
La salud ha sido tradicionalmente uno de los sectores fuertes de Catalunya, hasta el punto de que las ciencias de la vida representan ya el 8% del PIB del territorio. Un “motor de innovación y avance social del país”, en palabras de la concejala de Salud, Personas con Discapacidad y Estrategia contra la Soledad del Ajuntament de Barcelona, Marta Villanueva, que ha recibido 2.100 millones de euros de inversión extranjera directa entre 2020 y 2024 y que se concentra mayoritariamente en la capital: “Somos la segunda ciudad mundial en número de ensayos clínicos por millón de habitantes, la cuarta en volumen de producción científica en Europa y la tercera más atractiva de Europa para startups”.
Dentro del campo, la salud digital es una de las especializaciones que despunta con más fuerza, con un ecosistema de 386 empresas que facturan conjuntamente 633 millones de euros y ocupan 5.300 profesionales en Catalunya, según un informe elaborado por Acció y el Barcelona Health Hub (BHH). Esta última entidad es también la organizadora del Barcelona Health Revolution Congress, el evento anual celebrado estos días en el Recinte Modernista de Sant Pau que deja claro un hecho: de todas las innovaciones que orbitan alrededor de la salud, la inteligencia artificial vuelve a ser, como en tantos otros sectores, la principal tecnología que está cambiando el paradigma actual.
Esta incidencia de los algoritmos complejos ya es avanzada por el informe de Acció, según el cual el 41,5% de las compañías del sector ya han implementado la tecnología en su operativa. “La IA está impactando la industria, y nos impactará aún más, porque estamos solo en los inicios”, ha corroborado el presidente del Barcelona & Madrid Health Hub y CEO y cofundador de Mediktor, Cristian Pascual.
Una tecnología con todo tipo de posibilidades, pero que también suscita dudas en su aplicación, particularmente en la variante generativa y vinculada a los grandes modelos de lenguaje. La gran preocupación de la industria es el exceso de alucinaciones (informaciones falsas o inventadas) de las principales aplicaciones: “En los últimos modelos de ChatGPT han crecido hasta un 48%, y esto no es bueno, sobre todo si piensas en salud”. Pascual ha incidido en las precauciones que hay que adoptar antes de implementar cualquier sistema inteligente en el ámbito de la salud, que incluyen la validación clínica efectuada por profesionales, la supervisión de su aplicación por parte de personal médico, el blindaje de la privacidad y los datos personales y el cumplimiento de todas las normativas vinculadas. “Asegurémonos de que el futuro de la salud es digital, pero también más accesible, humano y conectado”, ha pedido al sector. Unos objetivos para los que, ha avanzado, desde el hub trabajan para ofrecer una solución que ayude a los inversores a identificar todas aquellas empresas que cumplan con todos los factores citados anteriormente.
Pascual (BHH): “Asegurémonos de que el futuro de la salud es digital, pero también más accesible, humano y conectado”
De la predicción de ictus a dejar de fumar
Uno de los ejemplos presentados en el congreso sobre las aplicaciones de IA que ya se están haciendo un lugar en el mercado surge de una de las principales entidades catalanas de referencia en esta tecnología, el Barcelona Supercomputing Center (BSC). Se trata de One Care AI, una spinoff del BSC que nace para dar una nueva dimensión a los métodos actuales de predicción de ictus. “Los ictus son la segunda causa principal de muerte en el mundo y la primera de discapacidades”, ha remarcado la investigadora postdoctoral del Institut d'Investigació de Sant Pau, Natalia Cullell Fornés, quien también ha destacado el impacto económico: “Se espera que su coste crezca un 44% de aquí a 2040”.
Tradicionalmente, una de las maneras más habituales de detectar posibles ictus es a través de electrocardiogramas (ECG), con los que se buscan arritmias —concretamente, fibrilaciones auriculares—. Sin embargo, la enfermedad “tiene unas causas que no están relacionadas únicamente con el corazón”, ha señalado el ingeniero computacional del BSC y cofundador de One Care AI, Daniele Lezzi, sino que también hay “factores genómicos y proteómicos” no vinculados a las arritmias que permiten identificar un futuro ictus.
