La caída de Cloudflare a mediados de noviembre visibilizó, una vez más, la importancia vital que juegan hoy las grandes plataformas de nube y, al mismo tiempo, la enorme dependencia que Europa tiene, principalmente, de los Estados Unidos. De acuerdo con el Informe sobre soberanía tecnológica europea e infraestructuras digitales del Parlamento Europeo, Amazon Web Services (AWS), Microsoft Azure y Google Cloud representan alrededor del 69% de la cuota de mercado de infraestructura en la nube en Europa, y el conjunto de proveedores europeos, con OVHcloud y Deutsche Telekom a la cabeza, no superan el 13%. “No solo es un riesgo clarísimo; en Europa empiezan a haber realidades, y más conociendo el panorama geopolítico”, alerta el director ejecutivo y cofundador de la tecnológica catalana Sercom, Jordi Carbó.
Esta es, precisamente, una de las razones que han conducido a la empresa, que acumula más de veinte años de experiencia dedicada a la integración de sistemas informáticos, a dar un paso adelante y entrar por la puerta grande al sector del cloud. Su apuesta es Nuvulus, una infraestructura de nube pública que se vanagloria de ser la primera en el Estado español de sus características. “Buscamos que las empresas catalanas no tengan que elegir entre el compromiso de la proximidad técnica y personal o la potencia de las grandes”, asegura Carbó.
Carbó: “Buscamos que las empresas catalanas no tengan que elegir entre el compromiso de la proximidad técnica y personal o la potencia de las grandes”
La solución a este dilema la han encontrado en las redes distribuidas: en lugar de construir y operar un centro de datos localmente, Sercom ha optado por inspirarse en las arquitecturas globales de AWS y Azure, pero adaptadas a pequeña escala. “La manera de configurarlo es diseñar unas zonas con centros de datos coordinados. Esto aporta fiabilidad, porque si cae uno, todo continúa funcionando”, describe el CEO de la compañía. Lo que ha hecho Sercom ha sido diseñar una de estas regiones en Catalunya, fundamentada sobre tres centros de datos situados en un radio de 55 kilómetros (en Badalona, L'Hospitalet y Cornellà).
“Somos agnósticos de centros de datos”, remarca, dejando claro que no quieren “participar en la parte industrial” del negocio y que prefieren alquilar las infraestructuras que mejor se adapten al sistema. Así, el CEO de Sercom remarca su diferenciación respecto al resto de operadores de centros de datos locales, a los cuales considera que han optado por la “verticalidad” de sus soluciones: “Hay proveedores locales que son de excelencia, y nosotros nos apoyamos en algunos de ellos”.
12 servicios para cubrir el "90% de las empresas catalanas"
Sobre esta solución, Nuvulus ofrece un total de doce servicios cloud considerados “esenciales”. El principal son las máquinas virtuales, ordenadores que ejecutan un sistema operativo (Windows o Linux) para realizar tareas y que representan cerca del 70% de los servicios que ya ofrecen. El resto se encuadra dentro de dos grandes categorías, la seguridad y el almacenamiento, que varían en función del volumen de las prestaciones. “A diferencia de los gigantes, que tienen 150 servicios, nosotros solo tenemos doce, pero es que con estos damos cobertura al 90% de las empresas catalanas”, asegura Carbó.
La razón de esta decisión responde, además, a una filosofía defendida vehementemente por la compañía: la soberanía y la libertad de los clientes para poder escoger y abandonar unos servicios de nube sin restricciones. “Abogamos por no tener un portafolio infinito de servicios, que a menudo también tienen una factura infinita; queremos trabajar con la unidad del servidor virtual”, defiende el ejecutivo. Esta mirada permite, en palabras de Carbó, “que un cliente que no esté a gusto con nosotros, pueda coger la infraestructura y llevársela a otro lugar”.
Replicar la robustez y prescindir de la globalidad
Desde Sercom remarcan que uno de los puntos fuertes de su solución es que ofrece una robustez equiparable a la de AWS, Azure o Google, pero operada a escala local y “a un precio muy competitivo, casi un 50% por debajo”. La razón por la que esto es posible es el hecho de que han replicado la estructura distribuida de estos sistemas, organizados habitualmente en grupos unitarios de tres centros de datos, pero no han importado la globalidad, es decir, la capacidad de operar de manera internacional e interconectada. “Tienen muchos centros de datos y muchas regiones para poder ofrecer la potencia que una empresa con necesidades globales tiene”, explica Carbó sobre los grandes de la industria, una demanda que consideran que no coincide con la de sus clientes: “Seguramente no seremos el cloud de una empresa del Ibex-35, pero sí del intervalo del 90% de las empresas catalanas”.
Carbó: “Seguramente no seremos la ‘cloud’ de una empresa del Ibex-35, pero sí del intervalo del 90% de las empresas catalanas”
En la actualidad, Nuvulus se encuentra ya en pleno funcionamiento y cuenta con una cincuentena de compañías que hacen uso de él, muchas de ellas clientes de la compañía en su etapa anterior como integradora de servicios. Carbó deja claro que “cualquier empresa” puede utilizar una nube pública como es Nuvulus, sin grandes variaciones en cuanto a su funcionamiento; pero queda claro que aquellas que encontrarán más funcionalidad serán las de sectores que dependen de aplicaciones críticas: “Entornos como la sanidad, los seguros, la banca, las finanzas… Todo lo que requiera muchos datos y misión crítica son aquellos para los que hemos diseñado una solución fiable”.
La voluntad actual de la compañía es la de consolidar su negocio dentro de Catalunya, y ahora por ahora no tienen planes para expandirse territorialmente: “Se puede replicar en otras comunidades autónomas o a escala estatal, pero de momento queremos trabajar en Catalunya, que es donde hemos estado tantos años en la trinchera, haciendo trabajo de hormiguita”.