Maria Teixidor: “Me motivan el barcelonismo y el poder transformador del fútbol”

La exdirectiva del Barça reivindica el proyecto colectivo y recuerda que votó en contra de cargar al club con antecedentes penales

Maria Teixidor en la entrevista con la Milanesa de Messi. | Carolina Santos Maria Teixidor en la entrevista con la Milanesa de Messi. | Carolina Santos

Da la impresión de que Maria Teixidor se ha colocado un objetivo muy amplio entre ceja y ceja. Y ella es de las persistentes, de las líderes que quieren trabajar en equipo para avanzar hasta allí donde se lo propone a ritmo constante, sin desfallecer. Se ha planteado, salta a la vista, ser una de las primeres mujeres directivas que se conviertan en referencia del cambio, superada ya la etapa de las presencias testimoniales y espoliada por una Sociedad que no reclama cuotas, sino solvencia y talento. Teixidor gana en las distancias cortas a base de un discurso bien articulado, solvente, propio de abogado que sabe defender y argumentar sus causas. En la dilatada conversación celebrada en el Fishhh!, el restaurante de Lluís de Buen sede habitual de La Milanesa de Messi, se tocaron muchos aspectos, afloraron carcajadas sinceres y la evidencia de que la oposición a Laporta tendría en ella una buena candidata al palco, si fuese realmente audaz. En esta crónica podrán leer también otro punto de vista de nuestro encuentro con Maria Teixidor, que pivotó, como no podía ser de otra manera, sobre su experiencia directiva bajo la presidencia de Josep Maria Bartomeu y el papel que ha interpretado en la eclosión de este nuevo fenómeno social de origen culé llamado Barça femenino.

¿Cómo fue la experiencia de ser mujer directiva en la junta de Bartomeu?

Trabajé mucho y, al mismo tiempo, me divertí mucho; este es el recuerdo que me ha quedado. Una buena experiencia. ¿Cómo entré? Ya había colaborado en campañas desde que se presentaron todos juntos, en el 2003, por amistad con el hermano pequeño de Barto. Formábamos una especie de grupo de los hermanos pequeños, a los que nos tocaba trabajar y ayudar. Poco a poco, con el paso del tiempo, cada uno fue cogiendo su rol, vas creciendo, soy abogada, continuo en contacto con la familia Bartomeu, a los que conozco desde que tenía quince años. Por el camino, evité que un cliente mío pusiese una querella al Barça y detectaba que había agujeros en la estructura del club. Después de comentarlo, llegaron las elecciones de 2015 y esta vez, más que ayudar en campaña, Bartomeu me ofreció un puesto en la directiva y, obviamente, no podía decirle que no, Y aquí empieza.

“El proyecto de Laporta transmite pura improvisación”.

Con este vínculo personal, debe resultarle difícil poner nota a la etapa de Bartomeu como presidente...

Creo que, en líneas generales, no se ha sido justo con Bartomeu, porques su mandato es demasiado reciente. Realizar una valoración objetiva de su presidencia precisa de tiempo, que los hechos se vayan digiriendo y podamos separar las partes buenas de las malas. Cualquier experiencia tiene matices y no todo es blanco o negro. Obviamente, se han producido errores, pero decidir comporta el riesgo de equivocarse. Después, ya veremos qué realidad nos revelan los aspectos que se encuentran todavía sub iudice, y en eso, quizá porque soy abogada, soy muy cuidadosa, no me precipito porque sé que la verdad tiene diversas caras y los juicios preliminares pueden resultar excesivos.

¿Cuando usted estaba en la junta tenía la sensación de que el club se encontraba en quiebra técnica? ¿O era inimaginable?

No, yo no tenía esta sensación; pero es cierto que la situación, con la pandemia, se iba complicando. Cuando dimitimos, lo hacemos seis miembros de la junta de las áreas jurídica y económica del club, que habíamos supervisado estrechamente la gestión del club y eso, en teoría, nos hacía pensar que estábamos suficientemente bien informados sobre cómo se estaba gestionando el Barça. Pero no, la realidad que publican los medios (lo que denominan “Barçagate”) nos atrapó como una ola, fue un shock descubrir la situación, no nos lo esperábamos, claramente.

“La progresión del Barça femenino se ha trabajado muy bien. El espaldarazo al femenino estuvo avalado en todo momento por Bartomeu”

¿Y se siente partícipe de este descalabro, o se desmarca?

