"Los latinos somos menos de fiar, por eso los modelos sin intermediarios se desarrollan al sur"

El CEO de Validated ID, Santi Casas, asegura que en un futuro gestionaremos nuestros derechos como ciudadanos a través del teléfono con una identidad digital y universal

Santi Casas, CEO de Validated ID | Cedida Santi Casas, CEO de Validated ID | Cedida

Validated ID nació el 2012 para implantar un servicio de firma electrónica al mercado. Su fundador, Santi Casas, fue un revolucionario en su momento, un visionario que supo idear una propuesta hoy consolidada y con una competencia creciente. Y ahora quiere volver a hacer el mismo con la gestión de la identidad digital a través del blockchain. "Es una tecnología que permite crear un nuevo modelo de identidad descentralizada y soberana, que quiere decir que todo el mundo es propietario de su identidad", explica.

Y a la lista añade los adjetivos "interoperable" porque, como dice, "en identidad digital todo está para construir y será universal".

Dejaremos de tener documentos internos en cada país como el DNI?

Correcto. Internet y el blockchain son universales. Todo esto hace tiempo que está por encima de los Estados, el problema es que hay cosas que todavía se están haciendo a escala muy local y hace que sean incompatibles. En Europa, que teóricamente es un mercado común, la realidad es que siguen siendo 28 países diferentes donde los intercambios comerciales continúen siendo pocos precisamente por trabas de este estilo. Es muy difícil hacer un trámite en una administración alemana con las identidades que tenemos en España, esto es el que la cadena de bloques y los modelos de identidad soberana intentan romper. En los próximos tres o cuatro años se creará un modelo que será universal y se podrá utilizar en todas partes.

"Hay 1.100 millones de personas al mundo que no tienen papeles porque su acreditación, vinculada al lugar de origen, no sirve en su destino"

Poco tiempo para un cambio que afectará los ciudadanos de todas las edades.

Esto es un debate interesante. Tengo un hijo de 17 años que tiene una cuenta al banco pero que ha ido en contadas ocasiones a una oficina. Cuando necesito que traiga el DNI, le tengo que recordar. En cambio, el móvil no se lo deja en ninguna parte, es la herramienta que vincula su identidad por todas partes. Es cierto que cuanto más grandes somos, más lejos estamos de la tecnología, pero esto no hace que se pare nada. Las Naciones Unidas han impulsado un proyecto que se llama ID 2020 y que tiene como concepto que la identidad digital permita ejercer tus derechos como ciudadano. Es una iniciativa que sale adelante porque en este momento hay 1.100 millones de personas al mundo que no tienen papeles, que son refugiados que han tenido que marchar de su país y que su acreditación, vinculada al lugar de origen, no sirve en su destino y provoca que no puedan ejercer sus derechos. La iniciativa quiere que sean las identidades digitales, que traerás contigo al móvil, las que te permitan gestionar tus derechos.

Servirá tanto para la identificación personal como para información médica?

Servirá para todo. Al final, la identidad tiene todas aquellas cosas y, por lo tanto, son cosas diferentes. Va desde el que has estudiado hasta qué edad tienes. Todo son un conjunto de atributos que te identifican como persona. Todo estará al wallet, tú irás aportando información sobre estos atributos o lo harán terceros como la universidad, que dirá qué has estudiado. Toda la información vinculada a tú podrá ser compartida a tercero, pero siempre bajo tu control, lo verá quién quieras. No será una información descentralizada en bases de datos de terceros, nadie más que tú la podrá tener al 100%, el resto la tendrán de manera parcial según el que necesiten.

"Vamos hacia un sistema donde los datos siempre estarán bajo el poder del usuario y será él quien elija si las quiere vender"

Por lo tanto, nosotros decidiremos quién ve qué?

Este es el elemento clave del modelo. El control siempre será tuyo y cuando un prestamista de servicios te pida información, tú decidirás si dejas que acceda y qué información quieres compartir. Es decir, tú decides si es adecuado ceder datos para tener un servicio. Esto genera un cambio total en los modelos actuales que se basan en el big data, un cambio lógico teniendo en cuenta que vamos ninguno aquí con el nuevo reglamento europeo de protección de datos. Vamos hacia un sistema donde los datos siempre estarán bajo el poder del usuario y será él quien elija si las quiere vender.

