Pimec dibuja una accidentada cartografía de la pequeña empresa

La patronal alaba la resiliencia de los negocios del país de acuerdo con los datos publicados en el decimonoveno anuario de la pyme, correspondiente al 2020

El secretario de Empresa y Competitividad, Albert Castellanos; el presidente de Pimec, Antoni Cañete; y el director territorial de Banc Sabadell en Catalunya, Xavier Comerma El secretario de Empresa y Competitividad, Albert Castellanos; el presidente de Pimec, Antoni Cañete; y el director territorial de Banc Sabadell en Catalunya, Xavier Comerma

Pimec es la única patronal europea de la pequeña y empresa media con suficiente conexión con el tejido empresarial para "conducir con GPS", según su presidente Antoni Cañete. Ya hace 19 años que la agrupación empresarial hace una cartografía detallada de las empresas de menos de 250 trabajadores del país, que representan el 99,8% de toda la actividad de negocio catalana. El decimonoveno anuario de la pyme, correspondiente al año 2020, es el dibujo de un territorio accidentado: el año más grave de la crisis sociosanitaria, como el resto de crisis económicas recientes, supuso un golpe mucho más fuerte a las pequeñas y medianas empresas que a las de mayor tamaño. Las expectativas, sin embargo, eran mucho más sombrías que la realidad que han registrado los resultados finales de los negocios del país. Cañete celebra, con los números en la mano, la "gran resiliencia de la pyme catalana" ante el primero gran obstáculo económico del siglo.

Con cerca de 85.000 empresas consultadas, el 2020 muestra unos datos incomparables con cualquiera otro ejercicio reciente. Después de una tendencia de crecimientos de facturación entre las pequeñas y medianas empresas del país, la covid provocó un retroceso superior a las dos cifras, del 11% en términos interanuales. Con esta bajada de la demanda, las magnitudes básicas correspondiente a la pyme catalana registran reducciones en términos interanuales, si bien no tan importantes como la patronal esperaba antes del informe. La destrucción de negocios se controló, con una caída apenas superior al 2% que dejó a Catalunya con un total de 518.883 empresas de esta medida, hasta un 99,8% del tejido empresarial. Similar fue la reducción en cuanto a la fuerza de trabajo, que se contrajo un 2,5%, hasta los 1.915.000 trabajadores.

Cañete: "Todas las políticas que hacemos a partir de ahora se tienen que focalizar a mantener la actividad empresarial"

Con todo, el Valor Añadido Bruto de la pyme, su aportación al PIB catalán, retrocedió ligeramente, principalmente debido al aumento del sector público con las intervenciones necesarias para hacer frente a los efectos económicos de la pandemia, hasta los 114.227 millones de euros, el 58,8% de la economía del territorio. Si se analizan los datos por sectores, la caída más importante se produjo entre las empresas del sector de la construcción, con una caída del VAB del 17%. El resto de grandes sectores registran retrocesos de alrededor del 12%, en la línea del conjunto del total de las empresas; excepto en el caso del sector primario, en que todos los negocios entran en la categoría de pymes, que cerró el 2020 con una pérdida de valor añadido bruto del 2,8%.

Desglosado por actividades concretas, si bien es la industria la que registra pérdidas más relevantes, son las pymes dedicadas a la hostelería y restauración las que salieron más mal paradas del primer año de la pandemia, con una caída en todos los indicadores muy superior a la del conjunto del sector servicios. En concreto, la aportación al PIB cayó en más de un 62%, 50 puntos más que en toda su vertical; mientras que el grueso empresarial se quedó menguado en un 6,9% y las empresas acabaron el 2020 un 10,5% más pequeñas. También por encima de la media, en materia de pérdidas, se sitúa la industria del papel y las artes gráficas, con una caída próxima al 23%; así como la del transporte, con un valor añadido bruto un 23,4% menor que el año anterior.

Se mantiene la rentabilidad

Pese a la fuerte caída en facturación registrada durante el ejercicio, las pequeñas y medianas empresas del país, en términos agregados, no perdieron dinero. Si bien la rentabilidad financiera de los negocios estudiados cayó un 50% en relación con el 2019 –del 8% de antes de la pandemia– no fue, como esperaban desde la patronal, negativa. El director del informe, Modesto Guinjoan, apunta, pero, que esta tendencia no se aplica al conjunto del tejido. "Dentro del colectivo, hay empresas con pérdidas y otras que mantuvieron beneficios", apunta.

Castellanos: "En la medida que demos músculo a nuestras pymes, seremos una economía capacitada para enfrentar más retos"

Tanto Cañete como Guinjoan atribuyen la amortiguación de la caída en rentabilidad a una "muy buena gestión" por parte de unos negocios que, ante la reducción de ingresos, "hicieron lo necesario para recortar costes y mantener la actividad económica". La experiencia de la crisis financiera de 2008 ayudó. El gran golpe a la pequeña y empresa media del país fue fruto, hace una década, de la mala capitalización: en un escenario con un pasivo del 40% de recursos propios y el 60% de deuda a corto y largo plazo, las pymes se volvieron inviables a los primeros signos de recesión. Después "de años de pedagogía", apunta el presidente de la patronal, esta tendencia se ha revertido, y la crisis de la covid cogió el tejido con una capitalización media del 55,5%, más de la mitad del pasivo. Si bien esta se ha reducido ligeramente, en poco más de un punto, con la adquisición de deuda durante la pandemia, permanece por encima de la del 2018, y es más del doble que la deuda a largo plazo.

El mismo Guinjoan loa, en este sentido, "la apuesta que hace el sector por sus negocios", con unos empresarios que han conseguido mantener con vida la actividad con la asistencia de un paquete de medidas públicas en este sentido. Ante la crisis que algunas instituciones auguran para después del verano, Cañete pide mantener esta determinación. "Todas las políticas que hacemos a partir de ahora se tienen que focalizar a mantener la actividad", argumenta el presidente, que alerta de la posibilidad de cierre de empresas y pérdida de puestos de trabajo.

Apoyo público

Desde el departamento de empresa, valoran el trabajo analítico de Pimec para publicar los datos que guían las actuaciones públicas sobre la pequeña y empresa media catalana. Si bien el secretario de Empresa y Competitividad Albert Castellanos reconoce que los datos del 2020 son "fruto de un contexto excepcional", comparte con las autoridades empresariales la apreciación de la resiliencia de las pymes, en buena parte en colaboración con unas administraciones que, afirma, "piensan en pequeño para hacer la crisis el más passable para la economía del país". Con un montante de ayudas públicas superior a los 3.300 millones de euros –2.731 de los cuales han ido directamente a pymes– el secretario reivindica la tarea de la Generalitat como parte del apoyo al ecosistema productivo.

Tanto Cañete cómo Castellanos reclaman que la medida de las pymes sea uno de los factores centrales de la transformación económica que tiene que acompañar la recuperación. A pesar de que comparten que "los fondos NGEU por ahora son más expectativa que realidad", defienden la disponibilidad de unas empresas catalanas que han hecho su parte reclamante las ayudas comunitarias. El objetivo, por este camino, es equiparar el tamaño del tejido catalán al de países del entorno europeo. Si bien las pymes del territorio son un 21% más grandes que las españolas o las italianas, todavía son mucho más pequeñas que las de las grandes potencias industriales del centro de Europa. "En la medida que damos músculo a nuestras pymes, seremos una economía capacitada para enfrentar más retos", concluye Castellanos.

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