Hombre, dimito precisamente por esta razón, por no sentirme copartícipe de eso. Por una realidad que yo no conocía, de la que me informo por lo que sale en la prensa y provoca que nos empecemos a hacer preguntes. Cuando eres un colectivo de gobernanza, obviamente asumes las decisiones como propias porque, en caso contrario, sacar adelante la gestión resultaría imposible. En este caso, cuando tu empiezas a tener determinada información, ves perfectamente dónde se encuentra la línea: si paso de aquí, me convertiré en copartícipe y no quiero, no estoy de acuerdo. Sin que me toque determinar quién es el culpable de la situación, llega un punto en que no te puedes poner en riesgo. Es mi patrimonio, es mi familia y mi prestigio, y no estoy dispuesta a jugármelo. Todo ello, mezclado con una crisis brutal generada por el covid que detiene toda actividad económica, también en el Barça. Total, los seis directivos vemos que se han producido actuaciones que no podemos compartir, creemos que se han de tomar determinades medidas para contener el efecto de la pandemia que no se adoptan y tomamos la decisión. Dimitir es la única vía de salida que nos queda.

Usted ya fue una voz discordante cuando el club acabo con antecedentes penales por el “Caso Neymar”.

Sí, voté en contra. Y lo tenía muy claro como directiva y como abogada. No era solo una cuestión de ética, sino procesal. Los datos que se pusieron sobre la mesa en el momento de plantear el acuerdo hacían que me costase admitir la presunta culpabilidad de los responsables del Barça en este asunto. Podía ser un proceso largo, pesado, que pendiese como una espada de Damocles y reconozco que un pacto acorta el tiempo de incertidumbre, pero aun así a mí me costaba admitirlo. Y más, en una cuestión de la responsabilidad penal de la persona jurídica ante la que nadie sabía demasiado como se actúa en esos casos. Tuvimos poco tiempo para analizar la documentación, pero lo que vi finalmente decidió mi voto, creyendo que el club tenía muchas opciones de salir indemne del caso.

Maria Teixidor

Fotografia de Carolina Santos

 

Cuando se habla del legado positivo de Bartomeu, se piensa en seguida en el Barça femenino. En este caso, ¿se siente más que copartícipe de su éxito, de su eclosión?

No olvidemos que, en general, este tipo de proyectos acostumbran a ser colectivos. Tendríamos que hacernos a la idea de ver la bondad de las cosas compartidas... La vida va de eso, la vida no la hace una sola persona en ningún aspecto porque es imposible. Entonces, precisado este punto, se ha de reconocer a Jordi Mestre el acierto de ver que este equipo femenino estaba preparado para dar el salto, de forzar este progreso durante el mandato de la junta a partir de 2015, y también al presidente Bartomeu, por hacerse suyo el proyecto. Forjaron la estructura con el fichaje de Markel Zubizarreta como garantía de trabajo serio. Sí, después es cierto que yo represento el papel de motor en una transformación que tiene que ver con lo que podía necesitar el femenino para avanzar. El impulso que di en momentos difíciles siempre estuvo avalado por el presidente Bartomeu. No nos apoyaba solo verbalmente. Cuando yo tenía alguna dificultad, se la expresaba y me daba apoyo. Y eso hay que reconocerlo. Más todavía cuando hablamos de un cambio cultural profundo como el vivido por el femenino en una entidad no acostumbrada en absoluto -hasta aquel momento- a darle protagonismo a las mujeres. Cuando has de cambiar tantas cosas de la cultura de una organización tan grande como el Barça, rompes barreras, activas, proyectas una visión de futuro gracias al apoyo de los de arriba. Yo soy mujer y sé que el poder, cualquiera, por definición, es machista. Vivimos en una sociedad patriarcal y el poder está teñido de machismo. Al final, también, no va solo de hombres y de mujeres, sino de tener la sensibilidad para cambiar lo que se ha de cambiar socialmente en beneficio de todos. Nosotras queremos colaborar, codirigir, estar al 50%.

Ahora mismo, se diría que despierta más conexión emocional el femenino que el masculino, entre los seguidores del club...

Si así fuese, sería maravilloso y significaría que hemos hecho muy buen trabajo.

El orgullo, el sentimiento de pertenencia, el ambiente en las gradas del Camp Nou en los partidos contra el Madrid y el Wolfsburg, el desplazamiento a la final de Turín... todo un contraste con la situación del primer equipo masculino.