Dará autonomía al usuario, pero está preparado para tenerla?

Hay un concepto que durante muchos años se ha repetido y que ahora está en entredicho: el de nativos digitales. La idea que la gente por el hecho de nacer ahora tiene conocimientos tecnológicos es errónea. Tiene más habilidades tecnológicas, pero no implican ser más responsable con los datos. Surgirán modelos que empoderen el ciudadano, pero él no es consciente de que tiene que hacer con esto, es una tarea que tendrá que hacer el sector público y que hoy en día todavía está pendiente y en desarrollo.

"El sector privado sí que ha impulsado la tecnología, sino no nos conectaríamos casi cada día a la banca electrónica o en las redes sociales"

Algunos expertos apuntan que es precisamente el sector público quién puede desarrollar la tecnología.

Puede jugar un papel importante, es cierto, pero siempre que no sea un rol de control sobre el blockchain. Tiene que potenciarlo, formar para su uso... Pero no es un papel importante en cuanto a su uso. Estiércol de media un trámite al año con el sector público, esto no genera dinámica ni costumbre. En cambio, el sector privado sí que lo ha impulsado, sino no nos conectaríamos casi cada día a la banca electrónica o en las redes sociales. El sector público puede facilitar el desarrollo, pero no será el que generará tracción.

La economía colaborativa y las nuevas propuestas también serán clave?

Sin duda. La gran gracia de la cadena de bloques es que elimina intermediarios, que no quiere decir que todo vaya hacia modelos como el de Uber. Son modelos muy centralizados que han ayudado a crecer la economía colaborativa, pero que al final tienen que centralizar mucho el sistema. El que permite el blockchain es que podamos tener Ubers distribuidos y esto significa que no habrá una gran compañía que prestará los servicios, sino que habrá un modelo común donde cada cual hará su negocio sin un control centralizado. Esto es el que más nos costará de madurar, tendrán que pasar unos cuántos años para tener modelos de negocio ligados y que funcionen.

Donde estallará antes el modelo? Estonia es un buen ejemplo a seguir en gestión electrónica de trámites.

Europa es más pareciendo del que nos pensamos. Es más, culturalmente los latinos somos menos de fiar que los nórdicos, por eso los modelos sin intermediarios, donde no hay que confiar en un tercero, se desarrollan más al sur. Al norte se firman menos documentos con certificados digitales que aquí. Confían, por ejemplo, en la palabra del médico y nadie la pone en entredicho. Aquí, como que no nos refiem de nada, tenemos que montar un sistema que dé las máximas garantías. Esto hace que se desarrollen modelos de negocio que no se crearían en ninguna parte más. En temas de blockchain no tengo nada claro que sean los nórdicos quienes echarán del carro, creo que echarán más fuerte los que tienen algo a ganar. Estonia es un país muy pequeño, con dos millones de habitantes, y desde el principio han visto que sí o sí tienen que ser digitales y tienen que aportar valor al resto del mundo para tener presencia.

Cuando se superará el miedo que genera todo ello? La imagen negativa que se tiene del bitcoin no ayuda.

Una cosa es el debate tecnológico sobre qué es la tecnología de cadena de bloques y otra es la idea de las criptomonedes, las ICOs, los modelos digitales... Mucha gente está en contra del modelo económico que están generando los bitcoin y el blockchain en general, porque es muy especulador y no está claro que sirva, pero todo el mundo tiene claro que el modelo tecnológico sí que ha venido para quedarse porque tiene una fuerte implicación en el cambio social. La imagen de criptomoneda que se tiene, que implica que haya uno fin por cada transacción, perjudica el modelo que estamos pensando para gestionar la identidad digital y ámbitos como la seguridad jurídica. Hay que separar los dos debates. Quizás toda la parte económica tendrá un efecto burbuja, o quizás no, pero la tecnología será beneficiosa para la sociedad.

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