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El gasto militar del que no se habla

Actualmente, el material con el que cuenta la OTAN es, principalmente, de origen norteamericano y esta estrategia significará un cambio radical en el aprovisionamiento de armamento

    El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el primer ministro de la República de Eslovenia, Robert Golob, ofrecen una rueda de prensa después de un encuentro | EP
    El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el primer ministro de la República de Eslovenia, Robert Golob, ofrecen una rueda de prensa después de un encuentro | EP
    Xavier Roig VIA Empresa
    Ingeniero y escritor
    05 de Junio de 2025 - 05:30

    Resulta sorprendente que un asunto tan importante como es el gasto militar merezca tan poco espacio informativo. Podríamos parafrasear a Churchill, pero refiriéndonos a las escasas noticias que nos llegan sobre este tema: “Nunca tantos hicieron tan poco”, informativamente, se entiende. Es de suponer que el gobierno español quiere pasar de puntillas debido a los socios de gobierno que tiene. Pero, claro, el mandato de incrementar el gasto militar es europeo y de la OTAN, y de ésta no nos escaparemos. Lo grave es que no se informe de cómo se pagará todo. Quiero decir que, después, el votante no entenderá que se alarguen las colas del médico, pongamos por caso. Analicemos un poco de lo que hablamos. El gasto militar, como digo, es inevitable. Por lo tanto, habría que tratar de optimizar.

     

    La primera condición es abaratar la compra de material hasta donde sea posible. Y esto sólo tiene una salida: que la compra sea conjunta de toda la Unión Europea (UE) y que la fabricación sea también europea. Y aquí hay que hacer una aclaración: al grupo de la UE hay que incorporar a los estados europeos que no son miembros: básicamente el Reino Unido, Noruega, Islandia, pero también Ucrania (a partir de aquí los llamo UE+). Esta acción permitiría que Europa tuviera un sistema de defensa propio que estaría integrado en la OTAN. El hecho no es banal. Actualmente, el material con el que cuenta la OTAN es, principalmente, de origen norteamericano y esta estrategia significará un cambio radical en el aprovisionamiento de armamento.

    ¿Cómo se hará todo esto? La Comisión Europea se ha movido deprisa porque la seguridad del continente está en juego. Los planes son movilizar 800.000 millones de euros hasta 2030. Esto se decidió el 4 de marzo pasado. Para que se hagan una idea, esta cantidad significa el 50% del PIB español. O, si lo quieren de otra manera, tres veces el PIB catalán. Poca broma. Y, siguiendo en esta línea, hace una semana se creó el reglamento del SAFE (Security Action for Europe) que se envía por procedimiento de urgencia al Parlamento Europeo. Se trata de 150.000 millones de euros en préstamos a los que los miembros de la UE+ tendrán acceso.

     

    Los préstamos serán blandos, con un tipo de interés que estará por debajo de cualquier otro. El reglamento de utilización de este fondo es importantísimo, ya que fija que el material a comprar -si se quiere contar con estos préstamos- debe ser de fabricación europea y, para evitar trampas, los componentes de este material europeo deben ser, a la vez, de origen europeo en un 65% como mínimo. Por otra parte, el gasto en rearme (con un límite del 1,5% del PIB) no contará como déficit en cuanto al plan de estabilización y crecimiento que limita el déficit al 3%. Más cosas. Para poder adherirse a los préstamos las compras de material deben ser conjuntas. Se entiende por conjuntas el hecho de que las compras sean compartidas por, al menos, dos estados de la UE+.

    La realidad es que esta ingente cantidad de dinero significará un estímulo para la industria europea. No sólo desde el punto de vista de bienes fabricados sino en la investigación tecnológica.

    Conviene recordar, en este sentido, que muchos de los productos utilizados por el consumidor provienen de avances en la tecnología militar, por ejemplo el sistema estadounidense GPS. Por lo tanto, la buena noticia es que esta inyección de capital productivo es bienvenida. Especialmente en Catalunya, donde la industria manufacturera del automóvil se podría ver beneficiada, ya que este sector es candidato a evolucionar hacia la fabricación de armamento.

    Hasta aquí lo que podríamos denominar efectos positivos. Pero hay otros que, específicamente a nosotros, nos pueden perjudicar. De entrada, deberíamos eliminar las trabas administrativas que hacen que los proyectos en Catalunya no se puedan llevar a cabo. Y estas trabas van desde la licencia de instalación de un parque fotovoltaico, hasta la apertura de un supermercado. O el trazado de un ferrocarril. Debemos ser conscientes de que casi la mitad de las ayudas Next Generation Europe en Catalunya están en riesgo de perderse por la laxitud y el exceso de regulación de nuestras administraciones.

    En Catalunya la industria manufacturera del automóvil podría verse beneficiada, por la inyección de capital, ya que este sector es candidato a evolucionar hacia la fabricación de armamento

    Otra potencial mala noticia. Con el 2% del PIB en gasto militar quizás no sea suficiente. Todo parece indicar que se necesitará más. Y no será por un capricho del presidente Trump, sino porque el retraso que llevamos es escandaloso. Europa nunca ha sido consciente de que no pagaba su defensa. Y ahora nos tenemos que poner al día.

    Y la tercera es el endeudamiento español. A pesar de que la Comisión Europa acepte sobrepasar el límite del 3%, no parece aconsejable abusar de esta prerrogativa, ya que el endeudamiento español supera el 100% del PIB y los mercados financieros podrían aprovechar esta debilidad para atacar la deuda pública. Es cierto que otros países como Italia tienen una deuda mayor, pero sus deudores son mayoritariamente italianos. No es el caso español donde la deuda está en manos extranjeras en una gran proporción. Con todo esto, quiero significar que, al final, se tendrán que hacer ciertos recortes y tendremos que maldecir el exceso de populismo empleado en los pasados años. Pero esto -por qué, por ejemplo, se han eliminado los peajes de las autopistas- es motivo de otro artículo.