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El crecimiento sostenible no es un oxímoron: es una necesidad

La 7ª Immersió Estratègica del CEEC traza el camino a empresas y administraciones para fomentar un crecimiento económico basado en la apuesta clara por la transición energética

    Elena Busquets, Elisabet Alier, Pere Condom-Vilà, Miguel Lombarte y Ana Solà en una de les mesas de la jornada | Cedida
    Elena Busquets, Elisabet Alier, Pere Condom-Vilà, Miguel Lombarte y Ana Solà en una de les mesas de la jornada | Cedida
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    Periodista
    Manresa
    07 de Mayo de 2025
    Act. 07 de Mayo de 2025

    Desde que en 1987 una comisión de la ONU encabezada por la ex-primera ministra noruega Gro Harlem Brundtland definiera el término desarrollo sostenible, el concepto ha ido ganando cada vez más presencia en todas las esferas del mundo económico y empresarial. La urgencia global se ha reconocido con más fuerza en Europa, especialmente después de los Acuerdos de París de 2015 y del Pacto Verde Europeo de 2019, que han convertido la sostenibilidad en una exigencia para las empresas locales. ¿Pero estamos hablando realmente de una losa que hay que cargar, o más bien de una oportunidad para consolidar un nuevo tipo de crecimiento?

     

    Desde el Clúster de l'Energia Eficient de Catalunya (CEEC) tienen claro que la segunda visión es la más interesante, y así lo han demostrado en la séptima edición de la jornada Immersió Estratègica de la entidad, de la cual VIA Empresa ha sido media partner. El primero en hacerlo ha sido el director de desarrollo de negocio en sostenibilidad del Banc Sabadell, Sergio Sánchez, quien ha repasado la Brújula para la Competitividad (Competitiveness Compass en inglés) que la UE publicó a finales de enero para hacer ver que mejorar el valor de las empresas del Viejo Continente en el mundo exige necesariamente una visión sostenible: “La UE quiere ser preeminente en tres sectores estratégicos, la IA y la digitalización, la aeroespacial y la bioeconomía. Uno de ellos está perfectamente ligado con la sostenibilidad”.

    El informe también señala, según ha comentado Sánchez, la necesidad de tener acceso a una “energía segura, barata, abundante y manejable”, unos criterios que las renovables cumplen con creces. “La transición energética es una oportunidad para tener autonomía energética, que en el contexto actual es autonomía estratégica”, ha coincidido el director de Abac Capital, Lluís Molins, quien ha querido dejar claro que no habla únicamente desde un criterio ambientalista: “La competitividad de la UE está muy marcada por el coste de la energía, que es significativamente más alto que en EEUU, y las energías renovables y la electrificación son una manera de tener energía abundante y renovable. Y esto ya se está notando aquí: las renovables están haciendo que el coste de la energía en España sea considerablemente más barato que en Francia u otros países, cuando tradicionalmente no era así”.

     

    Lluís Molins (Abac Capital): “La transición energética es una oportunidad para tener autonomía energética, que en el contexto actual es autonomía estratégica”

    Una transición energética hacia nuevos modelos de negocio

    No es necesario que nos marchemos muy lejos para encontrar casos de éxito que demuestren estos argumentos. Un ejemplo es la papelera catalana Alier, fundada hace casi dos siglos, en 1832, y que desde 1948 se especializa en la producción de papel 100% reciclado. “Somos una industria gasintensiva y electrointensiva, y tenemos una responsabilidad con la sociedad y nuestro entorno de intentar operar de una manera que preserve el planeta”, ha valorado la presidenta de la empresa, Elisabet Alier. Una visión que han ido aplicando a través de varios cambios que han transformado de arriba abajo la empresa. Uno de ellos ha sido la puesta en marcha de una planta de biomasa para sustituir el gas natural que utilizaban antes como combustible: el cambio les ha permitido reducir un 98% las emisiones, el equivalente a las emisiones anuales de 31.000 coches. “La planta también ayuda en la gestión forestal y la reducción del riesgo de incendios, y aporta puestos de trabajo en zonas rurales donde no los hay”, ha añadido la directiva.

