Ser 'millennial' es una actitud

David Tomás, CEO de Cyberclick, detalla las dificultades de muchas empresas de gestionar el talento cuando conviven diferentes generaciones a partir de una historia con la cual muchos lectores se pueden sentir identificados

La convivència a la empresa de generaciones tan diferentes como los 'baby boomers' y los 'millennials' és un aspecto difícil de gestionar | iStock La convivència a la empresa de generaciones tan diferentes como los 'baby boomers' y los 'millennials' és un aspecto difícil de gestionar | iStock

Las dificultades de una redacción de un semanario económico en papel para digitalizarse y para entenderse entre todos los trabajadores de diferentes edades y generaciones es el hilo sobre el cual gira la historia de Diario de un Millennial (Empresa Activa, 2019). Un relato ambientado en el sector periodístico pero que se puede aplicar a todos los ámbitos del mundo empresarial. Compaginar las necesidades y las formas de trabajar de todos los empleados de una empresa no es tarea fácil. Y menos cuando ya conviven en una misma organización trabajadores baby boomers, de la generación X, millennials y también los primeros cenntenials. Ahora bien, ser millennial es una actitud.

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David Tomás, autor también de La empresa más feliz del mundo (Empresa Activa, 2015), publica un segundo relato sobre como superar la brecha generacional en las empresas. Y lo hace de una manera muy amena y entretenida, explicando una historia en la cual más de uno se puede sentir identificado.

Mateo es un joven millennial de 24 años que entra a trabajar en la redacción de un semanario económico con el objetivo de llevar la parte digital del medio. Pero al llegar al trabajo se encuentra con una estructura directiva muy jerárquica, donde todas las decisiones tienen que pasar por todos los jefes intermedios, y con unos directivos de la generación baby boom que no entienden las nuevas formas de trabajar y de pensar de los millennials.

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Con esta situación, el autor relata el día a día de este joven millennial y los problemas que se encuentra cuando no se entiende con sus compañeros de trabajo. A la vez que utiliza las redes sociales, una herramienta muy cotidiana por los millennials, para publicar sus reflexiones sobre cómo tendrían que ser los nuevos entornos de trabajo en forma de tuit:

  • "La comunicación abierta y sincera en una empresa lo es todo;
  • El reconocimiento al trabajo bien hecho es tan necesario como la crítica para mejorar lo que haga falta;
  • Una buena relación con el jefe tendría que ser una norma de toda empresa, no una excepción a la regla;
  • Postergar tu vocación por la seguridad de un trabajo o por el que sea, tarde o temprano te acaba pasando factura".


Todo esto para llegar a una conclusión final, también en forma de tuit: "Todos somos millennials, no se trata sólo de una generación sino de un cambio de mentalidad".

Objetivo siglo XXI: hacer feliz a todas las generaciones en el trabajo

La gestión del talento es uno de los grandes desafíos por las empresas hoy en día. Los millennials tienen una actitud diferente frente al mundo laboral y no se conforman con un trabajo estable, de ocho horas de oficina y vacaciones en verano. Quieren nuevos atributos, como flexibilidad horaria, teletrabajo o empresas con propósitos y valores. Unas características que a veces chocan con las prioridades de los CEOs actuales.

"El reconocimiento al trabajo bien hecho es tan necesario como la crítica para mejorar el que haga falta"

Ante esta situación, David Tomás, responsable de Cyberclick, considerada una de las mejores empresas para trabajar en España, reflexiona sobre aspectos clave de la cultura empresarial y apunta las claves para ayudar a los empresarios a desarrollar un liderazgo que tenga en cuenta todas las generaciones y sea capaz de satisfacer todas las necesidades de cada uno de sus empleados. "Un día me dijeron que para liderar tenía que ser menos empática y más ejecutiva. Diario de un Millennial me demuestra que este camino no es el correcto y que la empatía es uno de los mejores valores que se pueden practicar para tener un gran equipo", reflexiona la fundadora del Club de Malasmadres, Laura Baena. Y es que, al fin y al cabo, una empresa no es nada sin sus trabajadores.

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