Centros comerciales en Barcelona, un invento yanqui arraigado a Catalunya

Westfield Glòries, Westfield La Maquinista y el Baricentro son algunos de los centros comerciales más populares (e históricos) en Barcelona

Baricentro fue el primer centro comercial de Catalunya y de España | Baricentro Baricentro fue el primer centro comercial de Catalunya y de España | Baricentro

En la vigilia de Sant Jordi de 1980 se produjo un hecho histórico en el mundo del comercio porque abrió sus puertas el primer centro comercial de Catalunya y también del país. Su nombre fue Baricentro y fue ubicado en unos terrenos dentro del municipio de Barberà del Vallès, junto a Ripollet. No queda claro por qué se le bautizó con este nombre, que parece proceder del mundo de la geometría, dado que el baricentro de un triángulo (también llamado centroide) es el punto único de intersección de las medianas que, a su vez, son las rectas que unen los vértices con el punto medio del lado opuesto. El baricentro, junto con el incentro, el circuncentro y el ortocentro, son los puntos notables de un triángulo. Pero quizás fue un simple juego de palabras con los términos Barcelona y centro comercial.

Baricentro se encuentra dentro del municipio de Barberà del Vallès, a tocar de Ripollet

Más allá de estas disquisiciones que no nos resolverán la duda, es importante saber que, 44 años después, Baricentro continúa existiendo, por lo que se le puede considerar el padre de todos los centros comerciales que han ido naciendo después. Para ponerlo en funcionamiento se requirió una inversión de 2.500 millones de pesetas (unos 15 millones de euros) y la extensión que ocupaba era de 46.000 metros cuadrados (ahora ampliados a 66.000) justo en el cruce entre las autopistas AP7 y C58, y con 4.000 plazas de aparcamiento gratuitas destinadas a los clientes. En aquel momento también se previó la apertura de una estación de tren subterránea, pero que nunca se inauguró y que ha quedado como lugar de visita para los aficionados al urbex, es decir, a toda aquella gente que hace excursiones a lugares abandonados.

Las primeras referencias históricas a Baricentro las encontramos en la creación del plan parcial de urbanismo del entonces municipio de Santa Maria de Barberà, de 1975. Un año después, el comentarista económico de La Vanguardia, el célebre Feliciano Baratech, afirmaba lo siguiente: "Apunte usted un nombre: Baricentro. Todavía suena poco, pero en el futuro promete dar mucho juego. Se trata del magno proyecto de centro comercial y de servicios del área metropolitana de Barcelona, cuyos promotores aspiran a convertirlo en el más importante de Europa en su género". En resumen, grandes expectativas para un proyecto pionero.

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Dentro del complejo, destacaba el hipermercado Continente, de la cadena francesa Promodès. Con el paso de los años, tanto la marca Continente como Pryca -que los más veteranos recordarán- desaparecieron absorbidas por Carrefour, que rebautizó con su enseña todos los centros de los que era propietario. En aquel Baricentro primigenio también había una oficina de la Caixa de Catalunya, una tienda de Cafès Pont, un establecimiento de la tienda de muebles Coesa -muy conocida en aquellos tiempos- y otro de la casa Fichet (cajas fuertes), entre decenas de otras tiendas. Pero seguramente lo que más llamaba la atención de los visitantes del centro en aquellos primeros años de la década de los ochenta era la pecera circular que atravesaba las dos plantas del complejo. Algunas referencias en las redes indican que el primer centro comercial del país fue la Vaguada, en Madrid, abierto en 1983, pero eso solo es una ficción centralista como aquellas que vemos a menudo bajo el título "La mejor paella se hace en Madrid" o "Los mejores calçots se sirven en Madrid", por poner un par de ejemplos.

La soledad de Baricentro como gran centro comercial catalán finalizó en 1993, cuando, en plena euforia postolímpica, abrió sus puertas aquel rascacielos extendido en el suelo que es el complejo Illa Diagonal, extendido entre los números 545 y 571 de esa avenida (o, lo que es lo mismo, a lo largo de 334 metros). En este caso, los 56.000 metros cuadrados disponibles no solo acogen comercios, sino que también albergan oficinas de empresas multinacionales como la estadounidense Marsh McLennan, la farmacéutica catalana Ferrer o la japonesa NTT. También hay un auditorio, un polideportivo, un hotel y una sala de fiestas, que sustituye al antiguo Bikini, ubicado en la misma parcela entre 1953 y 1990. Aunque pueda parecer mentira, hasta la construcción del centro comercial en la parcela aún había un par de masías, una de ellas perteneciente al Bikini, que además de sala de fiestas disponía de un minigolf -juego muy de moda a finales de los setenta y comienzos de los ochenta- presidido por una figura gigantesca de un Johnny Walker. El complejo es propiedad de los inversores que lo construyeron, es decir, la firma Sacresa (de la familia Sanahuja) y la rama inmobiliaria de la aseguradora AXA (heredera de la compañía suiza Winterthur).

