Sigue sin tomarse la urgente decisión sobre la última posible ampliación del aeropuerto de Barcelona, garantizando así, la inevitable degradación de su nivel de servicio en los próximos años y, por tanto, la pérdida de oportunidades en el reto de disponer de más rutas de largo recorrido.
En determinados entornos políticos, se sirven del conocido y antiguo slogan “si yo lo gestionara cuántas cosas haría”, sin aportar nada en el debate aeroportuario, demostrando un desconocimiento de la importancia del aeropuerto para el país al que sirve. Otros, defienden posiciones partidistas y locales en contra del beneficio general, sin considerar que el aeropuerto es una pieza estratégica de país y no de pueblo o ciudad. Y existe, además, una sobrevaloración ecológica de un determinado humedal, cuando el reto importante es la mejora global del conjunto del Delta.
El tema de la gestión del territorio es un debate necesario, pero diferente del de la mejora de la operación aeroportuaria y no tiene que ser un freno para conseguir el objetivo principal: un aeropuerto con una adecuada operación aeroportuaria y atractiva para las compañías aéreas que nos facilite confeccionar “un traje a medida” que permita desarrollar todo su potencial.
"Centrémonos en lo urgente, que es la decisión de alargar la pista lado mar, que vendrá asociada con la ejecución de la terminal satélite"
Dejemos de perder el tiempo. Hablemos claro, el acuerdo de investidura entre el PSC y ERC el cual el Govern se ha comprometido a cumplir, contempla importantes avances en la participación del territorio en la toma de decisiones estratégicas del aeropuerto. La creación del Consell Rector Aeroportuari de Catalunya en lugar del Comité de Coordinación Aeroportuaria, hasta ahora muy ineficaz, y, sobre todo, la creación de la Autoridad Aeroportuaria de Catalunya para centralizar las competencias propias colocan a los aeropuertos “en el mapa de la Generalitat”, del que hasta ahora están ausentes. Centrémonos en lo urgente, que es la decisión de alargar la pista lado mar, que vendrá asociada con la ejecución de la terminal satélite.
El compromiso de neutralidad de Carbono en el 2050 es el gran reto de la aviación, y para ello, es clave la utilización del siguiente mix energético: SAF, energía eléctrica e hidrógeno. Las dos últimas energías requerirán modificaciones estructurales en el avión y cambios en las infraestructuras aeroportuarias por el peso de almacenamiento de energía (baterías) y en la utilización del Hidrógeno “la mejor solución desde el punto de vista medioambiental”, requerirá modificar la arquitectura del avión con los depósitos dentro del fuselaje, con lo que se incrementará el peso máximo (MTOW) y, por tanto, la distancia necesaria de despegue.
"El compromiso de neutralidad de Carbono en el 2050 es el gran reto de la aviación, y para ello, es clave la utilización del siguiente mix energético: SAF, energía eléctrica e hidrógeno"
Si nos quedamos cortos en la nueva longitud de pista que se apruebe como algunos proponen (300 m), retrasamos el problema y mantenemos la ineficacia operativa y demostramos un desconocimiento técnico del futuro del sector que obligará a mayores longitudes de pista en los despegues, básicamente con la utilización de hidrógeno con lo que no optimizamos nuestra capacidad futura.
El futuro del aeropuerto se decide hoy, no lo hipotequemos, seamos rigurosos desde el punto de vista técnico y sigamos las nuevas tendencias de la UE introduciendo dosis de pragmatismo en su agenda verde.