Adrià Buzón, Guillermo Molina, RobertoValdés, Marta Cuesta y Alejandro Valdés pusieron en marcha el 2016 un proyecto para transformar los servicios de cuidado y atención a domicilio a la gente mayor. Con la tecnología y la inteligencia artificial como aliados, han construido en solo siete años la empresa líder del sector y más de 170.000 familias han solicitado sus servicios. Es la historia de Cuideo, que cerrará el 2023 con unos 80 millones de euros de facturación y una base de datos con 100.000 cuidadores.
"La idea surge cuando vemos la realidad demográfica y social: la población está cada vez más envejecida", explica Adrià Buzón, que añade: "Las soluciones que se ofrecían en el mercado se orientaban a las residencias". Además, uno de los fundadores vivió en primera persona las dificultades para contratar un cuidador para un familiar y constató que el negocio funcionaba todavía de manera muy tradicional y la digitalización no había llegado.
Adrià Buzón: "Habíamos viste historias de terror"
"La gente mayor quiere seguir en casa suya y nosotros vemos que la atención domiciliaria es muy poco profesionalizada", enfatiza el cofundador. Por un lado, las familias tenían dificultados para encontrar alguien calificado y de confianza. Por otro lado, las cuidadoras, porque son mayoritariamente mujeres y a menudo migrantes, se veían abocadas a un mercado irregular y precario. " había mucha desprotección y vulnerabilidad por las dos partes", sentencia Buzón, que recalca: "Habíamos viste historias de terror, con mucha desprotección por las dos bandas"
Tenían claras las necesidades y cual tenía que ser el camino: "El punto de partida era profesionalizar la atención domiciliaria". Al mismo tiempo, descubrieron que no había ningún gran empresa que dominara al mercado, sino que más bien había pequeños negocios locales que se dedicaban a ello. Había una oportunidad.
El algoritmo y la inteligencia artificial
Buzón explica que mayoritariamente el negocio funcionaba de manera tradicional: ibas a un local y te daban un currículum de un cuidador y, si te convencía, lo contratabas. Ellos querían dar un paso más allá: "Se podía digitalizar y hemos invertido mucho en tecnología y algoritmos para escoger la persona adecuada por cada familia".
Así, los cuatro fundadores crean Cuideo en una oficina sin ventanas en una incubadora de Barcelona. Siete años después, son más de 120 trabajadores de oficinas y llegan a cualquier pueblo del Estado. La gran pregunta es cómo lo han conseguido, más en un sector tan sensible donde la confianza es primordial. Adrià Buzón da la respuesta: foco en el cliente e invertir en la marca.
Cuideo en todas partes
"Hemos invertido mucho en crear una marca que genere confianza", destaca el fundador. De hecho, el nombre de la empresa ha sonado de manera continuada en medios de comunicación, especialmente en la radio y en la televisión. El motivo principal es que uno de los primeros inversores de Cuideo fue el Grupo Godó.
"Desde el minuto 1 invertimos en la marca. Teníamos que ser la referencia en la categoría", apunta Buzón. En este sentido, explica que antes de Cuideo prácticamente nadie conocía una empresa de atención domiciliaria: "Hoy, Cuideo es referente". Y lo ejemplifica: 40.000 personas al mes buscan Cuideo a través de Google, mientras que las búsquedas de cuidadores o atención domiciliaria son muy menores. "'Necesitas un Cuideo' es el concepto, somos la categoría", insiste.
Popularidad y éxito
Pero la popularidad quedaría en nada si la experiencia no fuera buena para el cliente. En un sector tan delicado, Cuideo al menos ha conseguido recoger buenas críticas. En Google, vertedero habitual de quejas y denuncias, tienen una puntuación de 4,6 sobre 5 con más de 3.500 reseñas. "Desde el primer momento nuestro foco ha sido el cliente y entender sus necesidades", asegura Buzón, que explica que una vez al mes visita una familia diferente para entender sus problemas.
"Ayudamos el cliente a seleccionar el cuidador ideal para su caso", resume Buzón, que insiste que no es fácil: "Es un servicio muy delicado: a menudo, la persona mayor es la primera que no quiere que nadie entre en su casa". Una vez conocen el caso y sus necesidades y características, buscan el candidato ideal a través de su base de datos y gracias al uso de algoritmos propios e inteligencia artificial. Con el tiempo también han incluido dentro de sus servicios toda la gestión administrativa de contratos, seguridad social, etc.
