El sector farmacéutico en Catalunya se caractaritza por las empresas familiares. Si bien estas compañías han salido de la crisis económica, la frenada económica también impidió que el proceso de concentración que ya se vivió en los Estados Unidos llegara a nuestra casa y, quizás, hiciera surgir un gigante farmacéutico catalán. Reig Jofre, Esteve, Ferrer, Indukern, Uriach o Cusí son competitivas, pero no juegan en la liga de las Big Pharma. A la vez, la industria farmacéutica no es un actor ajeno a los cambios tecnológicos que transforman las maneras del desarrollo económico. Y no se puede quedar al margen de esta evolución que marca la competitividad y productividad de las compañías. Tanto es así que a escala internacional y nacional el sector está inmerso en un progresivo proceso de transformación, circunstancia que afecta su estrategia de gestión, de crecimiento y de desarrollo de nuevos productos.
La necesidad de lograr una dimensión adecuada y de disponer de recursos para investigar e innovar conduce a buscar una cierta especialización que proporcione el valor añadido necesario para competir en un mercado cada vez más global. El futuro de las compañías farmacéuticas implica asegurar su crecimiento a la vez que invierten en talento y tecnología y siguen teniendo la investigación y la innovación en su foco principal.
Las empresas del sector en España y Catalunya hacen frente a este desafío como patentizó el último informe de la consultora Deloitte y lo puso de manifiesto el socio responsable de la Industria de Life Science and Healthcare de Deloitte en España, Jorge Bagán. El sector farmacéutico es un segmento industrial altamente consolidado y maduro pero muy intensivo en investigación y esto lo determina a ser una de las áreas de actividad industrial con más esfuerzo inversor y más nivel de riesgo. Según datos de la patronal Farmaindustria, la industria farmacéutica en España es líder en I+D industrial con el 21% del total de los recursos destinados por todos los sectores productivos, dedicando anualmente unos 1.150 millones de euros, la mitad de los cuales se invierten conjuntamente con centros de investigación públicos y privados.
El sector, pues, sigue siendo puntero en el tejido industrial. En el conjunto de España operan 95 plantas que producen por valor de 15.000 millones de euros anuales y sus exportaciones se elevan a 11.000 millones de euros, según las cifras de Farmaindustria.
"Las farmacéuticas catalanas tienden a las desinversiones en áreas que son complementarias para, en contrapartida, crecer en otras que intensifican su especialización"
En este contexto, el sector hace previsiones a largo plazo y ve en la especialización una oportunidad para reducir riesgos y hacer más efectiva su investigación. El 2018, una muestra de esto fue el elevado número de operaciones de concentración que se llevaron a cabo especialmente en los Estados Unidos y en menor medida en Europa. Este 2019 no es una excepción. El último informe de KPMG del tercer trimestre determina que será un año de mucho crecimiento en valor de transacciones en el sector farmacéutico internacional con un crecimiento del 50% de enero a octubre respecto del mismo periodo de 2018, pero, en número de transacciones se dará una caída del 5%. En términos de actividad, los dos años están funcionando de manera muy similar, porque "en término de valor se están dando operaciones de mucha profundidad", explica Luis Zaragoza, director de Deal Advisory de KPMG en Catalunya.
De las diez más importantes transacciones del último año, Zaragoza destaca que nuevo de ellas están lideradas por compañías norteamericanas, aunque "esto no impide que Europa también mantenga su ritmo. El potencial comprador y los que venden son americanos y también hay compañías americanas que están comprando en Europa", concreta.
En cuanto a España y Catalunya, el socio de la consultora KPMG expone que las operaciones que más se realizan son aquellas que permiten intensificar la especialización de las compañías. Sobre el sector en Catalunya, concreta Zaragoza que las tradicionales empresas farmacéuticas, muchas de ellas con origen en capitales familiares, estaban integradas verticalmente en el sector químico y farmacéutico y que los procesos de concentración necesarios para afrontar el futuro las ha llevado a especializarse en áreas concretas, ya sean terapéuticas, de productos más medicalizados, de productos Over The Counter (OTC), etc. por citar algunas.
Casi todas las empresas lo han hecho o están a punto de hacerlo, dice Zaragoza, y tienden a las desinversiones en áreas que son complementarias para, en contrapartida, crecer en otras que intensifican su especialización, sea de manera orgánica o a través de compras. "Muchas se han adelgazado para después volver a crecer y trabajar en áreas terapéuticas más concretas" que les permita competir con las Big Pharma, añade. Un claro ejemplo de esta política sería el grupo Almirall.
De hecho, el sector farmacéutico en el ámbito internacional está controlado por las Big Pharma, los grandes conglomerados farmacéuticos con presencia en todo el mundo. Sin embargo, también se observa como en cada país existe un tejido empresarial farmacéutico bastante fragmentado que se complementa con las grandes compañías establecidas. Las medianas y pequeñas empresas de carácter nacional configuran un importante entramado societario que, a pesar de que quizás no son tan transparentes como una multinacional o gran corporación farmacéutica del Big Pharma, también son actores importantes para el desarrollo del sector.
