El tercer Barómetro Europeo de la Empresa Familiar, realizado por KPMG en colaboración con las Asociaciones Territoriales vinculadas al Instituto de empresa Familiar, ponía de manifiesto la buena salud de las empresas familiares. Concretamente, según el informe, 2 de cada 3 empresas familiares tienen perspectivas económicas positivas para el primer semestre de 2015. "La empresa familiar ha aguantado la crisis mejor que otros tipos de compañías", asegura Juan Corona, catedrático de Economía Aplicada y director del Instituto de empresa Familiar (IEF).
En una entrevista con VIAempresa, Corona ha asegurado que las empresas familiares han capeado mejor la crisis por su capacidad de ahorro, de sacrificio y por su visión del negocio a largo plazo. El Director del Instituto de empresa Familiar participa esta semana en el segundo encuentro el Cornellà Creación Foro, para hablar de el El pasado, presente y futuro de la empresa familiar.
Cuál es la salud de la empresa familiar?
Después de siete años en qué todo ha sido un desastre ahora podemos decir que la salud de la empresa familiar es buena, se encuentra en un momento previo de un crecimiento muy importante. El motivo es que ha aguantado la crisis mucho mejor del que se esperaba y mejor que otros tipos de empresas. Ahora tenemos indicadores que nos hacen ver que la crisis ha acabado y que se ha revertido la situación, se crea trabajo y se puede acceder al crédito.
Hay muchas personas que encara no lo ven así...
Es importante que repetimos que hemos salido de la crisis porque la economía es mucho como un estado de ánimo y, si no nos creemos que estamos en plena recuperación, tendremos un problema. Del mismo modo que antes, basándonos en unos datos macroeconómicos, decíamos que estábamos en crisis, ahora podemos decir que las cosas van bastante bien.
Pero todavía no se nota al mercado laboral...
No se nota mucho porque veníamos de una situación de paro muy espectacular pero el cierto es que se está creando ocupación y este año todavía habrá más trabajo. La situación no es que sea buena, sino que tenemos una buena base para poder empezar a trabajar.
Cuál es esta buena base?
Pues precisamente las empresas familiares, que representan el 70% del Producto Interior Sucio (PIB) español. Si las empresas familiares van bien, la economía va bien, pero si estas fallan, ya puedes hacer el que quieras que tendrás un problema.
Por qué las empresas familiares han aguantado más bien la crisis?
Hay un argumento estratégico y un financiero. Las empresas familiares, por definición, tienen un planteamiento a largo plazo porque quieren que su negocio pase de generación en generación y por lo tanto no se plantean resultados a corto plazo, priorizan la continuidad por encima de los resultados a corto plazo. Si estos años han tenido que hacer un esfuerzo importante bajando márgenes de beneficio, bajando resultados o incluso una reducción de la remuneración de los empresarios lo han hecho. Por otro lado, la crisis ha cerrado el grifo del crédito pero las empresas familiares se caracterizan para ser muy conservadoras y, en gran medida, dedicar los beneficios de la empresa a capitalizarla, los beneficios se revierten al hacer más fuerte la misma empresa. Esto ha hecho que estas empresas hayan podido sobrevivir, diríamos, con estos ahorros un golpe se cerró el grifo del crédito. Es cierto que no todas han podido superar la crisis, la más grave después del crack del 29, y que no sabemos cuando habrían podido aguantar otros si esta hubiera durando algo más.
La medida de la empresa es determinante?
Este es un punto débil. Del mismo modo que se ha visto la fuerza de las empresas familiares también ha quedado demostrado que uno de sus problemas es su medida, que, comparado con el resto de países desarrollados, es demasiado pequeño. En España una empresa familiar, de media, puede tener unos 4 o 5 trabajadores, la mitad que en Alemania o cuatro veces menos que en los Estados Unidos. Una empresa pequeña si opera en un mercado cerrado, como el español antes del 75, puede sobrevivir pero el 2015, con mercados abiertos y globalizados, hace falta que tenga una dimensión adecuada.
Por qué aquí las empresas familiares son más pequeñas?
Por un motivo legal y otro cultural. La normativa hace que a las empresas de más de cinco trabajadores las cosas se los compliquen, requieren más documentación y trámites o hasta hace poco incluso pagaban más impuestos. Y, además, en España no hay una cultura de generar actividad económica, la gente el que quiere es tener un puesto de trabajo seguro y muy remunerado.
El mundo educativo ayuda?
El mundo de la universidad y el de la empresa en este país hasta hace poco vivían enfrentados y ahora sólo hemos conseguido que vivan de manera paralela. La culpa es que cada cuatro u ocho años, con cada cambio de gobierno, se hace también un cambio en la política educativa. Históricamente, el sistema educativo español se ha basado en las universidades públicas y esto supone una cultura de tipo funcionarial verso una cultura empresarial, un extremo basado en un orden y otro centrado en la creación, la innovación y la improvisación. Esto lo tenemos que cambiar porque todas las innovaciones empresariales vienen de las universidades.
Ahora se está haciendo mucho de énfasis en los emprendedores...
Es un error diferenciar entre un empresario y un emprendedor porque un empresario es un emprendedor de hace años al que le han salido bien las cosas y se ha podido mantener en el tiempo. Hoy en día los lugares de trabajos los están creando, por este orden, las grandes empresas, las medianas empresas, las pequeñas empresas y los emprendedores. Esto no quiere decir que no se tenga que tratar bien a los emprendedores ni apoyarle, pero hay que recordar que los empresarios de hoy son los emprendedores de hace años, los tenemos que ayudar a todos porque al final el grande beneficiado es la sociedad.
Dice que uno de los principales problemas de las empresas familiares es su medida. Cómo pueden crecer?
El crecimiento puede ser orgánico, dentro de su propio mercado clásico; mediante fusiones, que tiene un importante factor cultural que en España no se da porque hay que poner en común la manera de hacer de dos familias diferentes; y la internacionalización, que es la mejor salida y de hecho es cómo han crecido en España las empresas los últimos ocho años y esto es fantástico porque conseguimos que lleguen dinero de fuera que vienen a reforzar nuestro PIB. Nuestra recomendación a las empresas familiares es que se internacionalicen pero que lo hagan con tino y después de hacer un plan estratégico que nos dice, por ejemplo, donde nos tenemos que expandir y no dejarnos traer por las modas. Ahora, por ejemplo, está de moda expandirse al mercado chino, que es lo más grande de mundo, pero quizás por una determinada empresa no sería lo más recomendable por la competencia o por los costes de fabricación. Hay que tenerlo muy muy estudiado antes de tomar la decisión y lo tiene que hacer una empresa con una infraestructura y una capacidad suficiente. En este punto volvemos al mismo punto: hacen falta emprendidas familiares más grandes y más internacionalizadas.