    Otro de los proyectos de transición energética de Alier se basa en la captura del dióxido de carbono que producen en sus procesos industriales. “Hace muchos años que producimos biogás con la depuradora, que hasta ahora utilizábamos en la planta de gas natural. Ahora lo estamos enviando a la planta de biomasa”, ha explicado Elisabet Alier. Un proceso que no sólo retroalimenta las instalaciones de la compañía, sino que incluso ha generado nuevas oportunidades económicas no esperadas: “Cuando hicimos la inversión, no nos planteamos que emitimos CO₂ biogénico, y ahora estamos estudiando la manera de capturarlo para producir metanol, un tipo de combustible que es visto como una oportunidad para industrias de difícil descarbonización, como las aeronaves o los barcos”.

    Alier y Aigües de Manresa han apostado por el biogás para autoabastecer de energía sus instalaciones

    Un caso similar lo encontramos en Aigües de Manresa, la empresa pública que gestiona los servicios de agua de 18 municipios del Bages y el Moianès, incluyendo la capital de la que lleva el nombre. “Somos el único sector que pedimos a los clientes que consuman menos de nuestro producto”, ha bromeado el gerente de Aigües de Manresa, Antoni Ventura. Pero no se trata sólo de una broma, sino también de la filosofía detrás de la entidad: “Nuestra estrategia de crecimiento no es crecer vendiendo más agua, sino hacerlo con un crecimiento cualitativo, capturando eficiencias y haciendo una correcta gestión de la demanda”. 

    Con esta idea en la cabeza, la entidad dedica muchos esfuerzos a optimizar el rendimiento de las redes de tuberías, con la intención de evitar perder el mínimo de agua durante los trayectos. Energéticamente, también han aplicado cambios: en la misma línea que Alier, Aigües de Manresa ha aprovechado el calor residual de dos de sus depuradoras de agua para generar biogás, con el cual han conseguido que ganen un 20% de autosuficiencia. “Con la subida de los precios de energía, constatamos que teníamos que intensificarlo, y empezamos a instalar placas solares”, ha comentado Ventura. Otras medidas implican la electrificación progresiva de la flota de vehículos (tarea complicada, por la poca disponibilidad de automóviles verdes con las características técnicas e industriales que necesitan) y la alimentación de las piscinas municipales que gestionan con biogás autoproducido y energía geotérmica e hidrotérmica proveniente de pozos y de la red de alcantarillado.

    Queda claro que la descarbonización “tiene asociado siempre un retorno social”, y que, muchas veces, “también es un retorno económico”, como ha remarcado la CEO de la consultoría de movilidad y transporte Cinesi, Ana Solà. Un retorno económico que no se limita exclusivamente a las empresas que aplican estos cambios, sino también a las administraciones públicas: “Favorecer el transporte público, la electrificación o la movilidad activa tiene una respuesta directa en una bajada de emisiones y contaminación y, por lo tanto, en un aumento de calidad de vida. Si tenemos mejor calidad de vida, directamente tenemos captación de talento, se pueden hacer inversiones en la ciudad, la población no se marcha y el municipio es más atractivo”.

    Participants de la segona taula rodona de l'acte | Cedida
    Participantes de la segunda mesa redonda del acto | Cedida

    La sostenibilidad no (siempre) es sinónimo de decrecimiento

    Diversas tesis ecologistas apuestan por el concepto del decrecimiento económico, alegando que es la única vía a largo plazo para afrontar la sobreexplotación de recursos naturales de los últimos siglos. Esta no es, sin embargo, la tesis que defiende el director de Estrategia Empresarial de Acció, Joan Martí, quien cree que “hace falta un nuevo tipo de capitalismo, más consciente”, en que las empresas apuesten por “crecer con propósito”. Un crecimiento que justifica necesario a través de tres correlaciones que se han demostrado positivas: dimensión de empresas y productividad, dimensión de empresas e internacionalización y dimensión de empresas y gasto en I+D. El caso más flagrante es el primero: “En Europa, a medida que creces por tramos de números de empleados, tienes incrementos de productividad de más del 20%”. Una cifra a tener en cuenta, más cuando la productividad es señalada como el “talón de Aquiles de nuestra economía”, tanto en el continente como en el Principado.

