La húngara Ganz-Mavag presenta la OPA por Talgo por 620 millones de euros

El gobierno español desconfía del grupo por posibles conexiones con Rusia y continúa oponiéndose a la operación

Interior de la maqueta a tamaño real de cómo será el tren Talgo el próximo año, expuesta en el nuevo Museo del Ferrocarril de Catalunya | ACN Interior de la maqueta a tamaño real de cómo será el tren Talgo el próximo año, expuesta en el nuevo Museo del Ferrocarril de Catalunya | ACN

Ganz-Mavag avanza en su intento de hacerse con el control de Talgo. El grupo húngaro ha presentado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) su solicitud por una Oferta Pública Voluntaria de Adquisición (OPA) de acciones de la compañía ferroviaria estatal por valor de 620 millones de euros. En concreto, la empresa pretende pagar cinco euros por acción y quedarse con el 100% de los títulos, es decir, los 123.860.214 existentes en total. Sin embargo, el proceso será largo, ya que el gobierno español se ha posicionado en contra de este movimiento al considerar que el grupo húngaro está vinculado al primer ministro del país, Viktor Orbán, y al presidente ruso Vladímir Putin.

El pasado 22 de marzo, Ganz-Mavag solicitó ante la Dirección General de Comercio Internacional e Inversiones del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo la autorización del Consejo de Ministros a la inversión extranjera directa en Talgo. Tras recibir su visto bueno, ahora quedará la conformidad de la Comisión Europea y otros países como Albania, Kosovo, Montenegro, Serbia, Egipto y Arabia Saudí, es decir, donde Talgo tiene actividad comercial e industrial.

Ganz-Mavag se ha comprometido a defender la "españolidad" de Talgo y continuar cotizando en la Bolsa estatal, además de mantener a los trabajadores y centros productivos

En todo momento, Ganz-Mavag se ha comprometido a defender la "españolidad" de Talgo y continuar cotizando en la Bolsa estatal, además de mantener a los trabajadores y los centros productivos situados en el Estado español. Así pues, el grupo húngaro tilda de "amistosa" su oferta por Talgo y considera "atractiva" la contraprestación para los accionistas. Por su parte, el principal accionista de la ferroviaria española, Trilantic, también se ha abierto a llegar a un acuerdo con Ganz-Mavag, siempre que los compradores se comprometan a cumplir lo que han prometido.

Madrid sospecha de Orbán y Putin y hará "todo lo posible" para anular la OPA

Esta predisposición de ambos lados contrasta con la desconfianza del gobierno español. El ejecutivo de Sánchez ya se mostró públicamente disconforme a la transacción durante el mes de marzo, cuando el ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente, aseguró que haría "todo lo posible" para evitar que Talgo terminara bajo el control de András Tombor. Se trata del principal firmante de la OPA y ex asesor del primer ministro húngaro, Viktor Orbán. El Estado español ve a Talgo como una empresa "estratégica", y teme que esta transacción pueda dar acceso al gobierno húngaro a información delicada de la red ferroviaria española. Asimismo, el gobierno de Sánchez cree que existe un vínculo entre Orbán y Putin por su afinidad política, e incluso sospecha que Rusia podría estar apoyando financieramente la operación.

El gobierno español tiene a su disposición un escudo antiopas con el que puede paralizar la operación, pero Bruselas podría anular su resolución

Desde el pasado 2022, los Estados miembros de la Unión Europea tienen la posibilidad de blindar a empresas de su país frente a OPAs extranjeras. Así pues, el visto bueno del gobierno español es indispensable para que la operación pueda continuar. O, al menos, hasta finales de 2024, que es cuando concluye el real decreto de inversiones extranjeras al que se acoge el ejecutivo de Sánchez. Sin embargo, existe el riesgo de que Bruselas acabe anulando la resolución del gobierno si considera que se reúnen las condiciones para que Ganz-Mavag pueda comprar Talgo, tal y como ha defendido hasta ahora el grupo húngaro.

A priori, durante la próxima semana, la CNMV deberá determinar si acepta o no la oferta a trámite. Después, tendrán un plazo de 20 días prorrogables para decidir si la autorizan. Sin embargo, todo apunta a que el proceso se alargará meses después de la controversia que ha levantado la transacción.

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