La fórmula mágica para innovar

Compañías como Fractus o Simon dan las claves para no quedarse atrás en un entorno de cambio constante y aseguran que cualquier empresa, pequeña, joven o centenaria, puede ser disruptiva

Todas las empresas tienen que saber adaptar se a los cambios e innovar | iStock Todas las empresas tienen que saber adaptar se a los cambios e innovar | iStock

Barcelona tiene una apuesta clara por la innovación. La demarcación ocupa la primera posición en el ranking de comarcas más innovadoras de Catalunya. Además, el territorio catalán es la región de Europa que ha captado más recursos de la Comisión Europea (CE). En concreto, 148 pymes catalanas han obtenido 61,9 millones de euros a fondo perdido para impulsar proyectos de I+D e innovación entre el 2014 y el 2017. Sin embargo, el vicepresidente de la Comisión de Economía del Conocimiento e Innovación del Col·legi d'Economistes de Catalunya, Julià Manzanas, alerta que "hace falta un gobierno que lidere la innovación más allá de las ayudas directas y que potencie la transferencia de conocimiento, puesto que todavía hay un gap entre los centros de investigación y las empresas". En este contexto, ¿como lo hacen b empresas para innovar?

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La fórmula mágica la tiene Jordi Marín, experto en transformación de organizaciones. "Si ahora fuéramos una empresa, como innovaríamos aquí entre todos?", pregunta Marín a una sala llena de economistas, empresarios y también estudiantes que han asistido a una de las sesiones de la Jornada dels Economistes. Para el experto, lo primero que se tiene que hacer para innovar es preguntarse cuál es el problema, cuál es la realidad que nos rodea. "Tenemos una nueva realidad que se caracteriza por su complejidad, y saber dar respuesta a cómo es este entorno e identificar sus problemas es clave", señala.

Una vez definido cómo es el entorno que nos rodea y en el cual realiza la actividad nuestra empresa, tenemos que preguntarnos por nuestro cliente: cómo es, que hace, qué le gusta, que necesita... "Hoy el cliente es exigente, lo quiere todo y lo quiere ya. Esta exigencia y presión hace que las empresas tengan que poner al cliente en el centro de su estrategia de innovación". Pero no sólo es muy importante conocer al cliente, sino también saber muy bien cómo es nuestra empresa: qué estructura organizativa tiene, qué personal, de qué recursos financieros dispone... Una vez establecidos estos tres elementos, ya podemos crear la fórmula para innovar.

Marín: "La exigencia del cliente hace que las empresas tengan que poner al consumidor al centro de su estrategia de innovación"

Aún así, no hay una fórmula única, sino que cada empresa, empresario o emprendedor tiene que saber crear su propia que le permita dar respuesta a una realidad actual y mejorar día detrás día las necesidades de sus clientes. Marín tiene clara la suya: trabajar en red, innovación como cultura empresarial, tecnología y conocimiento.

Pero en un mundo tan cambiante, la clave no resta en tener una única fórmula mágica, sino en saberla adaptar y modificar para que se adapte a la realidad y a las necesidades de la empresa. "Esto es innovar, esto es crear nuevas fórmulas y esto es crear nuevos negocios", puntualiza.

Innovar en una empresa centenaria

Cuando la gente habla de innovación parece que obligatoriamente tiene que ir ligada a empresas tecnológicas y startups. Pero una empresa centenaria también tiene que ser capaz de innovar. Después de 102 años al mercado, el director general de Simon, Luis Lopezbarrena, considera que "si no hubiéramos innovado, no estaríamos aquí". Para el empresario, innovar es fundamental para que una compañía se mantenga a lo largo de los años.

Aun así, el hecho de ser una empresa centenaria tiene algunos inconvenientes a la hora de innovar, como el hecho de tener una cultura empresarial más rígida. Es por eso que Lopezbarrena considera que se tiene que fomentar una "cultura de innovación transversal a todos los departamentos de la empresa con el objetivo de querer ser el primero y que te empuje a mejorar cada día".

Imatge d'una de les sessions de la Jornada dels Economistes

Imagen de una de las sesiones de la Jornada dels Economistes | Cedida

Y es que innovar puede ofrecer mucha rentabilidad a las empresas. Las patentes, además de permitir la comercialización en exclusiva de una tecnología durante un tiempo determinado, también son activos tecnológicos que se pueden vender o licenciar. Esta es precisamente la actividad a la cual se dedica Fractus, nacida en Sant Cugat del Vallès en 1999 como una startup. "Nuestro modelo de negocio es hacer tecnología, patentarla, licenciarla y reinvertir estas licencias al hacer más innovación", señala el cofundador y director general de Fractus, Rubén Bonet. La compañía cuenta con más de 120 patentes en todo el mundo y entre sus clientes figuran grandes multinacionales del sector de la telefonía móvil como Samsung, HTC, Motorola, Blackberry o LG, entre otras.

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Sin embargo, hoy en día todavía hay muchas pequeñas y medianas empresas que no usan el sistema de patentes para proteger sus innovaciones. Tal como apunta Bonet, "sólo el 0,3% de las pequeñas y medianas empresas europeas tienen patentes". "La China tiene mucha tecnología que hace 20 años no tenía y en la mayoría de los casos lo ha conseguido copiándola de empresas europeas y norteamericanas", comenta el CEO de Fractus, quien añade que ahora que el país asiático ha conseguido igualarse al resto de países, están reforzando el sistema de patentes chino para ser pioneros en tecnología.

Los retos de la sociedad digital

En una sociedad cada vez más digital, ¿de qué manera pueden innovar las empresas? Para Marín, una de las claves es abrirse y trabajar en red. "En un entorno en cambio constando, se tiene que trabajar conjuntamente y aprender otros porque tú solo es muy difícil que acumules todo el conocimiento y recursos para poder innovar", señala. Además, una de las oportunidades que ofrece la sociedad digital es que se puede llegar a conocer mucho mejor al usuario final y tener más contacto con él, "un cambio que parece muy pequeño pero que es muy importante para cualquier empresa de cualquier sector", añade Lopezbarrena.

Toda empresa tiene que tener una cultura de innovación evolutiva para adaptarse mejor cuando llegue una innovación disruptiva

Y llegado en su punto en el cual es evidente la necesidad y la importancia de innovar, un nuevo interrogante: ¿innovación evolutiva o innovación disruptiva? Para Bonet, las dos son importantes y sirven para propósitos diferentes: mientras que la primera sirve para mantenerse en el mercado, la segunda es para cambiarlo. Y el riesgo que asume la empresa en cada una de ellas también es muy diferente. "No se puede jugar continuamente a la innovación disruptiva porque tiene una parte de riesgo, y el futuro de la empresa no puede depender únicamente de apuestas", añade Lopezbarrena. Para el director general de Simon, se tiene que tener una innovación progresiva que ayudará a la empresa a innovar de forma más rápida y eficiente cuando llegue un cambio disruptivo.

Sea innovación evolutiva o disruptiva, una cosa está clara, toda empresa, pequeña o grande, emergente o centenaria, tiene que disponer de una cultura de la innovación para saber adaptarse a los cambios que trae la sociedad digital.

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