La tecnología versus la humanidad
La digitalización de un servicio tan humano cómo este puede ser contraproducente y alejar las familias y los usuarios. Pero tienen claro cuál es la clave: "Somos digitales puertas adentro, puertas a fuera somos la empresa más humana: las familias nunca hablan con un robot". Además, cuentan con oficinas físicas en Barcelona, Madrid, Valencia, Zaragoza, Málaga, Sevilla, Bilbao, Vigo y Valladolid. Y prevén abrir una cincuentena durante el 2024, por ahora todo centrado en el Estado español, a pesar de una experiencia efímera que tuvieron en Francia.
De hecho, una mala experiencia puede ser nefasta para una familia. Y Buzón reconoce que también puede salir mal, a pesar de hacer la elección sea rigurosa. "No depende al 100% de nosotros y son cosas que pasan", afirma. Pero tienen claro qué tienen que hacer: "Cuando algo no sale bien, lo que hacemos es reaccionar y dar el máximo para solucionar el problema. No nos escondemos, damos la cara, vamos a casa del cliente".
Además de funcionar como intermediario entre cuidadores y familias, Cuideo también apostó por tener cuidadores en plantilla para hacer la atención domiciliaria. El 2022 integraron la compañía Felizvita y consolidaron esta área. Tienen previsto acabar el 2023 con un millar de cuidadores en plantilla.
Un negocio eficiente?
Las cifras de Cuideo en siete años son de vértigo: 80 millones de euros de facturación el 2023 (el 2022 fueron 60), más de 45.000 familias atendidas el 2023, 100.000 cuidadores en la base de datos o la previsión de abrir una cincuentena de oficinas. También una rondas de inversiones de hasta ocho millones de euros. Pero, cómo puede pasar con muchas empresas emergentes, la clave es la rentabilidad del negocio y no crecer de manera insostenible para caer de golpe.
Buzón: "En el mundo de las startups se levantan muchas inversiones, pero se pierde mucho dinero por el camino"
Esta es una de las grandes preocupaciones: "Somos una empresa de impacto social y lo tenemos claro desde el principio. Para nosotros es muy importante ser rentables y no perder dinero para convertirnos en una empresa para siempre, una empresa de verdad". Y es que a pesar de ser consciente de esta realidad, su objetivo es "atender el máximo número de familias posibles: nuestro crecimiento ha sido exponencial. Nuestra misión solo tiene sentido si damos el servicio a cuanta más gente mejor".
"En el mundo de las startups se levantan muchas inversiones, pero se pierde mucho dinero por el camino y mañana ya no estás", reconoce Buzón, que señala que su "obsesión" es "construir un modelo sólido": "Para nosotros, impacto social es esto". Según el cofundador, Cuideo es rentable a día de hoy. Aún así, el 2022 también cerraron otra ronda de inversión de 5 millones de euros y Atresmedia entró la empresa .
De cara el futuro, están cerca de cerrar acuerdos con compañías aseguradoras para hacer crecer el negocio e incluir el servicio dentro de las pólizas de los usuarios. Y las perspectivas son inmejorables por un sector que prevé continuar creciendo a medida que la población está cada vez más envejecida: se estima que el 2050, España tendrá una de las poblaciones más envejecidas del mundo, con un 46,4% de ciudadanos mayores de 60 años.
Las superhéroe de la pandemia
Cuatro años después de ver la luz, Cuideo y el mundo entero se toparon con la pandemia. Miles de personas mayores murieron en residencias y mucha gente mayor se vio encerrada en casa sin poder salir ni ser atendida. "Fue un momento muy duro de llevar para todos", explica Buzón, que reconoce que salieron reforzados: "Mucha gente prefirió ser atendida en casa".
Y acaba con un mensaje de reconocimiento al corazón de su empresa y de su sector: "Las cuidadoras, mayoritariamente son mujeres, fueron las superhéroes de aquel momento tan delicado. Se pusieron la mascarilla y fueron a trabajar a domicilios, para cuidar nuestras familias".