Llegaron a Barcelona en 2021, en plena pandemia, con una apertura sonada en la calle Casanova, 209. Seis meses después, en plena época navideña, la popular cadena de pizzerías artesanales ha abierto un segundo establecimiento en la capital catalana, en el Passeig de Sant Joan número 25, en pleno Eixample. Grosso Napoletano es la única cadena de pizzería artesanal española en el top 10 de esta categoría según el ranking internacional anual 50 Top Pizza. Había muchos admiradores de la marca afilando el cortapizzas.
El proyecto, que tiene alma madrileña y nació en 2017 con el 100% de capital español, está liderado por dos jóvenes emprendedores: Hugo Rodríguez de Prada y Jorge Blas. Juntos han logrado posicionarse como líderes en su segmento gracias a una fórmula sencilla que ofrece una experiencia gastronómica de calidad, a un precio asequible y en un entorno funcional pero agradable: “La intención que tenemos es la de seguir creciendo y abrir nuevos locales en distintas localizaciones en España con los que logremos acercar la pizza napolitana a cada vez más personas”, comenta Rodríguez de Prada.
Rodríguez de Prada: “La intención es seguir creciendo y abrir nuevos locales en distintas localizaciones en España para acercar la pizza napolitana a cada vez más personas”
Modelaron su primer local en la madrileña calle Engracia, una plaza que sería la medida para las 12 pizzerias que el grupo tiene actualmente en la capital española (una dedicada a la comida 100% sin gluten, y una dedicado al delivery), las dos de Barcelona, la de Valencia y la de Zaragoza. En total, 16 restaurantes donde enarbolan como estandarte la pizza al estilo napoletano, esto es: borde alveolado (con una doble fermentación de al menos 48 horas), masa extremadamente fina en el centro cocida al horno de leña con ingredientes que van variando según estaciones y puntos de cocción distintos para cada producto. Todos (entre ellos, el canónico granna padano, el pecorino, los tomates San Marzano, el aceite de oliva virgen, la harina molida en molino de piedra o la mozzarella de búfala) se importan dos veces a la semana desde Italia.
En el nuevo local de Passeig Sant Joan, un imponente horno de piedra manda (es así en todos los emplazamientos), en un interior que sigue esa estética industrial neoyorkina que encontramos en muchos interiorismos. Cada mañana, los pizzaioli lo encienden puntualmente para llegar a la temperatura óptima de trabajo, que son 500 ºC. Es una figura importante para este tipo de establecimientos que se encargan de la formación de estos artesanos del arte en el amasado y trato de las masas, un oficio que fue declarado Patrimonio Intangible de la Humanidad de la UNESCO en 2017.
La nueva apertura, a pocos metros del Parc de la Ciutadella, viene a refrendar la apuesta del grupo por seguir el plan de expansión marcado por la cadena pizzera. “Significa nuestra consolidación en la capital catalana. También supone un paso más para avanzar en nuestro plan de expansión nacional que cogerá velocidad en 2022. Hemos reforzado con piezas claves el equipo de Grosso Napoletano y estamos trabajando muy intensamente en consolidar el modelo de cara a poder acercar la auténtica pizza napolitana a las principales ciudades de España”, cuenta Bruno González Calvo, Partner & Managing Director de Grosso Napoletano. “Son 150m2 de local con un aforo total de 82 personas. La plantilla, de momento son 12 personas que se suman a las 230 que ya tiene contratadas el grupo”.