La voluntad de One Care AI es precisamente tener en cuenta todos los posibles indicadores para ser más capaces de prevenir derrames cerebrales. Para hacerlo, el equipo ha entrenado un modelo de inteligencia artificial con datos de personas que han tenido ictus y han sido diagnosticadas a través de cardiogramas, pero también con información genómica —del ADN— y de biomarcadores —proteínas en sangre— que permitan identificar patrones. La voluntad es que la plataforma pueda aprovechar la popularización de las pulseras digitales de monitorización de salud y actividad física, que a menudo pueden reproducir a pequeña escala las funcionalidades de un ECG, para detectar el riesgo de ictus de las personas y avisarlas con antelación. La novedad es que, gracias a los patrones encontrados a través de IA, los indicadores no se limitarán a los vinculados a las arritmias, sino también a la de otras causas identificadas en los pacientes estudiados.
One Care AI es una 'spinoff' del BSC que desarrolla un modelo predictivo de IA basado en cardiogramas, información genómica y biomarcadores para detectar futuros ictus
Otro caso que demuestra las posibilidades de la inteligencia artificial en salud es el de la farmacéutica barcelonesa Gebro Pharma, parte del grupo austriaco Gebro, que ha desarrollado un asistente inteligente para acompañar a las personas con tabaquismo. “Dejar de fumar no es sólo un reto físico; muchos pacientes tienen dependencia emocional a hábitos y momentos específicos de la rutina”, ha explicado la técnica de comunicación y recursos humanos de la compañía, Amanda Talán. Para apoyar este proceso, la empresa ha diseñado una solución integrada que combina una medicación, Zandraquet, para tratar la dependencia a la nicotina, con un chatbot, llamado Sandra, que “da apoyo emocional, monitorización y motivación”.
El equipo que ha trabajado en Sandra ya acumulaba experiencia en el campo de la inteligencia artificial, ya que habían trabajado en el bot conversacional Déjalobot, una iniciativa similar testada en ensayos clínicos. La nueva aplicación va un paso más allá, ofreciendo una experiencia personalizada desde el principio gracias a un cuestionario donde se pide diversas informaciones al usuario. Durante los tres meses en que el chatbot acompaña a la persona, este envía periódicamente mensajes y recomendaciones que le permiten hacer la monitorización antes mencionada, pero el usuario también puede iniciar conversación cuando así lo desee.
El chatbot Sandra de Gebro Pharma acompaña a las personas que quieren dejar el tabaco con "apoyo emocional, monitorización y motivación"
Un aspecto que Talán ha subrayado es que Sandra no se basa en inteligencia artificial generativa; el algoritmo que la opera permite personalizar las comunicaciones y planificar cuándo y cómo enviarlas, pero todos los mensajes están redactados y programados con la colaboración de expertos médicos y asociaciones para dejar de fumar. “No tiene alucinaciones”, deja claro. Además, la herramienta no se limita al chatbot, sino que también ofrece otros recursos de valor para los usuarios, como infografías, vídeos y consejos de expertos, así como una calculadora que permite calcular el ahorro económico que se consigue al dejar el tabaco.
La importancia de los datos
Uno de los elementos que va intrínsecamente ligado al desarrollo de soluciones de inteligencia artificial es la disponibilidad de datos de calidad, ordenadas y en las condiciones óptimas para poder entrenar los algoritmos. Y estas condiciones no son de tan fácil cumplimiento como podrían parecer de entrada: el mismo informe de Acció señala como uno de los principales obstáculos que tienen los hospitales catalanes a la hora de implementar nuevas tecnologías es la interoperabilidad de los sistemas y las dificultades técnicas de los procesos. Este es el caso, por ejemplo, del Casa Sollievo della Sofferenza, un hospital de San Giovanni Rotondo (Apulia, Italia) que quería aprovechar los datos clínicos que tenía almacenadas para participar en proyectos de investigación científica, pero que se encontraba con el impedimento (o salvaguarda) de la estricta ley italiana en materia de protección de datos.