Lo vivo con profunda satisfacción porque, al final y en conclusión, quiere decir que se ha trabajado mucho y muy bien. La lección más bella de esta etapa consistío en comprobr que, cuando tú articulas un proyecto, si dejas que cada uno crezca y se ocupe de su parcela y cada uno dé lo mejor de sí mismo, el éxito está asegurado. Este tipo de iniciativas son imparables porque trabajamos en diversos frentes a la vez, siguiendo una estrategia en la que era necesario unificar criterios, seguir una visión y ejecutarla, y se ha acabado logrando. Piensa que cuando nosotros afrontamos la profesionalización del femenino en 2015, la media de asistencia de público a los partidos era de 300 personas, aunque llegábamos a llenar el Miniestadi en competición europea. Cuando construimos el Johan Cruyff hay toda una historia detrás. Lo diseñamos con tres vestuarios, uno dedicado exclusivamente al equipo femenino para hacerlas sentir en casa, como si fuese suyo, que lo era. Parece una necedad y no lo es. Y eso que lo salvé in extremis porque en los últimos planos había desaparecido. No quería que entrasen en un vestuario en el que lo primero que viesen fuesen los urinarios de hombres. Hubiesen pensado que no era su casa... ahora, en las paredes de su vestuario encuentran escrito nuestro himno, el del Barça, feminizado: “Totes unides fem força”... En definitiva, ellas, las futbolistas, tenían que sentirse totalmente cómodas en el Johan, lo tenían que hacer propio, y esta finezza al plantear lo que os comento consiguió que cerrásemos la temporada prepandémica con una media de asistencia de dos mil personas. Eso es lo que querría cualquier club y en nuestro caso, no ha parado de crecer. Llegar a noventa mil espectadores en el Camp Nou es un avance exponencial, pero al mismo tiempo una evolución natural. Muy rápida, eso sí...

“Valorar la gestión de Bartomeu necesita tiempo”

¿Esta experiencia la empuja a presentarse a la presidencia de la LFP femenina?

Jajaja, das un salto un poco rápido... Acabando la pregunta anterior, el Barça femenino juega tan bien a nuestro modelo, que ha seducido por esta razón. En cambio, el masculino no sabemos a veces a qué juega, incluso. Entonces, esta manera de preservar las esencias, de conseguir la excelencia demuestra que se puede ejecutar un plan conforme a unos valores y a un diseño predeterminado. Cuando construyes este proyecto ambicioso, donde vuelcas dinero, talento, esfuerzos, te das cuenta de que si el contexto no te acompaña, pierde el sentido. Fui representante del Barça en la ECA, el organismo rector de los clubs, y por lo que respecta al fútbol femenino, a nivel competitivo, nos encontrábamos allí equipos de todo tipo y procedencia, con pocos recursos o con la potencia de un Barça o un Olympique de Lyonnais. De alguna manera, te dabas cuenta de que existían diversas velocidades de progresión y conocías muchas realidades. En el Barça todo puede parecer muy bonito, pero vas a Huelva y el campo tiene baches, literalmente, y las futbolistas no corren por miedo a lesionarse de gravedad. O piensas en el césped artificial del Granadilla, en Canarias, donde te dicen las jugadoras que se pueden quemar si se caen. Todo eso te hace consciente de cómo el contexto limita su progresión. Por lo tanto, has de crear competiciones plenamente profesionales y atractivas. No puede ser que el Barça arrolle sistemáticamente a los rivales, ni que gane 30 de 30 partidos en la Liga. No vamos bien. En líneas generales, en el fútbol femenino falta la conciencia de que todo está por construir y que hay que hacerlo como Dios manda. En un momento en que el modelo masculino también está cuestionado y en cierta crisis, creo que el femenino debería ser un banco de pruebas para hacerlo bien, para evolucionar. Por lo tanto, me gustaría trasladar mi aprendizaje. El fútbol femenino es un fútbol de valores, de proximidad con las deportistas, plagado de historias de superación y permite una construcción, digámoslo así, más sana. Hay un momento decisivo en mi planteamiento y es una conversación que tengo en la Supercopa de 2020 con Irene Lozano, entonces presidenta del Consejo Superior de Deportes. Me pasé los noventa minutos del partido explicándole qué habíamos hecho nosotros con el Barça femenino. Al margen de muchos aspectos concretos, le traslado que la guerra del fútbol masculino se está trasladando al femenino y que no lo encuentro justo.

