El retorno de vacaciones después del verano de la covid-19 tiene un añadido a las tareas de reincorporación habituales: la desinfección. Unas 262.000 empresas catalanas afrontan septiembre con unas obligaciones de higiene superiores a las de otros años, según datos que la empresa de control de plagas y sanidad ambiental Ezsa ha extraído del censo de empresas del Instituto Nacional de Estadística (INE).
La situación es especialmente delicada para los negocios industriales, que no pueden aplicar el teletrabajo. Estos espacios tendrán que acoger la totalidad de sus empleados y garantizarles las medidas de seguridad según los protocolos establecidos para frenar la pandemia. Desde Ezsa indican que la cifra a nivel estatal llega a los 1,48 millones de compañías.
También avisan a través de un comunicado que el número total puede ser mayor, puesto que muchos autónomos tienen espacios de trabajo compartidos o de reunión que también se tendrán que desinfectar. La empresa de sanidad ambiental alerta de los peligros que puede suponer sustituir una desinfección por tareas de limpieza ordinarias, que pueden provocar una sensación de falsa protección.
"Muchas empresas creen que los precios de estos tratamientos de desinfección profesional están fuera de su alcance y por eso optan por una empresa de limpieza", afirma Ignacio Santamarta, director de innovación de Ezsa. Pero para una pyme, asegura, el coste puede ser a partir de 150 euros, en función del espacio.