Economista, experto en estrategias de la agroalimentación

Mi abuela y la empresa agrorural, plurifuncional y plurisectorial

23 de Mayo de 2025
Francesc Reguant | VIA Empresa

Mi abuela era una gran contadora de historias. Ella, como gran lectora, era nuestro “google” de cuentos, fábulas, poesías y canciones. Recuerdo una de ellas en la que un sabio (siempre había un sabio que hacía el ridículo) estaba descansando cerca de un huerto, sentado y apoyado en el tronco de un roble, cuando evidenció el poco criterio de Dios al dotar a un fruto tan grande como la calabaza de un tronco incapaz de sostenerlo, obligando a aquel fruto a arrastrarse por el suelo. Extrañado, también pensó, que no era cosa lógica que un árbol tan grande y fuerte como el roble tuviera sólo unos frutos tan escuálidos. Mientras el sabio cavilaba, una bellota cayó sobre su cabeza. La naturaleza, con sorpresa, pero con mucha pedagogía y de la manera más sencilla, hizo comprender al sabio su poca visión práctica. Pobre sabio si en vez de una bellota le hubiera caído una calabaza.

 

El encaje entre pequeño y grande suele traer problemas de comprensión en muchos lugares y en diferentes circunstancias. Por ejemplo, buena parte de las reivindicaciones de los micropueblos de Catalunya han partido de esta problemática. Es decir, conseguir que las normas, las exigencias, las estructuras y los servicios se ajusten a su dimensión. Una escuela rural no tendrá clases de veinticinco alumnos de la misma edad y curso sino clases de diferentes niveles pero con una didáctica bien adaptada. Con un profesorado comprometido y efectivo ante una realidad diferente. El conjunto de servicios deberán adaptarse a la pequeña dimensión cuando la pequeña dimensión es la realidad a gestionar. Con esta finalidad está en trámite avanzado la Ley del Estatuto de Municipios Rurales de Catalunya que pretende dar respuesta a las disfunciones de la pequeña dimensión en los municipios con poca población en un mundo cada vez más tecnificado. Municipios, sin embargo, esenciales por criterios de equilibrio territorial y defensa de sus infraestructuras verdes.

"Las empresas agrorurales plurifuncionales han quedado fuera del diseño de normas adaptadas a su singularidad y pequeña, o no tan pequeña, dimensión"

Sin embargo, a pesar de los nuevos esfuerzos, las empresas agrorurales plurifuncionales han quedado fuera del diseño de normas adaptadas a su singularidad y pequeña, o no tan pequeña, dimensión. Por culpa de esta inadaptación jurídica los robles están produciendo calabazas burocráticas que caen sobre esforzados agricultores, destruyendo así empresas agrarias con todo el derecho, capacidad y necesidad de existir.

 

¿Qué es, sin embargo, la empresa agrorural plurifuncional? Las empresas agrarias, normalmente en entornos de dificultad (por ejemplo en zonas de montaña), han encontrado estrategias resilientes desde la plurifuncionalidad. Por un lado, abarcando nuevos eslabones de la cadena alimentaria. Por ejemplo, combinando agricultura y ganadería, transformando sus productos (en queso, por ejemplo) y realizando la comercialización directa al consumidor en mercados locales u otras vías de distribución.

Por otro lado, saliendo del sector agroalimentario y abriéndose a actividades de agro-turismo, servicios medioambientales y forestales. Finalmente, orientando la empresa con estrategias competitivas de calidad y valor añadido. Generalmente, estas empresas son gestionadas con un plus de imaginación y dedicación desde un entorno familiar más o menos amplio.

"La alternativa para superar esta dificultad suele ser partir la empresa en diferentes partes o, dicho de otro modo, creando varias empresas ficticias"

¿Dónde radica el problema? Que nadie ha pensado en ellas y se ven obligadas a actuar como múltiples empresas. Curiosamente, son las continuadoras de una forma de organización tradicional, pero los nuevos tiempos las desconocen. Por ejemplo, no se reconoce la dimensión económica del conjunto de la empresa a la hora de definir como agricultor activo. Al limitar los ingresos a una parte (agraria) que porcentualmente es más limitada, pueden tener dificultades para ser beneficiarios de ayudas de la PAC. La alternativa para superar esta dificultad suele ser partir la empresa en diferentes partes o, dicho de otro modo, creando varias empresas ficticias.

La segunda dificultad son los controles por separado según la actividad y/o sector empresarial de cada parte. Los controles son independientes cuando se habla de agricultura, cuando se habla de ganadería, cuando se habla de agroturismo, cuando se habla de comercio de proximidad, cuando se habla de gestiones medioambientales. Es cierto, son cosas diferentes, pero conllevan una burocracia en muchos casos repetitiva. “Se nos pide lo mismo por diferentes conceptos”, me explicaba una campesina preocupada. Los gestores de estas empresas agrarias se ven obligados a organizar muy bien su pensamiento porque les hace falta cambiar mentalmente de empresa varias veces al día. Ya sea atendiendo como ganaderos a un técnico veterinario, ya sea trabajando en el obrador fabricando quesos, o haciendo de vendedor a unos clientes en la finca o atendiendo a unos turistas que han llegado. Y por cada actividad, unos controles diferentes, como si fueran empresas diferentes.

No se trata de reducir la seguridad sanitaria del producto ni dejar de cumplir ninguna normativa. No, más bien se trata de adaptar la normativa a la realidad concreta de la empresa agrorural multifuncional, que es una estructura económica resiliente en áreas de dificultad. Diseñar las normas, los recursos y algunos servicios, atendiendo a la singularidad de estas empresas como conjunto, como unidad, les aportaría oxígeno y reduciría obstáculos burocráticos. Tengamos en cuenta que necesitamos que estas empresas estén, que ocupen el territorio, el cual necesitamos vivo. Facilitémosles las cosas.