Guerra que también llega a los derechos televisivos del fútbol femenino en global...

Y que solo es un reflejo de la batalla entre Rubiales y Tebas, simplemente. Tebas, además, crea la asociación de fútbol femenino y pone de director general al mismo que ya lo hace en el departamento de fútbol femenino de la LFP. A partir de aquí empieza a generar lo que ya sabe que será un problema. Se pone todo en la misma bolsa, se empieza la casa por el tejado cuando no se han afrontado los cimientos y no me parece, quizá por ser jurista, nada serio. Se han de crear reglas porque ahora vivimos en una inseguridad jurídica permanente. Hablando con Lozano, le decía que fuésemos a crear la Liga Femenina, pero haciéndolo bien, ayudando a los clubs pequeños y creando condiciones para un crecimiento armónico. Los grandes ya disponen de unas capacidades y unas infraestructuras, ahora lo que toca es preocuparse de generar un contexto solido para el avance de los más pequeños. Tenemos que reducir distancias de profesionalización. Provoqué una reunión de clubs con proyectos más avanzados para saber qué queríamos crear. Cuando me voy del Barça, hago estas gestiones... y nos cierran por pandemia. Viendo la voluntad del Gobierno español de crear y financiar esta estructura federativa sólida, encuentro normal que me atraiga, que continúe los contactos y que, en definitiva, quiera estar allí, formar parte. Para reivindicar el papel de la mujer también en este liderazgo. Me niego a estar bajo el paraguas de la Liga porque el fútbol femenino tiene la oportunidad de escribir un nuevo libro y tiene el derecho a hacerlo de manera independiente.

"Dimití para no ser partícipe de la gestión que se había producido. Conocí por la prensa cuál era la situación real del club que nos dejó en 'shock'"

Pero Tebas quiere hacérselo suyo, quiere tutelar el proceso de profesionalización. Incluso ya piensa en una presidenta, Beatriz Álvarez, que sería su candidata.

Y la ha buscado en el último minuto porque antes solo tenía hombres... Cuando te llegan esos rumores te niegas a consentirlo. En cuarenta años, casi, de existencia de los organismos profesionalizados de fútbol o baloncesto no tenemos todavía referencia de mujeres directivas, apenas hay. No puede ser. Por tanto, si ahora se afronta este nuevo paso, no puede hacerse sin mujeres que lo conduzcan. Tienes que enviar a la sociedad un mensaje muy poderoso en tal sentido.

Cuando oye el nombre de Tebas pone cara de cansancio...

Jajaja, gracias por hacérmelo notar... Bien, al final yo visualizo la oportunidad de crecimiento de un proyecto que puede ser fantástico, espectacular, y lo que la realidad del poder establecido te retorna es un mensaje que no va en consonancia. Tebas es una persona que no se ha mostrado ni receptivo, ni con interés por conocer el fútbol femenino, ni con la idea de que esto puede lograr un gran crecimiento. Por lo tanto, si no te interesa, no te metas. Por coherencia. Lo ha hecho muy bien al frente de la LFP, la ha llevado donde la ha llevado, a un negocio de 2.500 millones de euros, felicidades, pero el proyecto femenino es una start-up. O sea, tenemos una empresa multinacional participada por muchos accionistas contra alguien que empieza. Por tanto, me gustaría que el fútbol femenino tuviese la ocasión de ser creado como una start-up. Se lo merece. Si no, de la otra manera, estaremos aplicando recetas de fútbol masculino y nos equivocaremos. Y tenemos el riesgo de caer en un proyecto infradimensionado. Ya por naturaleza, como no se lo cree, lo dotará de menos recursos y de menos ambición. En su cartera de prioridades, el femenino sería lo último de todo.

Maria TeixidorFotografia de Carolina Santos

 

Para presentarse a la presidencia de esta LFP femenina necesita el aval de cuatro clubs y parece que el Barça no se lo da. ¿Qué ha ocurrido?

