Salter, 15.000 metros cuadrados de deporte

La empresa familiar catalana dedicada a la fabricación de material de fitness que empezó con 50 metros cuadrados al barrio del Ensanche de Barcelona, exporta sus productos en Polonia, Irán, Bélgica y Chile

Máquinas de musculació, aparatos cardiovasculares y complementos de fitness son algunos de los productos que salen de las instalaciones de la empresa Saltercon dirección a gimnasios , hoteles o centros de alto rendimiento de todo el mundo. La empresa familiar que creó el abuelo de los actuales propietarios, Salvador Peydro, en 1947 a la calle Lanzó del barrio del Ensanche de Barcelona, ha crecido rápidamente y ha aumentado las instalaciones por la fabricación de sus materiales.

Salter, que responde al acrónimo de Salvador y Teresa , sus fundadores y abuelos de los actuales responsables, nació casi por casualidad. Un vecino del barrio pidió a Salvador, que tenía un taller, si le podía hacer unas pesas. El éxito que tuvo el producto animó al emprendedor a introducirse en el mercado del fitness hasta convertirse en un referente por el sector. La demanda de los clientes hizo que la empresa necesitara más espacio y pasó de los pocos más de 50 metros cuadrados del taller del Ensanche a los más de 15.000 metros cuadrados de su centro de producción de Tarragona y de su sede central de Esplugues.

Uno de los responsables de la empresa y nieto de los fundadores, Salvador Peydro, apunta que actualmente la empresa da trabajo además de 40 personas de manera directa y a unas 250 de manera indirecta. "Nuestro público objetivo es, por un lado, las instalaciones profesionales y por otra banda los grandes superficies, los grandes almacenes o las tiendas de deportes".

Y es que la marca tiene dos líneas de negocio: el material pequeño de deporte que venden a las grandes superficies y la profesional . Las dos ramas, casi al 50%, traen a Salter a facturar unos 8 millones de euros el año. Salter ha equipado, por ejemplo, la base antártica española Gabriel de Castilla con material deportivo por el entrenamiento diario de militares y científicos que trabajan en esta base que depende del ejército de tierra.

Los responsables del negocio no han dejado de banda la exportación y han abierto líneas de negocio a países como por ejemplo Holanda, Bélgica, Irán, Polonia o Chile, entre otros.

Salter es miembro fundador del clúster catalán de la industria del deporte Indescat (Industria, Deporte y Cataluña), que se creó en 2010 con el objetivo de aglutinar empresas y centros de investigación vinculados al mundo del deporte con el fin de desarrollar actuaciones y proyectos que mejoren la competitividad de las empresas.

El esplendor de los ochenta
La empresa, que asegura que su secreto se basa en la proximidad al cliente, vivió su consolidación y mayor crecimiento en la década de los ochenta, cuando empiezan a proliferar las cadenas de gimnasios y las salas de fitness dejan de ser terreno exclusivo de culturistes. "Salter ha sabido adaptarse a las exigencias y evoluciones del mercado, así como a las nuevas tendencias y actividades", dice Salvador Peydro, que apunta que "esto nos ha traído a ir adaptando, en algunos casos, y a desarrollar en otros, productos con nuevos materiales que, por ejemplo, eviten la oxidación que provoca el sudor a las estructuras o crear superficies antibacterianes o de fácil limpieza".

El secreto de los fabricantes
El responsable de la empresa, que colabora actualmente con el Ayuntamiento de Tarragona por los Juegos del Mediterráneo 2017, considera que "el hecho que seamos fabricantes nos permite una gran capacidad de adaptación y flexibilidad incorporando de manera constante mejoras técnicas a nuestros productos". "La proximidad y esta rápida capacidad de reacción nos permite dar respuesta inmediata a las demandas de nuestros clientes", subraya Peydro. Otro hecho diferencial de la empresa dentro del sector del fitness, según sus responsables, es que, al ser fabricantes, pueden dar un servicio técnico a sus clientes y reparar las máquinas que sirven, aunque sean antiguas.

Con el objetivo de adaptarse a las nuevas demandas del mercado y de la sociedad, según sus responsables, la empresa centra su política de ynvestigació y desarrollo básicamente en la biomecánica, con el objetivo de mejorar los ángulos de trabajo y conseguir imitar al máximo los movimientos naturales que hacemos los humanos para poder entrenarlos.

La crisis económica también se ha dejado notar en esta empresa, que ha modificado su política de producción y ha pasado de producir todos los elementos que eran necesarios para crear sus aparatos, desde piezas de plástico hasta cromatos, a centrarse en el diseño y las piezas de precisión y encargar la mecanización.

Otro de los objetivos de Salter es avanzar en el negocio de la rehabilitación aportando soluciones a los usuarios. Con cuyo objeto la empresa ha creado máquinas con fraccionamiento de la carga que permite un trabajo progresivo y gradual y elementos para usuarios con movilidad reducida.

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