El 1 de julio del año 2022 entró en vigor una normativa para el impulso de los planes de pensiones de ocupación con la voluntad de promover el ahorro, especialmente en el ámbito de los autónomos. Hasta aquel momento, gran parte del colectivo de autónomos en España, concretamente un 85%, cotizaban por una base mínima. Las principales novedades de la ley se han visto en las modificaciones de las aportaciones y deducciones en el IRPF a las aportaciones de los planes. En líneas globales, el límite general de la contribución era de 1.500 euros. Una cifra que se incrementa hasta los 4.250 euros por los planes de autónomos. "Claramente, se trata de una solución de calidad y, a la vez, mejora la salud financiera", apunta Antoni Fernández.
El 85% de los autónomos en España, siempre han cotizado por una base mínima
En una conversación con VIA Empresa, el director general de Caixa d’Enginyers Vida i Pensions valora como el nuevo escenario permite a los autónomos "continuar ahorrando cómo hasta ahora, pero sin limitaciones fiscales". El nuevo marco normativo promueve el desarrollo del plan de pensiones, a partir de una alianza con organizaciones empresarial como por ejemplo Cecot y la Organització d’Autònoms de Catalunya (Autcat). "Obviamente, por la naturaleza de nuestra entidad, buscamos que se puedan beneficiar los ingenieros, pero no podemos olvidar los profesionales liberales y los autónomos societarios", concluye Fernández.
La dicotomía entre la pensión pública y la aportación privada
Según datos de la Generalitat, a día 31 de marzo, Catalunya tenía 558.167 afiliaciones por cuenta propia en la Seguridad Social. El 59% corresponde al colectivo de autónomos personas físicas. Sin dejar el mundo de los datos, también hay que tener en cuenta que dos de cada diez afiliaciones por cuenta propia forman parte de sociedades. "El contexto de los autónomos se tiene que entender dentro de la dicotomía entre la pensión pública y la aportación privada", expone Enric Rius.
Bajo el criterio del dirigente de la Organització d’Autònoms de Catalunya, tradicionalmente,"el autónomo ha visto el pago de la cuota más como un impuesto que no un ahorro de futuro". Por demarcaciones, Lleida (10,9%) y Girona (10,8%) son los territorios con más peso del trabajo autónomo. Por detrás aparecen Tarragona (10,1%) y Barcelona (8,7%). "Los continuos mensajes que no se pagarán las pensiones han ayudado a crear una desconfianza con el sistema público", describe Rius.
Por edad, el porcentaje mayoritario de autónomos en Catalunya (44,9%) es el que va de los 40 a los 54 años. En cambio, los menores de veinticinco años representan el 2,2% de todos los afiliados. "Creo que la reforma del año pasado será efectiva para los autónomos jóvenes de 35-45 años", prevé Enric Rius. Otro documento de referencia para analizar el impacto del colectivo es el informe de la Situación del trabajo autónomo en Catalunya 2021, impulsado bajo el paraguas del Consell de Treball, Econòmic i Social de Catalunya. Una de las principales conclusiones es que el peso de las mujeres en el trabajo autónomo queda por encima de la media europea.
Prudencia con los datos
Respecto del impacto, positivo o negativo, de la ley activada ahora hace casi un año, Rius mantiene un discurso de prudencia. "Lo notaremos a partir del último trimestre, mucha gente acostumbra a hacer las aportaciones de forma mensual", afirma el economista y asesor fiscal. A partir de ahora, los presupuestos generales del Estado establecerán una tabla de cotización general y una tabla reducida.
Los negocios vinculados a los servicios mantienen unos niveles sólidos de actividad
Con la perspectiva interanual, el trabajo autónomo ha experimentado un descenso del 1%. Los sectores más afectados son la agricultura y la industria. Los negocios vinculados a los servicios mantienen unos niveles sólidos de actividad. Los autónomos con pluriactividad resisten con más facilidad los efectos de la crisis y la franja de edad superior a los cincuenta y cinco años experimenta un ligero crecimiento (0,6%).