Ahora mismo, otros clubs ya me preguntan eso, por qué el Barça no me apoya. Bien, diría que garantiza mi independencia, pero debo reconocer que me sabe mal, muy mal que tu club no te apoye. Desde la candidatura hemos hecho comunicados anunciando nuestra intención de participar en las votaciones y, en el caso del Barça, veo por desgracia que continúan planteándolo todo en una dinámica de bandos, de trincheras. Deberían existir líneas de seguimiento, de querer aplicar nuestra experiencia de éxito al conjunto del fútbol femenino, pero prima la política de facciones, desgraciadamente. O eres de los míos o ests contra mí. A mí, el Barça me ha puesto en la “trinchera Bartomeu”. No he hablado directamente con Laporta, pero las personas que me han comunicado la decisión me dicen “tú eres de la junta de Bartomeu y, por lo tanto, nunca te daremos apoyo”. No lo negaré nunca y lo diré con orgullo, pero también soy aquella persona que dimitió en desacuerdo con lo que se hacía. He mantenido mi propio criterio y soy “individualizable”, por decirlo así. Además, he dejado un femenino enfocado hacia el éxito y que ha cumplido perfectamente con el plan que habíamos trazado. En cinco años nos habíamos fijado el objetivo de ser campeonas de Europa. Lo han sido en seis, cuando ya no estábamos. Y eso lo ha aprovechado Laporta, quien ahora está al frente. Si has ganado la Champions, el Balón de Oro, has llenado dos veces el Camp Nou, ostras, alguna cosa se ha hecho bien y cabe reconocerlo, ¿no? Creo que es de justicia ver lo que nos puede unir. El Barça debería preocuparse de que una parte, una sección que funciona bien, aún lo haga mejor. No nos hemos de permitir reducirlo a eres o no de nuestro bando...

¿No será que la ven como futura aspirante a la presidencia del Barça?

No lo sé, deben ser ellos, quien lo ve así... ¿Si me gustaría serlo? Mira, en un mundo ideal probablemente sí, porque es muy divertido estar allí. Me motivan el barcelonismo, los proyectos colectivos y el poder transformador que tiene el fútbol. Es una maravilla que, con un altavoz tan potente como el Barça, se puedan transformar realidades. Este ejemplo del femenino, que lo he trabajado de muy cerca, me ha aportado momentos de piel de gallina y experiencias personales inolvidables. Tengo primos muy culés y te pondré un ejemplo muy ilustrativo. El hijo de uno de ellos, incluso, aprendió a sumar con los dorsales de los jugadores. Imagínate, le decías cinco más cinco y te respondía “Messi”... Cosas así. Me llevé a estos niños a ver los partidos del femenino y han sido los primeros en forrarse la habitación con fotos de sus ídolos, se han comprado camisetas de Sandra Paños... Cuando esto te pasa con niños de siete, ocho años, ves el poder que llega a tener el fútbol. Me he ido por el lado familiar, pero es lo mismo que he visto en los hospitales cuando he acompañado a jugadoras y he entrado en habitaciones con Messi, Vicki Losada o Alexia. Ostras, ves la reacción de los niños, cuando también las buscan a ellas y piensas “¡pero si tienen a Dios a su lado!”... Eso para mí es impagable, si tú transformas las siguientes generaciones, crecerán con conceptos diferentes. De alguna manera, allanará el camino hacia una sociedad mejor, más igualitria, justa, tolerante y diversa. Vuelvo a la pregunta, no me escapo: la presidencia del Barça es una silla eléctrica, quema mucho, castiga, te lleva a la cárcel, etcétera... Y esa es la parte que me da mucha, mucha pereza.

Pero el aliciente de ser la primera mujer presidente del Barça es imbatible, ¿no?

De verdad, no lo necesito. Ya he sido la primera secretaria de la junta, la directiva número doce del listado histórico. En el capítulo de romper barreras, ya lo he hecho. Por ego, te aseguro que no lo ambiciono. El día que llegue, me sentiré muy satisfecha de que haya una mujer presidenta del Barça. ¿Que quizá un día me da un pronto y se produzcan circunstancias idóneas? No lo descartaría nunca porque la vida va como va y los últimos años nos lo certifican.

“El Barça no estaba en absoluto acostumbrado a darle protagonismo a las mujeres. El femenino tiene su propio vestuario en el Johan Cruyff para que lo sientan suyo”

Y con los “ismos” azulgrana de los que hablábamos antes, ¿Maria Teixidor dónde se sitúa?

