El Celler Masroig, el más grande de la DO Montsant

Con más de 100 años de historia a sus espaldas, el Celler Masroig mira hacia el futuro, con una apuesta por el vino de alta calidad, el aceite premium y las experiencias enoturístiques

La Bodega Masroig tiene más de 100 años de historia. | Cedida La Bodega Masroig tiene más de 100 años de historia. | Cedida

Más del 90% de los 500 habitantes del pueblo del Masroig viven de la viña y del olivo. Como el resto de municipios de la comarca del Priorat, la agricultura ha sido siempre al centro de la actividad económica y, en concreto, los dos productos más extendidos en el territorio: el vino y el aceite de oliva. Aquí se encuentra el Celler Masroig, el más grande de la DO Montsant.

El Celler Masroig nació el febrero de 1917. El Masroig, como toda la comarca del Priorat, se dedicaba a la actividad vitivinícola, pero cada familia hacía vino en su casa y no eran competitivos en la comercialización. Fue entonces, y en el contexto del movimiento cooperativista que había en Catalunya en aquella época, que decidieron unirse todas las familias. "Las primeras décadas, la empresa se dedicaba exclusivamente a producir vino a granel, como la mayoría de cooperativas de la zona. Fue a principios de los años 90 cuando, a raíz del boom de la comarca del Priorat y de la sobreproducción de vino a granel en el territorio español, que los labradores decidieron que se tenían que replantear el futuro de la empresa", explica Eulàlia Roca, export manager del Celler Masroig. En aquel momento, el enfoque cambió: empezó la apuesta por la producción de vino de alta calidad. Y empezaron a luchar, con otras bodegas, para crear una denominación de origen propia y abandonar la subzona Falset de la DO Tarragona. La aprobación de la DO Montsant, en 2001, marcó un nuevo comienzo.

Visites Celler Masroig 67

Cambios en el mundo del vino

En 102 años, el mundo del vino ha cambiado radicalmente. Antes, el vino era un producto habitual en todas las mesas: un alimento casi de primera necesidad, que se limitaba a dos variedades: vino blanco o vino tinto. "Ahora esto ha desaparecido. El vino se asocia al ocio, a la cultura, a la sociabilidad... más que no a un alimento. Incluso el producto es totalmente diferente", explica Josep Arnal, gerente del Celler Masroig. Las sensaciones y el gusto y, en consecuencia, la manera de llegar a los clientes y al gran público también ha cambiado. "No tiene nada que ver el mundo del vino de antes con el de ahora", asegura Arnal. El Celler Masroig se ha ido adaptando de forma progresiva a estos cambios durante un siglo.

Arnal: "El vino se asocia al ocio, a la cultura, a la sociabilidad... más que no a un alimento"

Actualmente, el corazón del Celler Masroig continúa siendo cooperativista, porque los propietarios son los labradores. "Hay unas 25-30 familias vinculadas de forma directa, pero la economía del pueblo depende casi toda del Celler", explica Arnal. Aún así, el funcionamiento del negocio es el mismo que el de cualquier bodega o empresa privada. "Esta mezcla entre cooperativa y empresa privada, nos permite coger lo mejor de cada cosa, ser competitivos y tener un proyecto con futuro", explica Arnal. Actualmente hay 30 personas trabajando directamente en la empresa, y unos 200 agricultores vinculados a la Bodega.

Apuesta por el vino embotellado de alta calidad

En los últimos años, el Celler Masroig ha pasado de producir el 100% de su vino a granel, a vender casi toda la producción como vino embotellado de alta calidad. "A finales de los años 90, embotellábamos 5.000 botellas al año. Ahora embotellamos 1.200.000 botellas anuales", explica Eulàlia Roca. La facturación también ha cambiado: actualmente supera los 5 millones de euros. De este vino embotellado, un 60% es para otras marcas, y un 40% es para su marca propia. "También seguimos vendiendo una pequeña parte de vino a mares, pero es un vino de calidad", puntualiza Arnal. El objetivo es acabar embotellando todo el vino que se produce.

Actualmente, el Celler Masroig tiene algo más de una cuarta parte de la DO Montsant: unas 500 hectáreas. En esta superficie, se cultivan las variedades más habituales en la zona de uva negra, como la garnacha, y alguna variedad foránea como el syrah o el ojo de liebre, que se utilizan en porcentajes pequeños para acabar de redondear algunos vinos. "Aquí en el Masroig la más importante por nosotros es la cariñena. Estamos en la zona suroeste del Montsant, la más seca y cálida, y es donde la cariñena está más implantada", asegura Roca. De uva blanca, la variedad autóctona y más valorada a la zona es la garnacha blanca, tanto en el Priorat como la Terra Alta.

Roca: "A finales de los años 90, embotellábamos 5.000 botellas al año. Ahora embotellamos 1.200.000 botellas anuales"

Desde el Celler, una de las prioridades es potenciar la marca propia. Algunas de las líneas de vino son para todos los públicos, más amables y con gustos más afrutados. Otros son vinos más premium, que quieren ser representativos de la DO Montsant, de la comarca y del Masroig. "En el Priorat todo es paisaje, es lo único que tenemos. Intentamos que este paisaje esté reflejado en la botella de vino", explica Roca. Son vinos más cálidos, estructurados y potentes. Desde el Celler Masroig quieren acercar el mundo del vino al máximo de gente posible, y que todo el mundo pueda disfrutar. Popularizarlo, en el buen sentido de la palabra. "Nosotros sabemos que el mundo del vino hay gente que le hace respeto, que si no sabes, no puedes elegir ningún vino. Queremos romper estas barreras que a menudo se han puesto, como si fuera sólo para entendidos", explican. Por eso hacen productos exclusivos, pero también intentan acercar el vino a todo el mundo.