Dos años después de la inauguración de Illa Diagonal, surgió otro centro comercial, el Glòries

Tan solo dos años después de la inauguración de Illa Diagonal, surgió otro centro comercial, en este caso en la Gran Via de les Corts Catalanes y a bastante distancia. Se trata del Glòries (ahora Westfield Glòries), que toma el nombre de la plaza vecina, que en aquel momento era un insípido tambor de distribución del tráfico entre la avenida Diagonal y la misma Gran Via. La principal diferencia con los dos centros comerciales mencionados, Baricentro e Illa, es que este fue concebido como un espacio al aire libre, un modelo que, como veremos, se repitió en algún otro complejo de construcción posterior. En 2017 fue renovado de arriba abajo, con la colaboración del diseñador Javier Mariscal, muy vinculado a los Juegos Olímpicos de Barcelona. Hoy en día se extiende sobre 67.000 metros cuadrados y ofrece comercios y restauración. Los propietarios son el conglomerado Unibail-Rodamco-Westfield, fusión de tres operadores del sector de los centros comerciales con sedes, respectivamente, en Francia, Países Bajos y Australia.

El centro comercial Glòries | Cedida
El centro comercial Glòríes | Cedida

El principal accionista de la sociedad, con un 15% del capital, es Xavier Niel, una de las principales fortunas de Francia (su patrimonio se estima en unos 6.900 millones de dólares). Su entrada al mundo de los millonarios la hizo bastante temprano, a los 24 años, cuando vendió la empresa que había fundado y que operaba en el sistema Minitel (cabe mencionar que Minitel fue una especie de internet antes de la era de internet que existió en Francia durante los años ochenta). Desde entonces, decidió invertir en el sector de las telecomunicaciones, una apuesta que lo haría aún más rico, hasta disponer de suficiente dinero para adquirir el porcentaje mencionado de Unibail-Rodamco-Westfield. Por cierto, su entrada en el capital de esta empresa (en 2020) la hizo acompañado de Susana Gallardo Torrededía, miembro de la familia propietaria de los laboratorios Almirall y que acababa de casarse con el ex primer ministro francés Manuel Valls Galfetti.

También del grupo Unibail-Rodamco-Westfield (URW), en 2000 se abrieron las puertas del centro comercial más grande del país, La Maquinista (desde 2021 conocido como Westfield La Maquinista por cuestiones accionariales). Dispone de más de 250.000 metros cuadrados (92.000 de los cuales son de tiendas y espacios de ocio; el resto, avenidas de libre acceso) y está construido a cielo abierto, como el caso de Glòries. En 2019 se planeó una gran ampliación del complejo, mediante una inversión de 42 millones de euros para ganar 21.000 metros adicionales y construir más de 800 viviendas. El nombre de este centro comercial proviene de la empresa que había instalada desde 1965, la célebre Maquinista Terrestre y Marítima, pieza clave de la industrialización del país desde su fundación en 1855. Los talleres que hoy ocupa el centro comercial fueron desmantelados en 1993, momento en el que se inició la reurbanización de la zona.

Westfield La Maquinista dispone de más de 250.000 metros cuadrados

Pero URW no fueron los propietarios iniciales del proyecto, ya que este fue promovido por la inmobiliaria Metrovacesa (en aquellos momentos vinculada al BBVA) y Alsthom (actualmente Alstom, propietarios de los terrenos porque adquirieron las sociedades sucesoras de la Maquinista Terrestre y Marítima). El cambio de manos se produjo en 2008, justo cuando comenzaba a estallar la burbuja inmobiliaria, porque ese año Unibail Rodamco (aún no estaba Westfield en el grupo) pagó 450 millones de euros a la familia Sanahuja (entonces nuevos propietarios de Metrovacesa) a cambio de la propiedad de ese centro comercial y de uno de menor importancia situado en Alicante.

Con lo que hemos visto hasta ahora no hemos recogido, ni mucho menos, todos los centros comerciales de la capital catalana. La próxima semana continuaremos con el análisis.

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