Yo soy barcelonista. O sea, lo soy todo, somos la construcción de todos esos pequeños espejos y esas pequeñas historias. Vuelvo a insistir en la idea del Barça como proyecto colectivo, imposible de explicar sin la aportación de todas y cada una de las personas que se sienten parte de él. No sé verlo de otra manera. Quizá me gustaría ver la vida en antagonismos, no lo sé, pero soy incapaz de hacerlo. Todo lo que sea este juego de bandos me parece una manera banal de quemar energías, de perder el tiempo. Es mejor construir y no gastar la energía en enfrentamientos estériles que, al final, solo acaban perjudicando al propio club. Para seguir manteniendo y alimentando las fieras de a lado y lado tenemos que continuar oponiéndonos y diciendo que todo lo que ha hecho aquel es un desastre... pues mira, quizá que no hace falta. O planteémoslo de otra manera, mucho más positiva.

¿Cree que el Barça y la sociedad catalana están preparados para tener una mujer presidenta del club?

Creo que depende de quién haga este planteamiento. No me gusta verlo tanto en si eres hombre o mujer. Prefiero observarlo en materia de energía, masculina o femenina. Obama, por ejemplo, era un gran líder de energía femenina, pese a ser hombre. Tendría mucho más que ver con el discurso que plantease esa persona, sobre la capacidad que tenemos de gobernar de forma colectiva, constructiva y mirando hacia un futuro que nos ilusione. Estamos en un momento de la historia de la humanidad en que todo da miedo, todo va mal y nos angustia y, por tanto, nos faltan elementos de narrativa ilusionante. Así pues, tiene más que ver con una buena definición del proyecto que quieras realizar en el Barça y mi pregunta es si estamos preparados para aceptar cierto tipo de liderazgo, ya no en el club únicamente, sino en la sociedad en general.

¿Aún se siente cómoda con la idea del “más que un club”?

-Sí, claro. La política y la historia cambian, el mundo evoluciona. El concepto “más que un club” aplicado al Barça se puede plantear desde un nuevo punto de vista por lo que respecta a su significado. El reto global que vivimos actualmente va de supervivencia de la especie, continuando con lo que os decía antes, y yo me quiero situar en el plano de los derechos humanos, de la democracia, pero para mí el envite actual se llama Putin, igualdad de género o crisis climática. Hoy el reto es todo eso y creo que debemos alzar la mirada. Estamos en un momento de construir alianzas potentes porque todo lo que sea empequeñecerse, mirarse el ombligo, dividir no hará más que hundirnos y evitar que afrontemos lo que se nos viene encima. Todo eso me da miedo, humanamente. Entonces, ¿el Barça es más que un club? Sí. Lo ha demostrado, por ejemplo, con la primera gira mixta de la historia, demostrando que ellas también pueden jugar. La marca Barça, su nombre, es un sol que ilumina mucho, que tiene seguidores en todo el mundo. A toda esta gente le estoy diciendo que la mujer juega, sean de Arabia o de Indonesia. Explicamos un relato de lo que es “más que un club” y no me quiero estancar en años pretéritos, quiero que este concepto evolucione. Pero entiéndeme bien: quiero evolucionar llevando en la mochila todo el contenido, toda nuestra historia, todo lo que el “más que un club” ha significado siempre porque eso explica nuestros valores, como somos, de dónde venimos, nuestra manera de ser y estar en el mundo, el estilo que nos ha hecho triunfar. El “más que un club” es y punto. Y el catalanismo también forma parte de ello.

“El Barça femenino juga tan bien en nuestro estilo, que ha seducido por esta razón”

Vista la delicada situación económica del Barça, ¿acabará siendo una SAD? ¿Es una cuestión preocupante para usted?

Pues sí. Parece que estamos abocados a ello. Lo he hablado con otros abogados. Cuando entras en el Barça y ves la complejidad de su gobernanza, en estrictos temas de toma de decisiones o en seguimiento de la normativa que aplica, no se ajusta. Somos una multinacional en algunos aspectos, somos casi un Estado en otros y a la vez, una simple asociación. ¿Cómo articulas todo ello? Es imposible. Por ejemplo, negociar contratos con grandes patrocinadores teniendo que llevar los pactos a una asamblea y que entiendan que la asamblea tiene el poder de tumbar lo que acabas de acordar... Todas las juntas se han encontrado con los mismos problemas, es una dificultad del sistema. Si en este país puedes crear una asociación con tres persones y resulta realmente fácil hacerlo, imagínate consultar a 150.000 socios... La dimensión no está pensada para abarcar este grado de complejidad. Muchas veces, la pura lógica te lleva a creer que una SAD lo tiene mucho más fácil, pero al mismo tiempo te dices que ni pensarlo, que no quieres perder este vínculo de relación basado en la proximidad. Si te fijas en estructuras que funcionan en otros lugares, como el Bayern, tampoco ves que sean asimilables a nuestras características. En definitiva, no tengo respuesta. La conversión en SAD da mucho miedo, lo reconozco, pero igual acaba siendo una salida. Ahora, entonces ya te puedes ahorrar la pregunta de si quiero ser presidenta. No tendría ningún sentido...

