La Real Academia de Ciencias Económicas y Financieras (RACEF) celebrará elecciones a finales de año. Presidida desde hace veinte años por el catedrático emérito Jaume Gil Aluja y con Isidro Fainé de vicepresidente, reúne a un selecto grupo de académicos y directivos empresariales. Aunque las elecciones todavía no se han convocado formalmente, ni se ha postulado ningún candidato, crecen las voces internas que piden una "renovación" en la única de las reales academias adscritas al Instituto de España que tiene su sede en Barcelona.
Esta academia está integrada por una cuarentena de veteranas eminencias del mundo de la economía y la empresa entre las que también están César Alierta (expresidente de Telefónica), Manuel Pizarro (expresidente de Endesa), Joan Hortalà (expresidente de la Bolsa de Barcelona), Antoni Pont (presidente de honor de Borges), Amparo Moraleda (consejera de Maersk y Caixabank), Antoni Castells (exconsejero de Economía de la Generalitat), Manuel Castells (exministro de Universidades) o el periodista Joan Tapia (ex director de La Vanguardia).
Aunque su actividad académica pasa casi desapercibida, lejos de los focos de los medios de comunicación, en el último año se han desatado varias polémicas internas. Poco a poco, han ido surgiendo académicos críticos que, aunque no están organizados, apuntan a la necesidad de que se produzca una renovación en las próximas elecciones. Desde este grupo se recuerda que Gil Aluja, de 86 años, lleva más de veinte encadenando reelecciones, si bien también es cierto que la última, en diciembre de 2020, fue sin oposición porque no se presentó nadie más. Desde la secretaría de la RACEF se confirma que las elecciones son cada tres años, por lo que tocan para finales de 2023, si bien todavía no se han convocado.
La hija del presidente adquiere protagonismo en la Real Academia de Ciencias Económicas
Algunos movimientos de la actual junta de Gil Aluja levantan suspicacias entre los críticos como la reciente creación, con el impulso de esta real academia, de la Cátedra Universitat de Barcelona-Fundación Mutua Madrileña sobre sostenibilidad empresarial. Su directora es la catedrática Ana María Gil, bibliotecaria de la junta de gobierno de la RACEF e hija de Jaume Gil Aluja. Y, coincidiendo con la puesta en marcha de esta cátedra empresarial, el presidente de Mutua Madrileña, Ignacio Garralda, ha entrado como académico de honor de la Real Academia. Las fuentes consultadas precisan que, formalmente, será académico de honor cuando lea su discurso de ingreso, en un acto programado para el próximo octubre. A diferencia de los académicos de número, los de honor no tienen derecho a voto en las sesiones, si bien, con el paso del tiempo, suelen acabar como numerarios.
También ha levantado suspicacias la reciente creación de la Comisión de Transmisión del Conocimiento de la RACEF, de carácter temporal, al no ser una comisión estatutaria, que también está presidida por Ana María Gil. Hace unos meses se crearon otras dos, una sobre Relaciones Institucionales y otra sobre Relaciones con la Unión Europea, esta última presidida por el ex eurodiputado Carles Gasòliba.
Las tensiones internas afloraron a raíz de la muerte del empresario Llorenç Gascón, el 30 de agosto de 2021, destacado miembro de esta real academia de la que había sido vicepresidente hasta poco antes de su deceso. Entre muchos cargos, Gascón también presidió La Seda de Barcelona. A su muerte, dejó una nota manuscrita, a modo de últimas voluntades, mediante la cual designó a los cuatro académicos que pronunciarían los discursos en la tradicional “sesión necrológica” que se dedicaría a su memoria. Los escogidos fueron Joan Hortalà, el abogado Josep Maria Coronas (secretario de la Fundación La Caixa), el periodista Joan Tapia y José Daniel Barquero (fundador de Strategic Economic Relations, SER). Fuentes cercanas a Gascón atribuyeron el manuscrito a un supuesto intento de evitar el discurso de Gil Aluja, con el que no mantenía la mejor de las relaciones, aunque, por tradición, le correspondía pronunciarlo por su condición de presidente.
La disputada presidencia de la Comisión de Ciencias Económicas vuelve a estar en el aire a raíz del fallecimiento de José María Gil-Robles
Estas tensiones se hicieron más evidentes el año pasado con la elección del presidente de la Comisión de Ciencias Económicas, la de mayor prestigio. Se presentaron dos candidatos: el ex eurodiputado popular José María Gil-Robles –recientemente fallecido y que contaba con el apoyo de Gil Aluja– y el alternativo Dídac Ramírez, exrector de la Universitat de Barcelona. Ante este duelo, inaudito en una academia hasta entonces acostumbrada a las unanimidades, Gil-Robles renunció y, así, Ramírez quedó como único candidato. Pero en la votación, reservada a tan sólo siete miembros, obtuvo tres votos a favor y cuatro abstenciones. Como Ramírez no alcanzó la mitad más uno de los votos a favor, la junta de Gil Aluja impidió su designación y, posteriormente, nombró a Gil Robles con carácter interino. En la junta general del 16 de junio del pasado año se le ratificó en el cargo. Gil Robles falleció en febrero pasado, a la edad de 87 años. Fuentes internas indican que se deberá volver a someter a votación el cargo de presidente de la Comisión de Ciencias Económicas, que podría coincidir con las elecciones a presidente de la Real Academia previstas para finales de año.
En una academia con miembros tan veteranos, son habituales las llamadas sesiones necrológicas, en honor a los académicos difuntos, pero también las nuevas incorporaciones. Los últimos académicos numerarios que han entrado son el catedrático Antonio Terceño, decano de la Facultad de Economía y Empresa de la Universitat Rovira i Virgili, de Tarragona, y Leonor González, exconsejera de Desarrollo Económico (2015-2019) de La Rioja.
Mientras, Gil Aluja mantiene una gran actividad pública –en los últimos seis meses, estuvo presente en dos actos con los Reyes, con motivo del día de la Hispanidad y una presentación de la Real Academia de Historia– y profesionales. En declaraciones a la COPE a finales del pasado año, indicó que había elaborado junto con un neurólogo de una universidad de Tel Aviv un algoritmo para la mejora del diagnóstico de la enfermedad de Parkinson.