    Martí ha argumentado a favor de promover esta “cultura de empresa”, especialmente en Catalunya, un territorio que “no es un país de pymes, sino de microempresas” (el 95,5% de las compañías son autónomos o tienen menos de 10 trabajadores). La poca “ambición para crecer” que tienen los empresarios catalanes también se demuestra, ha continuado el miembro de Acció, en el bajo número de fusiones empresariales que se dan en el Principado: sólo 143 en 2020, por las 1612 que se registraron en Madrid, o las 181 del País Vasco, “una economía que es el 25% de la nuestra”.

    Joan Martí (Acció) argumenta que hay que "crecer con propósito" para mejorar la productividad, la internacionalización y el gasto en I+D de las empresas

    La cultura empresarial es uno de los tres ingredientes citados por Martí como necesarios para fomentar el crecimiento empresarial. El segundo es el modelo de negocio o, más específicamente, la capacidad de poder planificar de manera estratégica y no sólo con la intención de sobrevivir en el día a día; o el tercero es el acceso —“que no inexistencia”, ha remarcado— a la financiación. Este ámbito continúa liderado en buena parte por la banca (67%), pero también tienen un papel relevante los fondos de capital de inversión (25%), como el ya mencionado Abac Capital o la Fundación Ship2B, dos entidades que tienen muy presente la idea de crecimiento sostenible en sus operaciones de inversión. “Somos una gestora BCorp, y esto nos obliga a hacer el seguimiento de más de 60 métricas de sostenibilidad en las compañías en que invertimos, de las cuales la mayoría tienen que ver con el medio ambiente”, ha explicado el director de Abac Capital, Lluís Molins. A esta motivación añadirán próximamente el lanzamiento de un fondo de 125.000 euros para financiar soluciones de transición energética que cubran cualquier eslabón de la cadena de valor. Por su parte, Ship2B se definen como una fundación que busca “impulsar empresas de inversión de impacto”, aquellas que, en palabras de su responsable de la comunidad de inversión, Josep Biosca, aporten “una adicionalidad de cubrir aquello que el mercado no está cubriendo, y que sea mesurable”. 

    Hay que crecer para ser más competitivos en un contexto internacional de incertidumbre —y aranceles—, y la transición energética es vista como una posible ruta para lograr este crecimiento; en algunos casos, como en el sobrecitado Informe Draghi, como una de las vías principales. Pero esto no quiere decir, claro, que sea un camino de rosas. Los obstáculos están presentes, y el más citado en la Inmersión Estratégica del CEEC es la burocracia. “Tenemos un problema muy grave en cuanto a simplicidad, y añadiré también los plazos. La normativa siempre nos juega un poco en contra: por un lado, con soluciones innovadoras, cuesta encontrar la norma que lo regularice; por otro, la cantidad de normativas que va sacando la administración hace que a muchos de nuestros clientes les cueste mucho avanzar, porque pierden muchos recursos y tiempo en adaptarse”, ha reclamado la CEO de Cinesi, Ana Solà. Es, de hecho, uno de los cuatro retos principales que enumera el mismo Informe Draghi, juntamente con la falta de talento, la dependencia de tecnología mediana y los costes energéticos, según ha enumerado el director del Área de Análisis Estratégico del Departamento de Empresa i Treball de la Generalitat, Pere Condom-Vilà.

    A estas cuatro trabas compartidas con toda Europa, Condom-Vilà ha añadido una quinta catalana: la baja percepción social que tiene la industria en el territorio. "Es el sector que proporciona los mejores puestos de trabajos, sueldos más o menos elevados, estables, poca tasa de paro… Tenemos que mejorar", se ha autoimpuesto. Se ha mostrado de acuerdo el secretario del comité de tecnología y formación de la Asociación Española del Gas (Sedigas), Miguel Lombarte: “La aceptación social es un reto muy importante del sector. Nosotros ya no sólo buscamos el permiso que nos diga “puedes poner la instalación aquí””, sino que creemos que lo más importante para operar es la licencia social; conseguir que las diferentes asociaciones, partidos y entes de un área determinada vean que aportamos un beneficio a la comunidad”.