La Actividad Física (AF) es la mejor herramienta no farmacológica para ganar salud. Este es un hecho de gran evidencia científica tanto para incidir en la prevención de patología en la gente sana, como para afrontar enfermedades crónicas, ya sean a nivel metabólicas, cardiovasculares, oncológicas, etc. Es por ello que desde todas las instituciones científicas adecuadas promovemos el estilo de vida activo aparte de practicar deporte.
Así pues, AF sí y siempre, con la consecuente práctica deportiva. De todos modos, hay que tener presente tres premisas básicas que inducirán a la máxima garantía de salud posible, en todo este proceso: control médico, preparación física y cordura. Estas son las condiciones indispensables para practicar deporte con el máximo grado de salud posible, y mínimo riesgo asociado.
Control, preparación y cordura
El control médico, es indiscutible, no sólo para evaluar la forma física que disponemos, sino también para revisar el sistema cardiovascular y ver que no hay ningún problema para practicar deporte. Tenemos la gran suerte que, en caso de encontrar alteraciones que implican riesgo cardiovascular, actualmente disponemos de pruebas complementarias y específicas para etiquetarlas y sobre todo para poder hacer actuaciones terapéuticas que, en un porcentaje muy elevado de los hallazgos se solucionarán, de tal forma que se podrá volver a la práctica deportiva sin el riesgo cardiovascular asociado.
También debemos tener cordura, pues a veces vamos a correr, o nos inscribimos en una "carrerita" del barrio o del municipio que, aunque no sea demasiado exigente, igual ese día uno se encuentra mal, ha pasado mala noche, por vómitos, fiebre, u otras indisposiciones, de tal manera que ves ya al inicio de la carrera que no te encuentras bien, pues no nos hemos de obsesionar en ser "finishers" y abandonar la carrera. Esta reflexión nos puede salvar la vida.
Por último, la preparación física es indispensable, y el déficit de la misma induce a que la práctica deportiva en lugar de ser herramienta de salud se convierta en herramienta de patología. No se puede pretender correr una carrera de 10 km, como la popular carrera de bomberos o “carrera de las narices”, sólo haciendo 1 hora de Pilates o Yoga a la semana. Ya no digamos preparar un maratón sólo yendo a correr un día a la semana. El hecho de no disponer de la condición física adecuada para participar en eventos que podemos plantear como objetivos puede generar problemas de diferentes sistemas y órganos, pero principalmente a nivel del aparato cardiovascular y el aparato locomotor. El corazón, como músculo, si no está preparado para un determinado tipo de trabajo no hará una ruptura fibrilar como el gemelo, pero si puede generar taquiarritmias y episodios de hipertensión, entre otros procesos, que implicarán un verdadero riesgo cardiovascular.
"Es indiscutible llevar un estilo de vida saludable, con una actividad física mínima de 150 minutos a la semana"
En relación al aparato locomotor, en caso de no disponer de la forma física adecuada, vamos a sufrir problemas tanto a nivel muscular, tendinoso, ligamentoso y lo más importante seguramente serán los problemas de cartílago, que podrán convertirse en verdaderos condicionantes ya no solo de la actividad deportiva, sino de realizar un estilo de vida activo y de futuras artrosis.
Por lo tanto, es indiscutible llevar un estilo de vida saludable, con una actividad física mínima de 150 minutos a la semana, tal como sugiere la Organización Mundial de la Salud para los adultos, y si nos marcamos objetivos, hemos de pensar que deben ser con el máximo grado de salud posible, y por lo tanto como decía, con ontrol médico, preparación física y cordura.