Es en este tipo de problemas que se especializa la empresa neoyorquina Briya, creadora de una plataforma digital que se encarga de estandarizar todos los datos clínicos de los hospitales y ponerlas a punto para ser empleadas en diferentes proyectos de investigación y desarrollo. El director de ventas y alianzas de la compañía, Rami Kahan, ha explicado cómo atacan principalmente tres “cuellos de botella” con qué se enfrentan los centros médicos: el hecho de que trabajan con diferentes sistemas tecnológicos y bases de datos, las dificultades a la hora de anonimizar la información para poder trabajar con ella sin problemas de privacidad y el cumplimiento de las diversas normativas y leyes nacionales y supraestatales.
Estos tres retos son los que Briya soluciona con la plataforma: estandarización de formatos, anonimización y cumplimiento legislativo. El proceso, además, no sólo hace coincidir todos los datos clínicos a escala interna del hospital, sino que aplica el mismo criterio para todos sus clientes, de forma que facilita la colaboración entre centros en investigaciones conjuntas, dado que los datos seguirán el mismo formato. Además, la compañía también ha implementado un chatbot operado, una vez más, por IA, a través del cual los encargados del hospital pueden comunicarse de manera más natural con la herramienta, la cual los va guiando paso a paso en el proceso.
Empoderar a los pacientes con la telemedicina
A pesar de la preponderancia de la inteligencia artificial, no se trata, ni mucho menos, de la única tecnología asentada dentro del sector de la salud digital. De hecho, de acuerdo nuevamente con el estudio de Acció, la principal tecnología con qué están trabajando hoy en día los hospitales catalanes no es la IA, sino la telemedicina, una técnica que engloba tres de las grandes oportunidades que estos centros ven en la implementación de innovación tecnológica: la optimización y eficiencia de los sistemas, la posibilidad de ofrecer una medicina más personalizada y el empoderamiento del paciente.
Son diversas las compañías catalanas que trabajan en aplicaciones concretas dentro de esta área, y de todas ellas destaca el caso de Rehabilify, un proyecto conjunto de Eurecat, el Institut d'Investigació Germans Trias i Pujol y la empresa mataronina Doole Health que quiere convertirse en una plataforma integral de telerehabilitación. La iniciativa busca que "las personas puedan hacer la rehabilitación desde casa, sin tener que desplazarse al centro hospitalario, especialmente en áreas donde la comunicación es complicada", explica la directora de proyectos del área de Innovación y Salud Digital de Eurecat, Ana Tost.
Rehabilify ofrece una plataforma integral de telerehabilitación que incorpora soluciones de terceros dentro de una única aplicación
Financiada con fondos europeos del programa Horizon 2020, Rehabilify se presenta como una solución única que integra todas funcionalidades que profesional clínico y paciente necesitan para comunicarse entre ellos: desde las más básicas, como un chat, hasta una herramienta para prescribir ejercicios o una agenda con recordatorios de medicación y consejos de vida saludables. "Trabajamos con siete patologías diferentes", señala Tost, una selección que incluye enfermedades cardiovascular como los ictus, insuficiencias respiratorias y problemas en caderas o rodillas, entre otros.
Con todo, el elemento diferencial de Rehabilify es su vocación de marketplace. Y es que la aplicación no sólo permite a los clínicos prescribir los ejercicios elegidos por ellos, sino también utilizar soluciones de terceros, como pueden ser las de la compañía catalana DyCare o la de la vasca TRAK. "Los clínicos que tienen Rehabilify pueden consultar del catálogo, pensar 'me interesa prescribir esto a mi paciente' y prescribirlo directamente desde la aplicación, de forma que el paciente, con una única aplicación, puede tener todas las soluciones", explica la directora de proyectos de Eurecat. El proyecto se encuentra en estos momentos en fase de constitución como spinoff independiente y está probando la solución con una prueba piloto en zonas rurales del norte de Aragón, de Irlanda y de Coímbra (Portugal).