"En los últimos años se ha visto que entre las Big Pharma se han producido fusiones para encontrar economías de escala porque hay empresas con un exceso de pipeline".
"En los últimos años se ha visto que entre las Big Pharma se han producido fusiones para encontrar economías de escala porque hay empresas con un exceso de pipeline –el flujo de productos que se encuentran en fase de desarrollo- y hay necesidad de compensar estos excesos y adquirir unos adecuados niveles de producción que permitan ser competitivo", explica el consejero delegado de Reig Jofre, Ignasi Biosca.
Concentración en Europa
En su calidad de experto en el sector, Biosca hace un análisis y explica el porque de la posible necesidad de una concentración en Europa. Vemos como en los años 90 o la primera década del siglo XXI los países europeos más cercanos a España implementaron políticas farmacéuticas que, basándose en fusiones y alianzas, impulsaron la consolidación del sector dando pie a la formación de un gran jugador empresarial, argumenta Biosca. Ejemplos serían Sanofi en Francia, GlaxoSmithKline (GSK) en el Reino Unido, Novartis en Suiza y Roche en Alemania, además de otros grandes conglomerados farmacéuticos como Merck o Bayer.
En España, contrariamente, no hubo política sectorial en este sentido, es el parecer de Ignasi Biosca: "No ha habido un interés claro en este sentido desde la Administración". Sin embargo, desde el mismo sector sí que se ha producido un avance en cuanto a la necesidad de ganar dimensión y de dar entrada a nuevo capital. Por eso, partiendo de la característica que el sector en Catalunya está muy focalizado en compañías de capital familiar y dada la falta de estímulo de la administración, sin incentivos para generar competitividad, no se ha producido una verdadera consolidación dentro del sector farmacéutico, pero sí unas cuántas compras y ventas y el acceso de algunas compañías a los mercados de capital.
La crisis económica de 2008 fue el detonante, en especial a partir de 2010. El sector en España tuvo que reaccionar a los negativos efectos de la crisis económica y se produjeron movimientos de consolidación, "pero la oportunidad de crear un gran jugador de Big Pharma ya se había perdido", según Biosca.
Serian una excepción ejemplos como la estrategia del ya citado grupo Almirante, y también se podría hablar de Grífols, en el segmento de los hemoderivats. Con los perfiles actuales, Almirall o Grífols podrían jugar en la liga de los grandes conglomerados europeos.
"Fue a raíz de la anterior crisis que las compañías catalanas tuvieron que hacer los deberes y ahora tienen una significativa solidez en sus balances para afrontar lo que pueda suceder en los años próximos desde la especialización y donde el mercado español es simplemente un mercado más mundialmente", argumenta Juan Ramón Aceytuno, socio responsable del sector pharma de KPMG en Catalunya. Este consultor expone que Catalunya y España tienen compañías con una visión claramente internacional, con presencia directa también en algunos mercados a raíz de compras que se han realizado en Europa y los EE.UU., y que a pesar de que con esto no se podrá cambiar del todo la realidad del sector Pharma sí que es verdad que las compañías que operan son altamente competitivas.
Startups para investigar
La gran amenaza del sector es mantener una alta productividad del pipeline. En el sector farmacéutico, investigar y crear nuevos productos es eternamente caro. Y la única manera de avanzar es especializando. Una compañía muy diversificada no puede gestionar bien su nivel de inversión en investigación.
Con datos de Farmaindustria, poner un medicamento en el mercado cuesta cerca de 2.500 millones de euros y se tiene que invertir entre 10 y 12 años de investigación. En este sentido, todos los expertos consultados coinciden en que sí que se ha llevado a cabo una adecuada visualización de qué caminos se tienen que hacer para potenciar la investigación. El consejero delegado de Reig Jofre, Ignasi Biosca, en el caso de Catalunya, uno de los factores que sí que ha detectado a tiempo la Administración y ha actuado, ha sido la necesidad de potenciar las sinergias de la gran empresa con las startups vinculadas al sector. "Se ha entendido que la investigación es un handicap para garantizar el futuro de las compañías y han visto en la inversión o colaboración con empresas emergentes una oportunidad, de tal manera que se ha potenciado la creación de un ecosistema". De esta estrecha relación se podría derivar finalmente que las firmas emprendedoras acaben incorporándose en el tejido empresarial de las grandes compañías para ser sus vectores tech de la investigación.
Es un proceso que se inició hace 15 años porque la investigación y la innovación son claves para el desarrollo de las Pharma, en un sector muy maduro en el que para investigar el riesgo es cada vez más alto y se obtiene menos regreso económico. Un único producto puede modificar la dimensión y el peso de una compañía farmacéutica. En este sentido, a parecer de Biosca, una investigación acertada y el posterior lanzamiento en el mercado de un producto altamente innovador podría facilitar que alguna de las compañías farmacéuticas catalanas se convirtiera en el gran jugador del sector a escala internacional, un Big Pharma que actuara de referente.