Hasta cinco generaciones conviven juntas en una organización, pero hay una, la última en incorporarse al mercado laboral, que está desafiando las estrategias tradicionales de los recursos humanos. Son los nacidos a partir del 1994, la Generación Z. Son creativos, directos, prácticos, odian las jerarquías, valoran un buen salario y necesitan plasmar su opinión en cada momento. Y son exigentes con la empresa; buscan, de hecho, que esta los represente, tanto en el propósito, como en los valores y la cultura del aprendizaje.
La Generación Z ha sido, de hecho, la protagonista de la jornada Generación Z Employer Branding organizada esta semana por la consultora Both. People & Comms, y su fundadora, Cristina Salvador, aportaba una descripción muy explícita: "Si a un miembro de la Generación Z le hablas de un plan de carrera de 10 años, sale corriendo". Los miembros de la Generación Z quieren sentirse libres y, por muy healthy que sea el brócoli, tampoco firmarán un contrato indefinido con esta verdura rica en vitaminas y minerales; o al menos así lo transmite Toni Galmés en su ilustración semanal.