Grup 62, el editor del libro en catalán

La empresa, propiedad de Planeta y Enciclopèdia Catalana, celebra un nuevo Sant Jordi con el objetivo permanente de mantener la excelencia del sistema literario de Cataluña

Emili Rosales, director editorial del Grup 62 | Àngel Bravo Emili Rosales, director editorial del Grup 62 | Àngel Bravo

"Sant Jordi es el gran momento del año". Lo es para los catalanes en general, pero sobre todo para el libro, por eso el director editorial del Grup 62, Emili Rosales, no se lo piensa dos veces a hacer esta afirmación. Porque el 23 de abril es la fecha más importante para el sector, por ante septiembre y el diciembre, y cierra un trabajazo importante de detectar los mejores clásicos y novedades más destacadas, traducirlos si hace falta y revisarlos, y encontrar el formato más adecuado de publicación porque el lector encuentre en él el relato perfecto para adentrarse.

Toda una operativa que es posible gracias a los 51 trabajadores que integran el grupo, que cerró el 2017 con 41,2 millones de facturación y 430 nuevos títulos.

Los pequeños hacen el grande

La semilla del grupo se plantó el 1962 con la creación de Ediciones 62, que tomó el nombre de su año de nacimiento. Poco a poco fue integrando otras compañías que fueron naciente para impulsar el sector entre la década de los 60 y la de los 80, pero no fue hasta la unión con la Editorial Empúries que habló por primera vez de una entidad grande como grupo. "Y fue hace 10 años cuando se constituyó el organismo como tal, como lo es ahora con Columna Ediciones y Proa, fundamentalmente, y algún sello más pequeño", relata Rosales.

Emili Rosales, director editorial del Grup 62 | Àngel Bravo

Fotografía: Àngel Bravo

En aquel momento el accionariado estaba en manso de La Caixa con Ediciones 62; de Enciclopèdia Catalana, con Proa; y de Planeta, con Columna. La entidad financiera salió y dejó la propiedad en manso de las otras dos compañías con un 21% y un 78,5%, respectivamente, y un 0,5% de participación minoritaria.

Rosales: "Se constituyó una empresa que se adapta a una realidad que obliga a unir fuerzas, pero manteniendo el espíritu de impulsar el libro en catalán"

La creación del grupo fue un momento clave desde el punto de vista empresarial, pero también desde la visión cultural. "Se constituyó una empresa que se adapta a una realidad que obliga a unir fuerzas, a trabajar en equipo y bajo el paraguas de una misma distribución, pero manteniendo el espíritu de impulsar el libro en catalán y el origen", explica el director editorial.

Porque si una cosa se ha mantenido a lo largo del tiempo, esta es la esencia de cada sello: "Proa continúa con los clásicos de todos los tiempos y los grandes autores contemporáneos. Ediciones 62 tiene un catálogo internacional de calidad y Columna es la editorial de los autores de gran fuerza. Se trabaja en grupo, pero cada cual conserva su identidad, el que permite establecer una comunicación con los lectores y libreros, que saben qué pueden esperar de cada sello". A estos se los tienen que sumar Empúries y Pórtico como grandes, o Estrella Polar y Fanbooks, como también Bolsillo, que también permite a sellos que no forman parte del grupo tener su edición económica de los libros.

Rosales: "Los editores lo conocen el sistema catalán como uno de los vanguardistas en Europa y que está al nivel de las seis o siete grandes literaturas"

Todos ellos no dejan de ser las piezas que completan un puzzle, según Rosales, con unos propósitos conjuntos: "Ser un reflejo inmediato de la realidad literaria internacional en catalán y simultánea al castellano, el que es un disparo característico del sistema catalán. A las ferias de Frankfurt o Londres, los editores lo conocen como uno de los vanguardistas en Europa y que está al nivel de las seis o siete grandes literaturas". Un hito logrado gracias a la apuesta tanto de publicar los clásicos catalanes de todos los tiempos como los títulos más esperados nacionales e internacionales o las propuestas más innovadoras de nuevos autores.

Leer también es cosa de modas

Los índices de lectura de los últimos 20 años han mejorado, es innegable, pero todavía hay mucho para hacer. Así lo ve el director editorial de Grup 62, reconoce que su empresa ha puesto su granito de arena, pero que lo atribuye al "trabajo muy hecha" por parte de todo el sector. No significa, pero, que sea un ámbito libre de competencia. La competencia está, y es dura, a pesar de que forma parte de un sector dinámico la publicación constante de libros en catalán y descubrimiento de nuevos autores –sea qué sea el sello que lo haga- es el que los nutre.

Rosales: "A veces publican a expensas de tener rentabilidad negativa, pero lo tenemos que hacer"

Esto supone, afirma Rosales, tener la responsabilidad de buscar el equilibrio entre unos libros que se sabe que tendrán una rentabilidad considerable y otros que no la tendrán, pero que publican para hacer que en catalán exista la oferta. "A veces publican a expensas de tener rentabilidad negativa, pero lo tenemos que hacer", revela.

Y es que cómo en el sector textil, las modas y la actualidad también están a la orden del día al mundo editorial. "Libros que son un éxito este año, hace meses eran imprevisibles y otros sí que era esperable que lo fueran. Tenemos la necesidad de adaptarnos en cuanto a cubrir la edición en catalán", señala, y añade que el contexto político ha hecho que los últimos tres meses los libros de actualidad hayan aumentado su demanda.

Emili Rosales Grup 62 | Àngel Bravo

Fotografía: Àngel Bravo

Rosales también quiere dejar claro que publicar más no quiere decir hacerlo mejor y remarca que en la última década las editoriales han reducido el número de títulos para aplicar una estrategia reflexiva: "Ahora pensamos muy bien qué hagamos para llegar al lector potencial y esto a menudo implica invertir más en promoción y distribución y no tanto en publicaciones".

Dar valor a la creación

El mundo editorial no se salvó de la crisis. Lo notaron especialmente entre el 2011 y el 2013, momento en que la remontada empezó a hacer acto de presencia. Y a pesar de que la tendencia no ha dejado de ser alcista desde entonces, el director editorial del Grup 62 reconoce que no llegaremos a las cifras previas. "No volveremos a las dimensiones que tenía el mercado hace 10 años porque nos enfrentamos a un cambio de hábitos en relación a la lectura, el que se suma al problema de la piratería", justifica.

Emili Rosales Grup 62 | Àngel Bravo

Fotografía: Àngel Bravo

Ni tanto sólo el ebook ha sido la amenaza que se preveía que sería para el libro. Es más, Rosales lo ve como un complemento y recuerda que ellos fueron "pioneros a hacer simultáneamente el libro digital y el papel", es decir, una oportunidad para captar nuevos lectores. Concretamente, el 5% que lo prefiere ante el formato clásico y que, quizás, no leerían si no fuera por las ventajas que los ofrece el dispositivo.

Por eso insiste en el "gran problema de la piratería", el cual no hace daño sólo a las editoriales a escala de negocio, sino a "el escritor, el editor y toda la cadena", enaltece. La única solución viable es dotar de más valor el proceso creativo y hacer aumentar la conciencia sobre todo el trabajo que hay detrás la publicación de un nuevo título, como también sobre el valor de la creatividad y el talento. "Si hay una valoración así, podremos mejorar tanto con la piratería como con los hábitos de lectura", concluye.

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