
“¿Cómo es ser empresario? ¿Qué hace exactamente un director de empresa? ¿Es posible emprender si no tienes experiencia?” Estas son algunas de las preguntas que más a menudo me hacen los jóvenes en las sesiones del programa Escuela y Empresa. El interés que muestran me confirma la necesidad de acercar el mundo empresarial a las aulas y de romper estereotipos sobre qué significa liderar una compañía.
A lo largo de mis intervenciones en escuelas, me ha sorprendido positivamente el nivel de conocimiento que tienen los jóvenes sobre el mundo empresarial. Los profesores hacen un gran trabajo ayudándoles a entender los diferentes roles dentro de una empresa, las metodologías de emprendimiento y dirección, y el funcionamiento de las organizaciones. No me he encontrado con prejuicios negativos; más bien he percibido curiosidad e interés. A menudo, los jóvenes se sorprenden al ver un perfil directivo joven, y comprueban que dirigir una empresa no tiene edad.
Creo que el sector empresarial debe jugar un papel fundamental en el desarrollo del talento y las competencias de los jóvenes. Cuando estudiaba en la universidad, experimenté cómo la comprensión y el aprendizaje mejoran significativamente cuando se pueden aplicar los conocimientos teóricos en un entorno real. Integrar la teoría con la práctica es esencial. Hay una gran diferencia entre aprender de un profesor y aprender de alguien que vive ese conocimiento diariamente. Por ello, sería muy beneficioso que las empresas participaran activamente en la formación de los jóvenes, mediante charlas, prácticas y proyectos conjuntos.
"A menudo, los jóvenes se sorprenden al ver un perfil directivo joven, y comprueban que dirigir una empresa no tiene edad"
Como empresaria voluntaria, lo que me impulsa a participar en Escuela y Empresa es la posibilidad de generar impacto directo en el futuro de los jóvenes. Cada sesión es única, con preguntas diferentes y nuevas perspectivas. Es fascinante ver cómo algunos estudiantes, que inicialmente no contemplaban el emprendimiento, comienzan a considerar esta opción después de una sesión. Un momento especialmente inspirador fue conocer a una madre en otro evento, que me explicó cómo, después de mi intervención en la escuela de su hijo, este había decidido redirigir su carrera hacia la dirección de empresas. Este recuerdo me reafirma la importancia de este programa.
Si tuviera que recomendar esta experiencia a alguien, le diría que creo que es una experiencia que suma mucho, porque te hace salir de tu zona de confort diaria y te pone delante de un colectivo joven que te está escuchando con curiosidad y expectativas. Nunca sabes qué te encontrarás y, justamente por eso, es tan enriquecedor. He podido ver de primera mano que puedes generar un impacto directo en su evolución, algo que a menudo parece muy lejano. Esta experiencia me ha permitido acercarme a las perspectivas e inquietudes de los jóvenes de una manera que no imaginaba.
Participar en Escuela y Empresa es una oportunidad para acercar el mundo empresarial a los jóvenes e inspirarlos en su camino profesional. Espero que esta iniciativa continúe creciendo y fortaleciendo el vínculo entre empresas y escuelas, porque el futuro del emprendimiento y del liderazgo también se construye en las aulas.
