Medicina del Estilo de Vida: cura activa de cuerpo y mente

Una de las grandezas de esta disciplina médica es que se sirve de recursos que son gratuitos

Imagen de un conjunto de acciones para tener hábitos saludables | iStock Imagen de un conjunto de acciones para tener hábitos saludables | iStock

La Medicina del Estilo de Vida es una disciplina médica basada en la evidencia científica que sostiene que se pueden prevenir, tratar e incluso revertir determinadas dolencias mediante la sustitución de algunas conductas o hábitos poco saludables. Nos anima, pues, a tomar el control de nuestra salud, enfocándonos en la cura activa del cuerpo y la mente.

A modo de ejemplo, actualmente muere mucha más gente por comer demasiado que de comer poco. En este sentido, la Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que la obesidad ya es la segunda causa de muerte en el mundo Occidental y prevé que en 2030 la mitad de la población tendrá sobrepeso. Ciertamente, nuestra alimentación no ayuda demasiado, pero tampoco nuestro sedentarismo.

Aproximación innovadora para revertir conductas poco saludables

Hay muchas dolencias que aparecen o empeoran por culpa de estos hábitos y precisamente la Medicina del Estilo de Vida propone una aproximación innovadora a la salud mediante la modificación de conductas que no aportan ningún beneficio o menguan la salud. Esta disciplina investiga, trabaja y busca modificar determinados patrones de vida que inciden en algunas dolencias -básicamente crónicas- cómo la hipertensión, las cardiopatías, la diabetes o los trastornos autoinmunes.

Esta disciplina investiga, trabaja y busca modificar determinados patrones de vida

De acuerdo con la Medicina del Estilo de Vida, son tres los ejes sobre los cuales tiene que pivotar una vida llena y saludable: alimentación correcta, práctica de la actividad física y descanso reparador. También se derivan otros aspectos estrechamente vinculados a estos grandes pilares cómo el hecho de evitar el consumo de ciertos tóxicos -básicamente alcohol y tabaco- y cuestiones de carácter psicológico cómo el control de la ansiedad, el hecho de tener motivación por la vida y disponer de herramientas que ayuden a mejorar la sociabilidad con las personas.

Triplete ganador: ejercicio, alimentación y sueño

En el ámbito de la actividad física es conveniente evitar el sedentarismo y promover el movimiento: a modo orientativo, la OMS propone realizar 150 minutos semanales de ejercicio. También es conveniente evitar los desplazamientos cortos con vehículo, así como romper el vínculo con el sofá. Son muchos los inputs que nos invitan a quedarnos en casa, pero tenemos que intentar reconocerlos y evitarlos dentro de lo posible. En un segundo peldaño, una vez tengamos el movimiento asimilado como parte de nuestra dinámica diaria, podremos plantearnos abordar el terreno de la estimulación de la masa muscular.

En términos alimentarios, la Medicina del Estilo de Vida promueve la necesidad de decantarse por alimentos tan naturales cómo sea posible y evitar los procesados. El sueño a menudo es el grande olvidado, "el hermano pequeño", pero ciertamente es fundamental para que puedan darse mejoras en el sistema cognitivo, estimular el sistema muscular, evitar tener mucha hambre el día siguiente,. ¡El sueño es reparador! Un buen descanso es crucial y la falta de sueño puede afectar a nuestra capacidad de recuperación, debilitar nuestro sistema inmunitario e incrementar el riesgo de dolencias crónicas.

Socialización, bienestar emocional y eliminación de tóxicos

En cuanto a las relaciones sociales, es muy necesario cultivarlas y no aislarse. Mantener las relaciones interpersonales es esencial para nuestra salud emocional. El ser humano necesita ser relacional para estar activo cognitivamente y funcionalmente. Las nuevas tecnologías -mal utilizadas y en exceso- nos reducen las capacidades de socialización y tenemos que procurar salir, encontrarnos con gente, hablar y tocarnos. Por norma general hay una carencia en este aspecto y se tendría que abordar para evitar -en última instancia- caer en la agorafobia. Además, hay que tener presente que la soledad y el aislamiento se relacionan con una mayor mortalidad y morbilidad.

Mantener las relaciones interpersonales es esencial por nuestra salud emocional

La Medicina del Estilo de Vida también proclama desarrollar estrategias para controlar el estrés, puesto que este acostumbra a tener un impacto negativo en nuestra salud. Comprender técnicas por su manejo (mindfulness, meditación, respiración guiada o visualizaciones) ayuda a adquirir el hábito de concentrarse en aquello que estás llevando a cabo y esto revierte en una disminución del tono del Sistema Nervioso Central.

Tal como se ha apuntado, los tóxicos cómo el alcohol o el tabaco tendrían que eliminarse. Grasa hepática, trastornos cognitivos, dolencia pulmonar obstructiva crónica, dependencias excesivas... Son algunas de las derivadas de los abusos de los tóxicos, los cuales se pueden consumir para adquirir una supuesta felicidad, pero hay estrategias mucho más recomendables para estar cognitivamente despiertos y activos.

El mensaje: "mejor prevenir que curar"

La Medicina del Estilo de Vida tiene un carácter eminentemente preventivo -sobre todo en los casos de la diabetes tipo 2, los trastornos neurodegenerativos, las dolencias autoinmunes- y en determinados escenarios también puede ayudar a curar o a relativizar algunas tasas cómo las de episodios relacionados con cardiopatías isquémicas, dolencias pulmonares crónicas u otros trastornos de carácter psicológico (derivados del estrés sostenido o las depresiones).

Una de las grandezas de esta disciplina médica es que se sirve de recursos que son gratuitos. A grandes rasgos, es sencilla de comprender por parte del paciente, el cual tiene que estar predispuesto a corregir patrones, trabajar la motivación y empoderarse para que pueda revertir determinados hábitos poco saludables. En este punto, es clave un buen trabajo de coaching y acompañamiento.

Sin lugar a dudas, la Medicina del Estilo de Vida está adquiriendo una importancia creciente, puesto que apuesta por un enfoque que permite mantener la población sana, hecho que -además de ser más efectivo y asequible que tratar dolencias- para los médicos es mucho más satisfactorio y les permite tener un impacto real en la población.

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