acceso, por fin, al cierre contable del FC Barcelona para la temporada 2019/20. Han tenido que pasar siete meses para poder saber realmente la situación patrimonial del Club y comprobar que, en general, es tan mala cómo podíamos imaginar desde el momento en qué conocimos los datos básicos, el mes de octubre del 2020.

A pesar de que han pasado pocos días desde que se ha hecho pública la memoria de la temporada 2019/20, ya se ha hablado mucho y hemos tenido la ocasión de escuchar un buen puñado de expertos que nos han explicado con detalle qué significa cada cifra del informe. No tenemos ahora ánimo de repetir lo que otros ya han valorado, con gran acierto dicho sea de paso, pero sí que queremos poner el foco sobre algunos de los aspectos más críticos de esta información.

El elevado volumen de deuda que se ensarta hasta los 1.200 MEUR y el fondo de maniobra de 600 MEUR en negativo genera estupor entre el barcelonismo

Lo primero que llama la atención es el elevado volumen de deuda, que se ensarta casi hasta los 1.200 millones de euros, de los que más de 700 son a pagar a corto plazo. Cuando el mes de octubre de 2020 el vicepresidente del club Jordi Mestre presentó un resumen de las magnitudes económicas y reconoció una "deuda financiera" de más de 800 millones de euros, la gran mayoría de los opinadores barcelonistas se pusieron las manos a la cabeza, pero aquí ya alertamos que aquella no era la deuda total y dejamos por escrito nuestra estimación de pasivo total, que considerábamos que se situaría alrededor de los 1.500 millones. Un pronóstico del todo acertado, dado que según la memoria del club el pasivo auditado supera los 1.400 millones de euros. La otra magnitud que también ha generado estupor entre el barcelonismo es la del fondo de maniobra, que marca la cifra récord de 600 millones de euros negativos. O sea, que el club no tiene gasolina para funcionar en el corto plazo.

No hay que insistir en qué todas las variables son extremadamente malas porque ya es algo de dominio público, pero sí que conviene mirar con detalle algunas partidas concretas. En este sentido, podemos observar lo que a priori sería un buen dato -de las pocas- cómo es que las deudas con jugadores a largo plazo se han reducido a la mitad (de 70 a 35 millones).

La lástima es que esta información ya ha quedado desfasada porque todo el mundo recordará que una vez cerrado el ejercicio se llevaron a cabo negociaciones con los futbolistas para abonar sus fichas de manera diferida durante los próximos años. Si realmente se llegó a este acuerdo, la deuda con los jugadores aquí contabilizada se ha hecho añicos porque la cifra real no se asemejará nada a la contabilizada, sino que será muy superior.

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Otro hecho relevante es la hipoteca sorpresa sobre varias sociedades filiales del club, en especial la lucrativa Barça Licensing & Merchandising, que gestiona las tiendas barcelonistas que antes eran propiedad de la multinacional Nike. Resulta que, en contra de lo que afirmó Jordi Mestre en la mencionada comparecencia de octubre, el préstamo de Goldman Sachs sí que tenía garantías, y es precisamente esta firma de explotación comercial de la imagen del club la que está pignorada.

Pero, no sólo el préstamo de este banco de inversión americano es el que lleva anexo una garantía, sino que otros préstamos financieros y todas las senior notas emitidas lo tienen y son las sociedades filiales mencionadas. Por cierto, del estudio de la memoria no hay manera de aclarar cuál es el tipo de interés real al que se ha endeudado el Barça, porque los tres préstamos de tipo variable están firmados a un Euribor 12 meses más un diferencial del que desconocemos la magnitud. Este diferencial es el dato crítico para saber a qué coste se ha endeudado el club y parece que hay una voluntad firme de ocultarlo. Tampoco sabemos el tipo fijo de los otros préstamos, porque la memoria usa la fórmula de decir "inferior a", pero se intuye un incremento del precio de los créditos conforme la salud del club se iba deteriorando, porque primero eran "inferior al" 2%, después al 2,5% y finalmente al 4,50%.

Este diferencial del tipo de interés variable es el dato crítico para saber a qué coste se ha endeudado el club y parece que hay una voluntad firme de ocultarlo

Finalmente, hay que hacer una observación relativa a las contingencias futuras que puede sufrir el club y que no están contabilizadas. La principal es el desenlace del Caso DIS (también conocido como Neymar-2), que está judicializado y que los gestores del Barça han decidido no provisionar porque consideran que las probabilidades de perder el juicio y tener que indemnizar con los 3,5 millones reclamados por la firma brasileña son muy escasas. En caso de que las previsiones no se cumplieran, el importe a pagar entraría al cien por cien como pérdida "nueva" en el ejercicio en el que se produzca el desenlace del caso.

En cuanto al presupuesto de la temporada 2020/21, observamos que la cifra de negocio prevista es de 828 millones, considerablemente inferior a la de los últimos años, a causa de los efectos de la pandemia. Pero cuando ponemos la lupa sobre cómo se han calculado los ingresos, enseguida vemos que son excesivamente optimistas, dado que parten de una hipótesis de asistencia al Estadio que no se cumplirá de ninguna forma: la expectativa de los gestores del club era que en febrero ya entrara público en el Camp Nou y que en mayo se pudiera llegar a un aforo del 50%. Por lo tanto, todas estas localidades que esperaban vender y no venderán supondrán una reducción de los ingresos, que de paso trincharán el exiguo beneficio previsto (1 millón de euros) para transformarlo en pérdidas.

La herencia que la administración Bartomeu deja a los futuros gestores del club es una pesada carga que costará mucho reconducir

En resumen, la herencia que la administración Bartomeu deja a los futuros gestores del club es una pesada carga que costará mucho reconducir. A partir de ahora, más que de fichajes, los seguidores culers oirán a hablar de termas con un regusto mucho más amargo, como por ejemplo reestructuraciones de deuda, reducciones de costes y despidos. De ninguna forma se puede decir que el desenlace haya sido una sorpresa, porque las maneras del tándem Rosell-Bartomeu ya apuntaban, desde hace como mínimo un lustro, a una caída por el precipicio. Lo avisamos en vigilias de las elecciones de 2015 a través de una serie de cinco artículos muy documentados que empezaban por este, pero parece que había demasiados intereses en mirar hacia otro lado. Ahora tocará sacar del coma a un club que hace sólo una década era la envidia del mundo entero. En el futuro no nos podemos permitir más errores como este.

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