Hablar del mercado de productos alimentarios ecológicos en Cataluña implica hablar de Biocop . Esta compañía nació el 1975 en forma de cooperativa de trabajo asociado para ofrecer comer de calidad a personas tanto con problemas de salud como comprometidas con un estilo de vida diferente. "La gente nos decía que éramos cuatro hippies que nos habíamos juntado", recuerda su fundador y director general, Joan Picazos, pero resultó ser los hippies que ayudaron a reintroduir al mercado el arroz integral y que descubrió productos hoy en día tan buscados como el tahin y el gomasi, elaborados a partir de las entonces de sésamo.
Su premisa inicial era buscar el equivalente natural en recetas y elementos tradicionales, reconduciéndolo hacia la agricultura ecológica. "Entonces no existía ninguna reglamentación sobre la actividad", recalca, "más tarde salió un aval creado la asociación Vida Sana que aseguraba el cariz biológico de los alimentos". Un sistema de certificación basado en el que había en aquella época en Francia, el país donde los visionarios de la ecología en Cataluña se emmirallaven. Finalmente, el 1989 y 1992 se crearon los sellos oficiales a escala española y europea que más han ayudado a impulsar el mercado.
Actualmente la compañía ocupa más de 6.000m2 a las instalaciones de Lliçà de Vall (Vallès Oriental) y tiene borde 43 trabajadores. Allá es donde empezaron a construir el proyecto el 1987, pero con un espacio mucho más reducido que ha ido creciendo hasta la última ampliación: "El 2015 hicimos toda la recuperación de unos edificios de los años 70. Se aplicó una restauración con materiales de bajo consumo y pinturas ecológicas". Una estrategia que coincidió con un cambio de imagen corporativa, siendo el elemento más destacado la incorporación del término "agricultura ecológica" al logotipo con el ánimo de "buscar hechos concretos y vender la realidad".
Vista aérea de la planta de Biocop a Lliçà | Cedida
Pero hoy en día la empresa ya no es una cooperativa, sino que es una compañía 100% familiar. Tal como relata Picazos, el equipo que ideó los fundamentos de Biocop se fue dispersando: "Algunos montaron un horno de pan; otros, una tienda... Mi mujer y yo decidimos crear esta sociedad, que con la entrada de mis hijos ya va por la segunda generación".
Un mercado que tiene que seguir creciente
Su catálogo de productos incluye los de la marca Biocop, pero también otras que los convierten en proveedores en España de grandes compañías europeas del sector. Una variedad que eleva hasta 800 las referencias con que trabajan.
"No había mercado ni producción a los inicios y en paralelo a las cuatro cosas que hacíamos, importábamos del resto de Europa"
El 60% de las ventas provienen de su marca, mientras que un 30% y un 10% es de la comercialización de productos de compañías de fuera y de Cataluña, respectivamente. "Aquí no había mercado ni producción a los inicios y en paralelo a las cuatro cosas que hacíamos nosotros, importábamos del resto de Europa", señala el director para justificar la estrategia.
A pesar de que el peso del producto propio ha ido creciendo con los años, no quieren dejar escapar la oportunidad de introducir alimentos de calidad porque sean de la competencia. Además, esto es el que los permite hacer mercado en otras líneas como la higiene y la cosmética o la limpieza del hogar natural. "Son segmentos que están menos desarrollados y que ahora parece que empiezan a tener más bastante", comenta.
Aun así, quiere dejar muy claro que se trata de canales que habría que regular: "Falta mucha clarificación porque puedes encontrar productos superquímics que con la excusa de tener un 0,01% de un extracto natural ya utilizan esto cómo lo gran titular a la etiqueta". Critica la desinformación que hay al mercado y pide que se cree alguna certificación oficial, como pasó con la alimentación.
Almacén de Biocop | Cedida
De obtenerlo, asegura que puede ser un empujón hacia las buenas prácticas y un disparo añadido para las compañías que ya intentan dar credibilidad con certificaciones voluntarias. Y, por supuesto, un plus porque el mercado siga creciendo con el auge que está adquiriendo. De hecho, el 2016 lo cerraron con 2,5 millones de euros de facturación, un incremento del 10% respecto del año anterior que quieren repetir este año.
Buscar los mejores 'partners'
Ampliar la gama de productos Biocop es un objetivo en que no han dejado de trabajar nunca. Por eso han tenido que ir externalizando a medida que crecían o han buscado colaboradores, sobre todo en elaborados como las cremas de verduras, patés vegetales y nuevos caldos que acaban de sacar al mercado bajo el lema de 'Nuestra cocina'.
En este caso concreto, han contado con el apoyo de un cocinero especializado en gastronomía natural porque haga la receta y los permita "ser competitivos". La elaboración, pero, la hacen ellos. Con otros productos que se hacen afuera, también pueden ser ellos los que faciliten la materia primera a la compañía que lo produce.
"Nos caracteriza que todo es natural. La palabra se ha devaluado un poco, se ha abusado"
"Al final, sea qué sea el procedimiento, nos caracteriza que todo es natural. La palabra se ha devaluado un poco, se ha abusado", lamenta Picazos, quien presume de elaborar caldos cómo antes, "de los que hierven durante horas y horas y se hacen con ingredientes buenos para envasarlos después en botes de vidrio y que duren".
El tendero, el mejor amigo
El director de Biocop sabe que el mercado está en pleno auge y que es tanto gracias a la proliferación de proyectos pequeños como la apertura de tiendas de cadenas más grandes. La continuidad de todos, pero, es una cosa que tilda de complicada: "Se han abierto muchos establecimientos de medida reducida que sólo ofrecen alimentación y que quieren ser la alternativa a los súpers. Pero esto sólo es posible si tienes una diversidad de productos que sea atractiva, que vaya más allá de la cesta de la compra que encuentras a cualquier lugar". Motivo por el cual cree que gran parte de las iniciativas han acabado cerrando la persiana.
"El tendero es el mejor prescriptor que se puede tener, por eso hay que cuidarlo"
De aquí que dar la mano al tendero sea una prioridad para la compañía. "Le damos mucho apoyo porque sabemos que no es fácil trabajar en un canal especializado", reconoce, "cada vez hay agentes más gordos y potentes e intentamos darle herramientas porque pueda competir". Algunas se dan en forma de jornadas; otros, de programa de apoyo a los comerciantes para mejorar detalles como su marketing, gestión de costes u organización del stock. "El tendero es el mejor prescriptor que se puede tener, por eso hay que cuidarlo", comenta como apunte final.
Dominio del mercado español
Los primeros años de la compañía la exportación representaba un pilar fundamental. Se venían afuera, sobre todo, materias primeras o de primera transformación y sin marca. Con los años la tendencia se ha revertido y actualmente sólo un 2% de la producción se vende en el extranjero, una cifra que quieren remontar porque suponga una parte impotant. "El cambio de imagen que he hecho nos tiene que ayudar a reforzar la marca; y el cambio de packaging , a hacer que los productos sean más atractivos en otros mercados", explica el director de Biocop, quien añade que este será el eje de actuación del 2018.
Joan Picazos, fundador y director general de Biocop | Cedida
Y esto no quiere decir dejar de poner esfuerzos en España, un mercado que tienen más que dominado: "El sector estalló en Cataluña. Prácticamente todas los empresas que desarrollaron una marca eran de aquí, por eso la estrategia al mercado español es buena". A pesar de que todavía somos lejos de poder decir que es un sector maduro o que se acerca a la actividad otros países europeos, celebra que poco a poco hay más compañías que añaden nuevas líneas ecológicas en su producción y contribuyen a ampliar la oferta del mercado biológico