Si pensamos en un Espai Barça creado a base de pedir créditos formidables a fondos de inversión, entonces pasamos casi del miedo al terror...

Bien, al final hemos hecho muy bien el trabajo, hemos superado las barreras, hemos llegado a ser una marca mundial, a facturar mil millones, a iluminar, como decía, el mundo con nuestro juego... Ahora, resulta un reto para todos encajar la manera de gestionar esta complejidad tan grande con los instrumentos de que disponemos, se queda corto siempre. Se ha de encontrar, probablemente, una mezcla, un mix, una especie de traje a medida del propio Barça que nos garantizase no perder esta propiedad colectiva. Continuar sintiéndolo nuestro con la proximidad de ahora pero, al mismo tiempo, conseguir que pudiésemos garantizar una estabilidad financiera que nos dejase tranquilos.

Maria TeixidorFotografia de Carolina Santos

 

¿Y cómo se consiguen nuevos ingresos? Salvo Spotify, da la sensación de que en la caja no entra ni un euro.

Con los ingresos, no hay varitas mágicas. Ya se sabe de dónde vienen y quedan bastante establecidos: derechos de televisión, recaudación total en días de partido y acuerdos comerciales. No hay mucho más. Ahora mismo, la evolución digital parece una vía a explotar, has de liderar y hacer crecer este sector. Existe también una parte de desarrollo en la gestión de datos y el Barça hace años que trabaja en este big data, por ejemplo en salud de los deportistas... Total, hay muchos campos por explorar y que pueden generar ingresos, pero se necesitan buenos ejecutivos con excelentes planes de negocio si quieres desarrollar estos terrenos.

¿Qué primaría en el Camp Nou? ¿Recuperar el espíritu azulgrana en el graderío o mantener los partidos como fuente de ingresos?

Esta es una ecuación de difícil resolución, francamente, porque siempre lo hemos querido todo y seguimos siendo el club que tiene los abonos más baratos. Queremos mantenerlos baratos aunque tengamos el presupuesto más alto, por decirlo así, y todo no puede ser, no encaja. Un seient lliure bien entendido, en el que se marquen una serie de limitaciones para exigir que lo tengas que utilizar correctamente sería una vía. Creo que dispersar la presencia de socios en el Estadi supone una área de riesgo. Se ha de mejorar el Camp Nou porque se nos ha hecho viejo y las obras son necesarias. Por lo tanto, ahora mismo no genera nada fuera del partido. En este sentido, el Madrid nos ha avanzado a toda prisa y ha hecho un trabajo espectacular con el Bernabéu, dotado ahora de césped retráctil, pueden celebrar conciertos, explorarlo a fondo cada día del año. Tienes un espacio donde puedes reunir cien mil persones y resulta que no lo usas o que está infrautilizado. Es decir, has de sacar rendimiento el día que no hay partido, mejor que estudies fórmulas... Quizá estamos mal acostumbrados y hace falta darle una vuelta. Por ejemplo, todo el mundo quiere ir a los partidos del primer equipo al Camp Nou, pero al filial no lo mira nadie desde hace años y años.

Quizá haya que cambiar, incluso, la idea de socio para hacerlo más activo, más participativo, involucrado en la dinámica del Barça.

Ya te digo, sería necesario estudiar alternativas. Por decir otros ejemplos, que cada equipo o sección tuviese su propio cuerpo de seguidores, de abonados, los del baloncesto, los del femenino. No lo sé, especulo, pero convendría pensarlo a fondo. En nuestra faceta polideportiva, muchos periodistas del extranjero, cuando te hacían entrevistas, se extrañaban de que el Barça tuviera equipos tan buenos en diversas disciplinas y que aquí no les hacemos ni caso. O sea, iban fuera y los recibían alucinados de su categoría y, en cambio, no llenaban el Palau. Queda claro que no hemos sabido construir estas aficiones de base mientras, por contraste, lejos de casa lo petan, si lo decimos coloquialmente. Por todas partes, el reto es mayúsculo, ya lo ves. Si quieres ingresos, has de adaptarte al mundo de ahora.

