La Barcelona Wine Week (BWW) está ganando reconocimiento a nivel internacional y ya se compara con otras ferias consolidadas como la de Düsseldorf (Alemania), según afirmaron este martes el presidente del salón, Javier Pagés, y la directora de ICEX, María Naranjo, quienes anunciaron que se está trabajando en una ampliación expositiva para la próxima edición. Ambos hicieron balance de esta cuarta edición de la feria, que comenzó el lunes y finaliza el miércoles en el recinto Montjuïc de Fira de Barcelona, y que ha tenido picos de visitantes de hasta 7.000 el primer día.
En esta edición, la BWW ha recibido a 650 compradores internacionales procedentes de 60 países, un 6% más respecto al 2022. "El vino español sigue escalando, pero tenemos un largo camino por recorrer. Estamos mejor a nivel internacional, tenemos vinos considerados los mejores del mundo", sostuvo Pagés. Aunque la feria no está especializada en el enoturismo, el presidente del salón aludió a la importancia del sector en el fomento de un turismo de calidad: "Cuando el turismo viene al Estado busca estos vinos de alta calidad, que poco a poco son más reconocidos".
La BWW ha recibido 650 compradores internacionales procedentes de 60 países, un 6% más que en 2022
Por su parte, Naranjo señaló que Estados Unidos y Uzbekistán son los nuevos mercados a explorar para los vinos españoles, y comparó la BWW con la ProWein de Düsseldorf (Alemania), destacando "su historial y volumen de expositores". La feria barcelonesa contó en esta edición con 952 bodegas y tiene lista de espera, ya que hay expositores que antes no acudían y ahora sí lo hacen. En este sentido, el director general de la Federación Española del Vino (FEV), José Luis Benítez, aseguró que en el sector se conocen los "compradores de pata negra" a los que antes se les rechazaba ir a la feria, y considera que España debe mejorar la imagen de sus vinos.
"Quizás no hemos sabido vender. Nos hemos conformado con precios bajos", dijo Benítez, quien coincidió con Naranjo y Pagés en que el objetivo ahora es el crecimiento de la Barcelona Wine Week y garantizar tanto la excelencia y la calidad como la rentabilidad de la inversión. Aunque el deseo de los organizadores es aumentar la capacidad expositiva, que actualmente es de 7.200 metros cuadrados, su voluntad es mantener la feria en el recinto de Montjuïc.