El espíritu de Nadal (y del marketing) lo pone Iluminaciones Just

Con 70 años de historia, la empresa valenciana ha pasado de adornar las calles durante las fiestas con ramas de pino a iluminarlas con LED

Trabajos al taller de Iluminaciones Just | RAD Trabajos al taller de Iluminaciones Just | RAD

La llegada de la Navidad nos hace pensar en momentos junto a la familia y los amigos, en el mejor de los casos, recogidos alrededor de una estufa de leña, comiendo turrones y compartiendo regalos. A pesar del frío, la vida también está en la calle; y es allá, por todas partes, donde está claro cuál es el auténtico espíritu de Nadal: la iluminación. Carolina Andreu nos abre las puertas de su empresa a la calle San Pancraci de Valencia, Iluminaciones Just, con una larga historia poniendo color en las fiestas. Sus luces las veremos estos días en las ciudades de València y Barcelona y a municipios del País Vasco, Cantabria y Aragón.

El negocio se puso en marcha curiosamente cuando todavía no se utilizaban ni bombillas. Eran los 50 cuando su abuelo, Manuel Just Nacher, empezó a trenzar ramas de pino y a hacer arcos manuales para adornar las calles durante las fiestas de los barrios. "Era un adorno simplemente floral porque no existía una red potente de Iberdrola", asegura la nieta. Despacio, las bombillas se fueron incorporando hasta elevarse como la empresa que es hoy en los 70, cuando pasó a manos de su madre, Celia Just. Tenía sólo 21 años cuando murió su padre y se hizo cargo del negocio donde trabajaba desde los 16 años. Su marido, Liberto Andreu, practicante de profesión, dejó el trabajo para ayudarla a consolidar la empresa.

Llums de Just a Barcelona | Cedida
Luces de Justo en Barcelona | Cedida


Cuando se jubiló la jefa, ahora hace 11 años, su hija Carolina cogió el relevo "todavía antes de terminar la carrera" y hoy es la gerente y la tercera generación de la empresa familiar. "Continuamos luchando para seguir creciendo, para seguir iluminando las ilusiones, dándole luz a los sueños de las personas", sostiene.

Diseño en València, fabricación en China

Ya no trenzan ramas de pino, sino que se dedican al alquiler de material de iluminación decorativa de exteriores. Un trabajo que se concentra, sobre todo, en Navidad -en esta época se desplazan por todo el Arco Mediterráneo y por el norte del Estado español, como País Vasco y Cantabria y concentran el 60% del trabajo-, y en verano por las fiestas del País Valencià, principalmente. Destacan las Fallas de València y las Hogueras de Sant Joan d'Alacant. Estos días, pero, el producto estrella son los conos metálicos que simulan árboles de Navidad.

Los arcos se diseñan al taller de València y, una vez conseguido el prototipo deseado, lo envían a fabricar en China. La gerente explica que cada arco luminoso dura unas cinco Navidades y cada año se exponen alrededor de un mes, por el que cobran unos 100 euros. Confiesa que los festivos no centrados en motivos navideños son más rentables, porque con la misma duración, los alquilan un poco más baratos -unos 70 euros-, pero en más ocasiones, en las fiestas de los pueblos.

La gerente explica que cada arco luminoso dura unas cinco Navidades y cada año se exponen alrededor de un mes, por el que cobran unos 100 euros

Cuando se apagan los LEDs, no reutilizan los arcos porque es "doblemente costoso": en material y en mano de obra. Cortar las bridas, cambiar todas las bombillas, volver a poner las bridas y cortarlas... "Es un trabajo muy pesado", suspira Andreu. Cuando llega un cliente -desde un ayuntamiento hasta una asociación de comerciantes-, no dice qué quiere; el proceso se invierte: "Le preguntamos cuánto dinero quieren gastarse, y de acuerdo con esto, decimos el número de arcos que pueden poner y los mostramos los diseños que tenemos. Normalmente siempre es inferior a lo que habían pensado, pero les decimos que si funciona y sirven para atraer público, que al año siguiente intenten convencer a más comerciantes de su calle para poner dinero para iluminarlo". Las luces de Navidad como herramienta de marketing.

