Día 11: Datos, visualizaciones y contexto

Ganyet alerta que "el contexto lo es todo a la hora de informarse, especialmente en casos de vida o muerte"

La portavoz del gobierno español, Maria Jesús Montero, y el ministro de Sanidad, Salvador Isla | ACN La portavoz del gobierno español, Maria Jesús Montero, y el ministro de Sanidad, Salvador Isla | ACN

La experiencia nos dice que un porcentaje elevado de los contenidos que consumimos no son verdad o son parciales. Esto hace que incrementamos nuestro espíritu crítico, una actitud que es siempre deseable. Pero un exceso de información —y estos días estamos consumiendo y generando mucha— nos puede llevar al paroxismo y a dudar absolutamente de todo. Es el efecto colateral del virus de las fake news.

"Un exceso de información nos puede llevar al paroxismo y a dudar absolutamente de todo. Es el efecto colateral del virus de las fake news"

Y contra este virus sí que tenemos cura: los datos. Contra las fake news, datos. Contra los datos manipulados, más datos. La teórica la tenemos clara pero la práctica quizás no tanto. Estos días seguro que a nadie le ha pasado por alto el incansable trabajo de Joe Brew, un ingeniero de datos de Florida establecido en Catalunya que escribe y tuita sobre ciencia, economía y epidemiología. Desde su cuenta de Twitter y desde el web de su empresa su trabajo incansable de contrastar, rebatir y debatir opiniones y fake news con datos parece no tener final. Sus hilos diarios en Twitter con datos actualizados de la evolución de la pandemia son un baño de realismo ante tanto cuñadismo militar.

Pero cómo todas las masas pican, llenar la infosfera de datos tampoco es la solución. De poco nos serviría que cada día nos dieran una pila de mesas con toda la información del estado de la pandemia. Seria tan útil como mirar aquella pantalla verde de Matrix: veríamos patrones pero no servirían para tomar ninguna decisión cuerda. Todos tenemos grabado en el cerebro la gráfica con las dos campanas, una muy alta y estrecha que satura los servicios sanitarios y la otra más llana que reparte la asistencia a lo largo del tiempo, que estos días comparte atención con la de los muertos, que suben casi verticales en una gráfica logarítmica que la mayor parte de gente no sabe leer (nuestro cerebro no está preparado para las progresiones geométricas).

"Los hilos diarios de Joe Brew en Twitter con datos actualizados de la evolución de la pandemia son un baño de realismo frente a tanto cuñadismo militar"

Con los conjuntos de datos que hay en abierto sobre la enfermedad y herramientas como Tableau cualquiera puede hacer una gráfica, un mapa o una infografía sobre algún aspecto u otro de la pandemia. A menudo, las visualizaciones resultantes obvian el contexto. Se puede comparar una gráfica de evolución de China, Lombardía y España si tienen lugar en momentos y situaciones sociopolíticas diferentes? Las medidas aplicables en China no son aplicables a Europa, los datos de China, que no están sometidas al escrutinio de organismos internacionales, los comparamos con datos validados por terceros. Comparar en una misma visualización los muertos por millón en Alemania con los de España aporta información?

Quizás si se pusieran a la misma gráfica el gasto en fútbol, el coste por kilómetro de tren de alta velocidad y las inversiones en aeropuertos sin aviones de uno y otro país veríamos alguna correlación interesante. El contexto lo es todo a la hora de informarse, especialmente en casos de vida o muerte.

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