He dedicado varios artículos al fenómeno del populismo, este hábito tan extendido entre las sociedades de raíz hispana. Los gobiernos españoles en democracia lo han practicado siempre, pero las etapas Zapatero y, ahora, Sánchez vienen a ser la sublimación de este vicio. Especialmente, el gobierno español actual que, al depender de la extrema izquierda, lleva a cabo actuaciones absolutamente aberrantes y que son insostenibles sin el engaño continuado y sostenido.
La semana pasada les hablaba de los peajes de autopista. Una figura totalmente imprescindible para financiar de manera justa las infraestructuras básicas de gran capacidad. Pero no. Aquí hemos decidido que, contrariamente a nuestros vecinos europeos, las autopistas son gratis. También se ha optado por la absoluta gratuidad de varios servicios -ferrocarriles, sanidad, etc.- que en otros lugares próximos son de copago, como mínimo.
Dentro de este estilo de actuación -que consiste en mantener a la población engañada, ya que no se quiere saber de dónde sale el dinero- el gobierno español ha decidido que también se deben financiar todos estos excesos con engaño. Seguro que hay docenas, pero yo querría poner de ejemplo dos que me parecen escandalosos, ya que se ejecutan a ojos de todo el mundo sin que la prensa diga nada.
Lo más flagrante es la subida de impuestos... encubierta, claro. Viene a ser una especie de venganza del gobierno. Como si le dijera a la población: “¿Lo quieres todo gratis? ¡Pues págalo!”. Y así es. Si tomamos la inflación acumulada de los últimos cinco años (2000-2004) obtendremos la bonita cifra del 17% aproximadamente. Los tramos impositivos actuales vienen a ser:
Como estas franjas impositivas no se han tocado hasta ahora y no entrarán en vigor hasta este año 2025, la inflación 2000-2024 no se había trasladado a los impuestos sobre la renta. Por lo tanto, la subida de impuestos ha sido significativa. En una operación redonda, la Agencia Tributaria no publica la recaudación agregada por tramos de IRPF. No fuera que la población llegara a la deducción de que es ella quien paga los regalos del populismo, como no puede ser de otra manera.
La segunda fuente de financiación descarada es la de las subvenciones del programa Next Generation Europe. El sistema es tan descarado que sólo una prensa comprada puede callar ante este tema. Tan descarado como sencillo. En el resto de países que nos rodean las subvenciones para la transición energética se trasladan al contribuyente de forma directa: descuentos en la adquisición de bienes y servicios. En España no. Se ha articulado una especie de estafa impositiva y las subvenciones que el gobierno español administra se trasladan al contribuyente en bruto bajo la forma de ingreso de las personas físicas.
"En los países europeos que nos rodean, la subvención a un coche eléctrico se descuenta del precio del fabricante, en España no"
En los países europeos que nos rodean, la subvención a un coche eléctrico se descuenta del precio del fabricante, en España no. La subvención figura como un donativo a la persona o a la empresa y, por tanto, sujeto a impuestos. Resumen: en promedio, el estado se queda el 25% de las subvenciones que vienen de Europa. ¿Quieren un timo más espectacular?
Bien, el populismo es un engaño que sigue haciendo de las suyas entre nosotros. Claro que todo se puede resumir en un dicho catalán que nuestra clase política ha trabajado para que caiga en desuso: si eres burro, come paja.