En estos momentos, un 50% de la producción del Celler Masroig se exporta. "Catalunya todavía es un mercado muy importante para nosotros, donde trabajamos tanto con la pequeña cómo con la gran distribución. Y Montsant es una de las DO más demandadas", explica Roca. Ahora bien, el potencial de crecimiento de la exportación es muy grande. Europa es uno de los mercados con más presencia del Celler, con países como Alemania, Suecia, Bélgica, Reino Unido... Japón y Canadá son los más importantes en Asia y América, respectivamente. También tienen presencia en Estados Unidos y América Latina.

El aceite, también de alta calidad

Aparte del vino, con unos dos millones de litros anuales, el Celler Masroig también produce aceite virgen extra de alta calidad, unos 150.000 litros. A través de los canales del vino, han encontrado espacios donde poder comercializarlo, en mercados de exportación como Reino Unido, Bélgica, Canadá o Japón. Actualmente, la facturación de este producto es de unos 600.000 euros. "Cómo que nosotros somos pequeños en el aceite, intentamos posicionarnos en aceite gourmet, premium, de alta calidad", explican. La botella de aceite de oliva virgen extra se valora mucho en mercados internacionales.

Experiencias enoturístiques

El año 2009 empezaron las primeras visitas a las instalaciones del Celler Masroig, en un intento de acercar visitantes al pueblo. "Uno de los handicaps que teníamos es que no estamos dentro de la ruta típica del Priorat. La gente normalmente va a la capital, Falset, y después hacia Gratallops, Escaladei, Cornudella y Siurana. Nos dimos cuenta que o hacíamos ruido o la gente no vendía", explica Roca. Desde entonces, han organizado visitas y catas en el mismo Celler, pero también han colaborado con negocios de la zona para ofrecer productos combinados con restaurantes, alojamientos rurales, empresas de deportes de aventura... "Es la mejor forma de darnos a conocer. Y nos funciona muy bien, porque la gente que viene aquí pasa un buen rato, prueba los vinos, ve el paisaje... y se va de aquí con un buen recuerdo. Esto nos ayuda a estar presentes", asegura Arnal.

Visites Celler Masroig 323

Además de las experiencias enoturísticas, el Celler Masroig impulsa desde 2010 la Festa del Vi Novell. Fue la primera bodega en recuperar una tradición que se celebraba dos o tres generaciones atrás, y que servía para dar a conocer el vino que se acababa de hacer, coincidiendo con la matanza del cerdo. "Nosotros decidimos recuperar también la simbología del cerdo, sin matar ninguno: cada año en la etiqueta hay algún elemento que recuerda el cerdo", explica Eulàlia Roca. Siguiendo el dicho "Per Santo Martí, mata el porc i comença el vi", el Celler Masroig hace una producción de vino limitada, transgresora y apta para todos los públicos.

El Celler también se implica cada año en la iniciativa Masroig Vi Solidari, que recoge dinero para la lucha contra el cáncer infantil del Hospital Sant Joan de Déu. Las bodegas del pueblo aportan vino gratuitamente, y todo el pueblo promueve iniciativas para venderlo y ganar dinero. Este año, se recaudaron más de 30.000 euros y se superaron todos los récords. "En todos los años que llevamos ya hemos pasado los 100.000 euros", explican.

El futuro: continuar creciente

En un futuro, la prioridad de la empresa es continuar creciente, tanto individualmente como colectivamente, como DO Montsant. Y aumentar la exportación, ampliando el número de países y el volumen de negocio a los territorios donde ya son presentes. "En el mundo del vino, los clientes funcionan mucho por la confianza. Y la confianza se gana con el tiempo: cuando pasan los años y ven que no decepcionas. La exportación funciona muy así", asegura el gerente, Josep Arnal. Una de las vías de crecimiento es, también, la fusión con cooperativas o bodegas. Hace un año, el Celler Masroig se fusionó con el Agrícola de la Serra d'Almos. Las dos entidades colaboraban habitualmente, y fusionarse era un paso más para ser más grandes y más competitivos. "A la larga queremos concentrar el tema de vino en Masroig y el tema de aceite a la Serra d'Almos", explican.

Celler Masroig

En los últimos tiempos, también han creado un club de socios. El objetivo es agradecer la fidelidad de los clientes, ofrecerlos ventajas en productos y experiencias, y hacerlos partícipes de las novedades. "Ojalá podamos hacer todavía más grande la familia que ya somos", asegura Roca.

En el horizonte, el objetivo del Celler es permitir que las familias del Masroig puedan continuar ganándose la vida dignamente. "Lo decían en las noticias con el incendio de la Ribera de Ebro: si no hacemos territorio y todo el mundos se va a la ciudad, al final qué?", se pregunta Roca. En muchos pueblos agrícolas, no hay relevo generacional entre los campesinos y la agricultura resulta precaria. "Aquí en el Masroig, sí: hay muchos labradores jóvenes que quieren continuar", explican. Por eso, el reto es continuar proyectando Masroig y su modelo de vida al mundo.

Més informació
Freixenet vende la bodega de Henri Abelé a Nicolas Feuillatte
La Bodega de Can Roca gana el 10è Pulse Factor Humano
Hiedra, el pollo 'veggie' de la Bodega de Can Roca
Hoy Destacamos
Lo más leido