Netflix, ¡cómo has cambiado!

De la multa con el DVD de Apolo 13 hasta el salto a la industria de los videojuegos

Sede de Netflix en Los Gatos, un pueblo de Califonia, en EEUU |iStock Sede de Netflix en Los Gatos, un pueblo de Califonia, en EEUU |iStock

Netflix celebrará este verano su primer cuarto de siglo. 25 primaveras dedicadas al mundo de la distribución audiovisual, en un contexto de plena transformación tecnológica, dan para muchos cambios y giros argumentales y es por eso que el Netflix que todos conocemos no tiene nada que ver con la idea original de su negocio, que nace de la frustración de Reed Hastings convertida en emprendimiento. La película protagonista de esta historia es Apolo 13. Adelante las palomitas.

Hastings, quien en 1997 era director de la empresa de software Pure Atria, alquiló la película Apolo 13 a la cadena de videoclubes estatunidense Blockbuster que, por cierto, quebró en 2010 por no haber sabido transformarse a tiempo a los nuevos cambios de consumo audiovisual. La cadena de franquicias había llegado a tener 9.000 locales en todo el mundo.

Pero volviendo al hilo de Hastings, se ve que al directivo no le gustó nada tener que pagar una multa de 40 dólares por haber vuelto el DVD con unos días de retraso. Y de esta resignación le surgió la idea: crear una empresa de alquiler de DVD sin multas ni compromisos. Hastings quería, además, aportar varios conceptos disruptivos: un mix entre el comercio electrónico y el correo postal.

Hastings quería aportar varios conceptos disruptivos: un mix entre el comercio electrónico y el correo postal

La idea la acabaron de definir conjuntamente Hastings con Marc Bernays Randolph, cofundador de Netflix, primer consejero delegado y, en aquel momento, director comercial de Pure Atria. Ambos empresarios convirtieron Netflix en un videoclub virtual donde los clientes escogían las películas a través de la página web y estas se entregaban a través de correo postal.

Página web de Netflix en el año 1998 | Netflix
Página web de Netflix en 1998 | Netflix

Solo dos años después de la puesta en marcha del negocio, lanzaron el servicio de suscripción. Con este servicio, el cliente podía "alquilar un número ilimitado de DVD sin fechas de entrega ni penalizaciones por los retrasos", explica la empresa. La materialización de esta suscripción continuaba basándose en el correo postal: los subscriptores escogían una serie de títulos del catálogo y Netflix les enviaba el primero, con un sobre que tenía el porte pagado para ser devuelto. Cuando Netflix recibía de vuelta el primer DVD, enviaba el siguiente título. Y con este modelo se convirtió en "el servicio de alquiler de DVD en línea más grande del mundo". En el año 2005, de hecho, tenía más de cinco millones de subscriptores.

Video killed the radio star

Hay disrupciones tecnológicas que se imponen sobre otra y acaban provocando un homicidio. Por suerte, el vídeo no acabó matando la radio, aunque redujo su uso doméstico. Pero el consumo audiovisual a través de Internet sí que fusiló directamente los videoclubes y la venta de DVD. Según El País, en el 2021 en España todavía sobrevivían 300 videoclubes que, habían encontrado su salvavidas, a través de la especialización.

La digitalización de los contenidos audiovisuales cambió las reglas del juego y no todos supieron transformarse a tiempo

La digitalización de los contenidos audiovisuales cambió las reglas del juego y no todos supieron transformarse a tiempo. Netflix lo hizo en 2007, lanzando su servicio de visualización por streaming y manteniendo, solo en EE.UU., el envío de DVD por correo postal. Y desde el 2007 hasta la actualidad, la compañía inicia un camino de transformación constante -alineado con la evolución tecnológica del mercado audiovisual- para conseguir distribuir su contenido en las máximas plataformas posibles. Primero solo estaba disponible en ordenadores, después en la Xbox 360, reproductores de Blu-ray y descodificadores de TV, dos años más tarde a través de televisores conectados a Internet y, finalmente, apto para dispositivos móviles.

En el 2009, el número de subscriptores de Netflix ya superaba los 10 millones, y es a partir de este año que la compañía inicia una expansión mundial de vértigo que dura hasta el 2017 y que logra en ese año una cifra global de 100 millones de subscriptores, repartidos por 190 países y que hablan 21 idiomas diferentes. "Las grandes historias pueden venir de cualquier lugar y conquistar al público de todas partes", declara la compañía en su página web.

Más allá de la distribución y la reproducción

En esta carrera por estar en todas partes, Netflix también amplía las líneas de negocio, manteniendo el foco en el mercado audiovisual. En el 2014 se estrenan las primeras series originales de Netflix: House of Cards, Hemlock Grove, Arrested Development y Orange Is the New Black. Todas ellas han sido grandes producciones audiovisuales, con reconocimiento de la industria cinematográfica. House of Cards, por ejemplo, ganó tres premios Primetime Emmy ese mismo año.

En el año 2018 gana 23 Emmys y se convierte en el estudio con más nominaciones

Su apuesta por la producción audiovisual crece tanto en calidad como en cantidad. En e 2017 gana su primer Oscar, con Cascos Blancos y en el 2018 gana 23 Emmys por diferentes títulos, convirtiéndose en el estudio con más nominaciones a los premios Emmy.

Netflix se convierte, finalmente, en una empresa mediática que participa en la concepción o adquisición del producto audiovisual hasta su difusión. Su plataforma cuenta ya con más de 200 millones de subscriptores de todo el mundo -el doble del volumen logrado cuatro años atrás-. Pero a pesar de todo el crecimiento y las múltiples transformaciones, Netflix mantiene la misma filosofía del primer día: el contenido audiovisual al servicio del usuario. Si antes la idea era ofrecer productos audiovisuales sin multas ni compromisos, ahora es "sin anuncios y una sencilla suscripción".

Seu de Netflix a Los Gatos
Sede de Netflix en Los Gatos | Netflix

A por un nuevo mercado: que empiece el juego

El último giro argumental de la compañía ha acontecido en el último año. En septiembre del 2021 Netflix anunció que se lanzaba a un nuevo mercado: los videojuegos. Los usuarios del app para Android pueden acceder hasta a cinco juegos para móvil, incluidos en la suscripción a la plataforma. Los cinco protagonistas de la nueva aventura de Netflix son Stranger Things: 1984, Stranger Things 3: The Game, Card Blast, Teeter Up y Shooting Hoops.

Con esta nueva apuesta, la compañía está forzando también un cambio en la manera de consumir videojuegos: los servicios de suscripción y consumo bajo demanda funcionan muy bien tanto en la industria cinematográfica como en la musical, pero no en la de los videojuegos. No es el único en intentarlo, pero. También están apostando por este modelo Game Pass, de Xbox, y Spartacus, de PlayStation.

Pese a la pivotación hacia los videojuegos, Netflix continúa fiel a la esencia

La compañía ya suma 10 títulos de videojuegos en su plataforma y, según Hastings, en el 2022 ampliarán el catálogo, tanto con juegos casuales como con tradicionales. Quieren convertirse en el "mejor servicio de videojuegos" de la industria, anunció Hastings este enero. "No tiene sentido estar por estar, queremos complacer a nuestros subscriptores con lo mejor del sector".

Y de hecho, pese a la pivotación hacia los videojuegos, Netflix continúa fiel a la esencia: sin anuncios, sin cargos adicionales y con una suscripción senzilla. Complacer al subscriptor con facilidades, personalización y accesibilidad.

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