Aplaudiendo nos quedamos tranquilos

Una de las características del sistema informativo catalán es que lo que explica no se ajusta a la realidad. Y cuando esta realidad se hace inevitable, cuando ya no se puede ocultar más, quiero decir, entonces todos ponen cara de sorpresa. Cuando yo era pequeño, cuando vivía en Tarragona, y alguien mentía, se decía "mentes más que el Diari de Tarragona", que entonces pertenecía a la Prensa del Movimiento y se publicaba en español. No éramos conscientes de que publicar mentiras no era solo una característica del franquismo. Me temo que los catalanes lo llevamos en la masa de la sangre.

Hace un tiempo, ya bastante, algunos cayeron del caballo: "¿O sea que esto del cava era un alzamiento de camisa?". Luego vino el sistema sanitario: "¿No era el mejor del mundo?"... Ahora le ha tocado al Priorat. Resulta que nos llenamos la boca diciendo que los vinos del Priorat son internacionalmente reconocidos y apreciados: "¡En Alemania pagan fortunas por ellos!". Pues bien, resulta que el Priorat ha entrado en crisis. Porque, claro, la fama, sin una realidad económica que la sustente, nunca ha llenado el puchero. Y ahora, ¡qué mala suerte!, resulta que la canción ya no da para más. Y el turismo que se proyecta sobre la comarca, ya lo saben, los kamakus y los pixapins, no soluciona nada, porque el turismo solo sirve para salir del tercermundismo. Al final, la realidad se estrella contra la pared y el Priorat va mal.

 

"Resulta que el Priorat ha entrado en crisis. Porque, claro, la fama, sin una realidad económica que la sustente, nunca ha llenado el puchero"

¿Somos un caso único en el mundo? ¿Se imaginan que esto tuviera lugar en una región vitivinícola de otro país? ¿La Rioja? ¿la Toscana? Algunos dirán que la DO Priorat es pequeña y solo tiene cultivadas 1.900 hectáreas. Otros podríamos argumentar que Châteauneuf-du-Pape también es pequeña, alrededor de 3.000 hectáreas. Bueno, dejémoslo ahí.

Més info: La verdad del vino está en el precio de la uva

Hace unos días se ha publicado un vídeo que aborda un problema que he estado denunciando aquí en diferentes artículos. Lo han editado los jóvenes agricultores del Priorat y lo pueden ver aquí. Protestan porque nunca se profundiza en los temas y nunca se explica por qué el campo está mal pagado, ni quién es el responsable que, a menudo, está al alcance. La prensa, solo intenta escandalizar a la población mediante noticias -escandalizar significa mentir- negativas, con información sobre la inflación de productos alimentarios sin llegar al meollo de la cuestión. Yo, insisto, creo que los productos agrícolas son escandalosamente baratos en nuestro país. No valoramos el valor añadido de las cosas, sino el valor de mercado. No premiamos a quien se lo trabaja. Como bien denuncia una agricultora del vídeo, estamos dispuestos a pagar una barbaridad por un teléfono móvil y nos quejamos cuando el aceite de oliva sube de precio, por ejemplo. Un kilo de pollo de factoría cuesta 4 euros. Uno de campo cuesta 9 euros. Y aquellos que nunca comprarán un pollo de campo por 9 euros -porque lo encuentran escandalosamente caro- se dedican a pagar 15 euros por un lubina de factoría, procedente de Grecia, y que no vale nada.

"Creo que los productos agrícolas son escandalosamente baratos en nuestro país. No valoramos el valor añadido de las cosas, sino el valor de mercado. No premiamos a quien se lo trabaja"

La moda de hablar bien de un sector, de aplaudirlo (¿recuerdan los ridículos generalizados en los balcones, durante la pandemia?) y de decir que eso sí que es bueno, luego no se corresponde con actos consecuentes. Nadie se pone la mano en el bolsillo. Y quienes gobiernan toleran las irregularidades, las trampas y los intermediarios innecesarios.

El Priorat ha entrado en crisis, ¡vaya sorpresa! ¿Haremos algo para evitar, una vez más, la frustración que provoca el fracaso de lo que, pensábamos, debía ser un caballo ganador?

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