"Tenemos que encontrar un modelo económico que resulte como un traje a medida del Barça"

¿Tiene confianza en Laporta?

A mí, el proyecto de Laporta no me convence. En absoluto. Y por una cuestión que la prensa ha estado poniendo en evidencia: simplemente, que el proyecto no existe. Me transmite pura improvisación. Coge una figura como Ferran Reverter, que deja Mediamarkt para venir al club, que es solvente y negociador, que da confianza. A los dos días, como quien dice, se va y se te hace muy difícil confiar. Spotify ha entrado en el club pagando poco por una gran suma de activos entre el primer equipo, el femenino, el nombre del Estadi y todo. Le hacen un pack y, encima, no se puede explicar por cuestiones de confidencialidad. Si repaso aspectos como estos, es lógico que no me hagan sentir demasiado optimista...

Último punto: ¿ha quedado escamada del mundo de la política después de su paso por el Circuit de Catalunya? Solo duro 55 días...

Sí, y eso ya lo puedes poner en negrita y subrayado...

O sea, ya no la atraparán más por ese lado... ¿Qué pasó?

Solo duré 55 días al frente del Circuit de Catalunya porque trabajé gratis cuando me habían prometido que sería un trabajo ejecutivo, profesional y remunerado. Me vi inmersa en una guerra de trincheras entre los dos partidos de gobierno después de que el propio señor Aragonès me hubiese prometido que habría paz... Entonces, cuando determinados sujetos de la segunda línea te amenazan con ponerte querellas criminales por pedir lo que te prometieron, es cuando dices “¿sabes qué? Aquí os quedáis, a mí no me engancharéis”

Acabemos en un tono más positivo. Y, en consecuencia, mejor que volvamos a su experiencia con el femenino. ¿Pueden enseñar mucho al actual fútbol masculino de élite?

Seguro, y podrían hacerlo en aspectos típicos del mismo fútbol. Por ejemplo, en esta proximidad que mantienen las mujeres con su público, en esta honestidad de la que hablábamos antes y que saben transmitir con elegancia. Al final, interpretan una sinfonía casi perfecta en que las reglas se respetan, el juego colaborativo y de equipo está omnipresente. Transmiten unos valores que la sociedad reclama, son historias de superación y de éxito que resuenan mucho entre el propio público y han demostrado que arrastran una masa muy diversa y variada de personas dispuestas a seguirlas. Ofrecen tanta naturalidad que las chicas que son lesbianas no han tenido ningún tipo de problema en explicarlo y defender la causa. Es más, han podido hacer pública una nueva forma de familia anunciando embarazos suyos o de sus compañeras y lo han hecho sin aspavientos, con esta naturalidad que libera una formidable cantidad de energía positiva dirigida, por ejemplo, hacia aquellas personas que, por su orientación sexual, se ven marginadas en sus propias familias, en la sociedad. Están dando permiso para ser como somos y lo hacen con mucha humildad. Creo que estos lazos de los cuales los clubs han de ser conscientes te hacen abrazar una nueva manera de explicar el fútbol y su proyección social, esta potencia consigue que las marcas se aproximen buscando la autenticidad que demuestran con su ejemplo y comportamiento. Las nuevas generaciones ya no compran un producto por las razones de antes, lo hacen por credibilidad. Si la marca quiere quedar asociada a unos valores, sabe que se ha de acercar a quien los transmita y, por lo tanto, la vinculación entre patrocinadores y fútbol femenino ha de ser más profunda, merece una reflexión previa a fondo por parte de las empresas. Tenemos que ir a un capitalismo más consciente, que se preocupe de las personas, de retorno a la Sociedad, no solo a los inversores de los equipos. Por ejemplo, un fenómeno que no existe en el fútbol femenino es el hooliganismo. A los estadios van familias enteras muy tranquilas, que en ningún caso temen por su seguridad, y disfrutan en un ambiente mucho más sano, amable, incluso con la afición contraria, y que te permite proyectarte porque estás junto a otros en la construcción de un nuevo fenómeno social. Estos valores compartidos están ahí y permiten que construyamos esto del fútbol femenino de otra forma. Además, la distancia con el masculino es tan inmensa, que queda un largo camino por recorrer. ¿Qué gana la futbolista mejor pagada del mundo? ¿Y dónde queda situada esa cantidad en una escala masculina? Aún nos queda un inmenso margen de mejora.

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