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Presidente de Intermedia

Albert Dalmau, el conseller que empezó a aprender desde el comedor de su casa

08 de Mayo de 2025
Toni Rodríguez

En 1990, dos años antes de los Juegos Olímpicos de Barcelona, se produjeron tres eventos aparentemente inconexos que ahora, pasados casi 35 años, revelan algunos puntos de coincidencia: el nacimiento del actual consejero de presidencia de la Generalitat, el estallido de uno de los mayores conflictos urbanísticos de Cataluña de las últimas décadas y la fundación de Intermèdia Comunicació

 

El futuro consejero era Albert Dalmau, la crisis urbanística fue gestionada básicamente por su padre, que se llama Joan Albert Dalmau, entonces director de alcaldía de Sant Adrià de Besòs y uno de los primeros clientes de Intermèdia fue justamente el Ayuntamiento de Sant Adrià, enfrentado a una intensa crisis de intereses urbanísticos entre clanes de la Mina, mafias marsellesas del sector inmobiliario, pequeñas (por no decir esquifidas) delegaciones de partidos políticos, “aleluyas” e incluso algunos misioneros escolapios, de antigua influencia en el territorio. 

Aquel conflicto que derivó en una auténtica guerrilla urbana se le llamó “la intifada del Besòs” por su coincidencia cronológica con las revueltas árabes de aquellos tiempos. Quien quiera saber más puede leer cosas, aunque noveladas, en Aquella colla de fills del 68, de un autor que seguro que conocéis. 

 

Todas estas referencias nos venían a la cabeza el otro día, mientras Albert Dalmau explicaba en una comida Confidencial de Intermèdia las líneas generales, y no tan generales, del programa de gobierno del que participa. 

El conseller de Presidencia, Albert Dalmau, durante una sesión de control al Gobierno de la Generalitat de Cataluña en el Parlament | ACN
El conseller de Presidencia, Albert Dalmau, durante una sesión de control al Govern de la Generalitat de Catalunya en el Parlament | ACN

Dicen que Dalmau, un socialista pragmático con influencias catalanistas maragallianas, debe buena parte de su formación a su curiosidad y al despliegue de proyectos que desde muy pequeño veía hacer a su padre en el comedor de casa. 

Efectivamente, Joan Albert, después de salvar los muebles de Sant Adrià, junto al de Antoni Messeguer, fue gerente de Ciutat Vella, del distrito del Eixample y de Seguridad, Movilidad y Guardia Urbana de Barcelona, mientras Albert iba haciendo carrera, primero como estudiante en los Jesuitas de Casp, pasando por la facultad de Ciencias Políticas y de la Administración en la Universidad Pompeu Fabra, la London School of Economics de Gran Bretaña y el comedor de su casa. 

"Dalmau, un socialista pragmático con influencias catalanistas maragallianas"

Los Dalmau, padre e hijo, son dos expresiones bastante fieles de la figura del servidor público, una cualidad profesional bastante cercana a la de funcionario, que se caracteriza por una considerable dosis vocacional y una tendencia genética a alargar la jornada laboral y que al final siempre acaban llevándose papeles a casa para terminarlos de repasar. 

Admirado pues por los proyectos que gestionaba el padre, el futuro consejero, hombre discreto, sensible y amante de la ciudad, eligió Barcelona Global para hacer la tesina de final de curso. Allí conoció a Mateu Hernández, que enseguida se apresuró a contratarlo y de allí, con una buena agenda de contactos en el bolsillo, fue reclamado por Jaume Collboni, entonces Segundo Teniente de Alcalde, de Empresa, Cultura e Innovación del Ayuntamiento de Barcelona, donde se convirtió en su mano derecha. 

En 2019 pasó a ser Gerente de Economía, Recursos y Promoción Económica y posteriormente, gerente Municipal (CEO) del Ayuntamiento de Barcelona en 2023. 

Actualmente como sabéis, Albert Dalmau es consejero de presidencia de la Generalitat, y por tanto es el jefe de máquinas que programa la acción de gobierno, coordina la tarea de los diferentes departamentos y apoya permanentemente al presidente Salvador Illa

Desde una filosofía de servidor público de formación eminentemente municipalista, sus principales intereses son la colaboración público-privada, las grandes áreas metropolitanas, las relaciones internacionales y, en clave interna, el conocimiento del territorio y de los pueblos pequeños de Cataluña, la regeneración urbana, la simplificación burocrática y la atracción de talento. 

Hay que decir que aquella comida de Intermèdia llamó más la atención de comensales ideológicamente más cercanos a Junts que al PSC, que también los había. Entre unos y otros, Felip Puig, Arantxa Calvera, Maria Rosa Pons, Joaquim Jubert, Mateu Hernández, Isabel Vidal, Gabriel Jené, Nuria Paricio, Valentí Pich, Consol Vancells, Isabel Nogueroles, Pere Homs… 

El conseller de Presidencia, Albert Dalmau, y el presidente de la Generalitat, Salvador Illa, durante una sesión de control al Gobierno | EP
El conseller de Presidencia, Albert Dalmau, y el presidente de la Generalitat, Salvador Illa, durante una sesión de control al Govern | EP

Unos prescriptores de opinión pública que, desde diferentes sensibilidades políticas supieron apreciar mucho la capacidad de un hombre que a los 34 años ya se ha convertido en el jefe de máquinas de un barco de 180.000 tripulantes como número dos del gobierno de la Generalitat.

"¿Dónde está el equivalente a Dalmau dentro del espacio postconvergente?"

Las preguntas que quedaron por hacer fueron dos: ¿volverá algún día Dalmau al sector privado, donde sólo estuvo trabajando tres años antes de ser fichado por Collboni? Y segunda, ¿dónde está el equivalente a Dalmau dentro del espacio postconvergente? 

Son preguntas que la gente de buena fe se hace cuando camina sobre los adoquines de Barcelona, jugando mentalmente a no pisar la raya. Gente como yo, por ejemplo.