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Salicru, de un garaje de Sant Celoni al AVE de La Meca y a la muralla china

Los Sistemas de Alimentación Ininterrumpida de Salicru se pueden encontrar desde las Islas Galápagos a la muralla china

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Bernat Bella
Periodista
20 de Noviembre de 2023

A mediados de los años 60, Jacint Salicru decidió montar un pequeño taller en un garaje de Sant Celoni para fabricar transformadores reguladores de tensión. Casi seis décadas después, Salicru es un referente mundial en los sistemas de alimentación ininterrumpida (SAI), que exportan a más de 130 países y que se encuentran en el tren de alta velocidad de La Meca, en la muralla china o en instalaciones fotovoltaicas de las Galàpagos. El objetivo es el mismo: una vida sin interrupciones en el suministro eléctrico.

 

Los pioneros de los SAI

"Jacint Salicrú hizo la carrera de perito y le llamaba la atención el mundo de los reguladores y transformadores", explica Antoni Garriga, director general de la empresa . Así, montó un pequeño taller donde hacía transformadores, que en aquella época eran muy mecánicos. Su padre, que justamente era mecánico, lo ayudaba. Era el 1965 y los clientes eran principalmente empresas del entorno.

 

El gran punto de inflexión que marcaría la historia de Salicru llegó el 1973, cuando diseña su primer prototipo de Sistemas de Alimentación Ininterrumpida. Fueron de los pioneros en el estado español, lo que los abrió todo el mercado. "Un SAI nos asegura la continuidad de suministro eléctrico con seguridad y fiabilidad. Lo necesita prácticamente todo el mundo", resume Garriga. Es decir, son productos que se instalan en circuitos eléctricos que combaten cortes en el suministro o subidas y bajadas de tensión. Un elemento imprescindible por infraestructuras sensibles, desde el transporte hasta el sector sanitario o cualquier red eléctrica.

De Palautordera al mundo

Ya en los 70 empiezan a expandirse por Europa y a mirar a Sudamérica. Empieza aquí un crecimiento internacional que no se para hasta la actualidad, donde tienen presencia en 130 países, cuentan con centros productivos en Catalunya y en China y tienen diez filiales comerciales repartidas por el mundo. Con sede en Santa Maria de Palautordera desde los años 80, han conquistado el mundo.

Cuál ha sido la clave? Antoni Garriga lo tiene claro: "Desde el inicio nos diferencia que siempre hemos intentado ser una empresa muy próxima, escuchar al cliente y adaptarnos a sus necesidades". En este sentido, explica que en el mundo hay pocos fabricantes de SAI (son los únicos del estadi), pero que los que hay son muy grandes: "Las grandes empresas no pierden el tiempo en proyectos especiales y nosotros somos más próximos y podemos entrar en nichos más pequeños".

Garriga: "Este es el ADN y la esencia de Salicru desde el origen y nuestro caso de éxito es que lo hemos mantenido"

"Así nacemos y así nos mantenemos, por eso tenemos un hueco en el mercado. Este es el ADN y la esencia de Salicru desde el origen y nuestro caso de éxito es que lo hemos mantenido", resume. Una filosofía que continúan predicando, a pesar de pasar de un taller a facturar más de 90 millones de euros (el 2016 facturaban unos 38 millones de euros y esperan cerrar el 2023 con 95), tener unos 310 trabajadores y producir unos 148.000 equipos el año. De hecho, destaca que incluso en las delegaciones comerciales de todo el mundo se mantiene esta vocación más familiar y de proximidad.

La tecnología es innegociable

Y la otra gran pata que explica el éxito de Salicru es la tecnología propia. Desde el inicio también han apostado por ello, conscientes que les daba una diferenciación del mercado. Una prueba es la inversión en I+D, que el 2022 fue superior a los 4 millones de euros, situándose por encima de la media de las empresas europeas. "Tener tecnología propia nos permite afrontar cualquier proyecto y responder a las necesidades de los clientes", detalla el director general.

Una inversión en investigación que defienden incluso en momentos difíciles que ha pasado la compañía y que se ha compaginado con una relación estrecha con universidades y centros de investigación. Y la suma de la tecnología propia y la proximidad les ha abierto las puertas de grandes proyectos mundiales.

La alta velocidad de Turquía a México

El sector ferroviario y del alta velocidad es uno de los más fuertes para Salicru. Primero, con el AVE y en el estado español, donde hay una de las redes más extensas. Y, después, en todo el mundo gracias a sus colaboraciones con gigantes cómo Siemens, Asltom o Thales. Trenes de alta velocidad de La Meca, Egipto, Turquía o México llevan su sello y los SAI que garantizan el suministro eléctrico son de Salicru.

El otro gran sector para Salicru es el de la red eléctrica. Para empezar, utilizan sus elementos Iberdrola,Red Eléctrica y Endesa: "Somos la garantía que haya suministro eléctrico". Y en este ámbito, están trabajando con la principal energética de Arabia Saudí para qje usen sus SAI, después de tres años de trabajo de homologación. "Puede ser un crecimiento muy importante para Salicru, por las dimensiones de Arabia Saudí y sus infraestructuras", apunta Garriga.

En Oriente Medio

De hecho, la empresa ya entró en el país del Oriente Medio en 1996, siendo uno de los pioneros en Europa en este mercado. Suministraba SAI para organismos públicos, hospitales, el ministerio de interior o bancos. Y la razón es un otro ves la misma: "Somos capaces de fabricar los productos que necesitan". Además, Salicru también está presente en el sector de las energías renovables, los Data Center, la industria o servicios sanitarios y de telecomunicaciones.

Y es que el portafoliobde clientes de Salicru es inacabable: Aena, Adif, Bombardier, Gazprom, Gas Natural, Kuwait Oil Compañero, Texaco, Siemens, Repsol, HP, Fujitsu, Sony, Renault, Nestlé, Pepsico, Cepsa, Unilever, Abertis, Nokia, Vodafone, Telefonica y un largo etcétera. Y los proyectos también: oficinas y cajas del Banco de Riyadh, la protección eléctrica de Caixa Bank, la iluminación de acceso a la muralla china, la alimentación fotovoltaica de las Islas Galápagos, la alimentación del control de equipos de motores de Airbus a Bremen o la protección de la señal de vídeo por la transmisión televisiva de la primera y segunda división española.

Y todo ello desde Santa Maria de Palautordera, donde se encargan y garantizan que el mundo no se interrumpeixi ni un segundo.