Presidente de la Cambra de Comerç de Sabadell

Una ley necesaria para fortalecer las cámaras y la economía del país

07 de Julio de 2025
Ramon Alberich | VIA Empresa

Con un retraso de diez años, la Proposició de Llei de Cambres de Catalunya ha entrado en el Parlament de Catalunya para su tramitación. Se trata de la adaptación de la normativa a la situación creada por las cámaras de todo el estado con la supresión en 2010 de las aportaciones obligatorias de las empresas para financiar las funciones públicas de las cámaras.

 

Esta nueva ley debe dotar de un marco jurídico estable y de una financiación institucional a estas corporaciones de derecho público, que tienen como finalidad la representación, promoción y defensa con carácter oficial de los intereses generales del comercio, la industria, los servicios y la navegación. Entidades, pues, dotadas de unas funciones públicas que, desde 2010, no disponen de financiación pública para su ejecución.

En cuanto a las funciones, esta nueva ley pone orden a las ya existentes y las complementa, consolidando la función consultiva que las cámaras ejercen desde su creación en 1886 y que permite que los intereses económicos de carácter general dispongan de unos instrumentos de representación cuando los poderes públicos elaboran nuevas normativas que no siempre los tienen en cuenta. Así se permite que las cámaras dispongan de los recursos para poder dedicarse a hacer propuestas de modificaciones legislativas, realizar estudios relacionados con la actividad económica, destinar profesionales a participar en órganos públicos y privados para ir tejiendo las alianzas necesarias para mejorar el desarrollo de la actividad económica y, en consecuencia, el progreso social y económico de Catalunya.

 

Y es para el desarrollo de estas funciones, entre otras, que la ley dota a las cámaras de una financiación pública, en una progresión creciente durante los próximos cuatro años hasta situarse en una cantidad razonable para el cumplimiento de las funciones públicas. Cabe decir que, para llevarlas a cabo, participan directamente las trece cámaras catalanas y el Consell General de Cambres de Catalunya, y, de forma altruista, más de quinientos representantes de empresas de todas dimensiones y sectores, elegidos democráticamente por la totalidad de las empresas y autónomos del país, todos ellos mayoritariamente en activo, que deben contar con el apoyo de un equipo de profesionales con conocimientos especializados en las diferentes materias.

En 2019, los presidentes y presidentas de las trece cámaras recibieron el encargo de la entonces consejera de Empresa de preparar una propuesta de redactado de la que debía ser la nueva Llei de Cambres de Catalunya. En aquel momento se creó un grupo redactor formado por presidentes y secretarios, coordinados por la Cambra de Sabadell.

"Confiamos en que, más pronto que tarde, esta ley vea la luz y que esto permita que las cámaras ayuden a impulsar como se merece la actividad económica catalana"

Es importante remarcar que, durante los años que se ha ido trabajando el texto de la propuesta de ley, se ha llegado a un amplio consenso en su redactado.

Fuera del arco parlamentario, se ha buscado desde el primer momento un consenso general, mostrado por las organizaciones empresariales más representativas y otras instituciones económicas relevantes de Catalunya.

Un consenso que se ha visto públicamente reflejado en el apoyo que el Grupo Parlamentario Socialista, Junts per Catalunya, Esquerra Republicana y el Partido Popular, que significan cerca del 90% de los diputados, dan a la iniciativa, presentándola conjuntamente. A todos ellos posiblemente se sumen parte del resto, ya que esta ley no supone ningún agravio a sus planteamientos políticos, pero habrá que seguir trabajando este consenso que se querría que fuera unánime.

La suma del consenso parlamentario y el consenso institucional debería permitir que el trámite parlamentario no supusiera cambios significativos respecto al texto inicial.

Confiamos en que, más pronto que tarde, esta ley vea la luz y que esto permita que las cámaras ayuden a impulsar como se merece la actividad económica catalana, en beneficio de todos y del país.