De las ramas de pino al LED y las regulaciones

Ha llovido mucho desde los inicios. De los rudimentarios adornos del abuelo ahora trabajan con bombillas tradicionales E-27, con micro bombillas E-14, con hilo luminoso de bajo consumo y con LED. Las leyes también han cambiado y han afectado mucho al sector. La fabricación de la bombilla incandescente se prohibió en 2012 después de más de 130 años de historia; en 2018 la Unión Europea acabó con los halógenos. Unas normativas que no terminen de gustar a Andreu: primero, porque obligaron a la empresa a reconvertir su material, acción que los costó "millones de pesetas" que todavía están amortizando; segundo, porque dice que el LED no ilumina igual: "Antes había una alegría en las calles que no hay ahora. Antes parecía que era de día, ahora es menos espectacular, a pesar de que se ha mejorado desde los inicios del LED".

Andreu desmonta la creencia de que el LED es más duradero: "Es un material más delicado que la incandescente. Una cosa es tenerlo en casa, fijo en una pared, pero nosotros lo movemos mucho de un lugar a otro y notamos que tiene menos resistencia. El aislamiento también es peor. Técnicamente da problemas".

A la hora de hablar del éxito de su empresa, la gerente de Iluminaciones Just cree que la clave está en el servicio que dan: "Trabajamos a un precio mediano, pero damos un buen servicio. Si se estropea una bombilla, la arreglamos en el momento. Si un vecino se queja por un arco que le toca el balcón, lo retiramos rápidamente. Somos muy versátiles". Además, asegura que trabajan con una "mano de obra muy cualificada". Son 22 trabajadores, y a pesar de que contrata más para la campaña de Nadal, los temporales se dedican a hacer tareas de almacén porque la iluminación la tratan personas formadas en la empresa con conocimientos específicos y "que no son fácilmente sustituibles".

Cuando hablamos de la trayectoria de la empresa, menciona como un importante obstáculo la crisis económica de 2008. "La notamos mucho porque hacemos un producto de lujo y dependemos mucho de los ayuntamientos, que restringieron mucho sus presupuestos. Nos adaptamos, nos quedamos con la plantilla que éramos y aguantamos. Después nos hemos recuperado un poco, pero no hemos llegado al nivel de antes de la crisis", asegura Andreu. Algunos auguran la llegada de una nueva recesión, pero ella todavía no lo ha notado. En todo caso, desliza una de las otras claves de la supervivencia de la empresa: "Prefiero cinco clientes pequeños a uno grande. Si dependes de un ayuntamiento que factura un millón de euros y después lo pierdes, te has quedado sin nada. Si pierdes un de 100.000, puedes encontrar otro que lo sustituya".

Sobre el estrambòtica competición de los alcaldes por las luces de Nadal: "Han conseguido su objetivo, que es atraer a las personas"

Trabajar vía contratación pública implica depender de gobiernos municipales, y por lo tanto, de decisiones políticas. Ahora bien, la cabe de Iluminaciones Just sostiene que "pocos partidos quieren suprimir lo que ha puesto el gobierno anterior". "Si pusieron cinco arcos, retirarlos o poner menos siempre genera polémica y no es habitual", asegura. Otra cosa son las carreras para conseguir que una ciudad se vea desde la Luna en Navidad, como es la polémica que han protagonizado en Madrid o Vigo. "Dan publicidad, pero lo veo desmesurado. Se supone que la iluminación está para atraer el consumo, es marketing en la calle porque las tiendas vendan más. En el caso de estos señores se ha convertido más en una bandera suya, pero han conseguido su objetivo, que es atraer a las personas", observa Andreu.

En todo caso, como afirmaba antes, Iluminaciones Just prefiere no depender de consistorios megalómanos. Continúa trabajando como una hormiguita, en Navidad y en fiestas, con los pies y el negocio puesto en gran parte en el territorio valenciano. "La gran mayoría de los pueblos valencianos tienen una partida presupuestaria dedicada a iluminación, incluso en verano. Esto no pasa en los pueblos de otras partes del Estado español. Además, tenemos las Fallas de València, que es un muestrario, un escaparate para los iluminadores", subraya.

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