Mientras en Catalunya se consigue el hito histórico de los 8 millones de habitantes, 367.367 catalanes viven fuera de nuestro país, sea por mejoras laborales, personales o por empezar una nueva aventura. Algunos de ellos vuelven al cabo de un tiempo, mientras que otros se establecen permanentemente y piden la doble nacionalidad si cabe. En esta ocasión, quien lidera el podio con más catalanes es Francia con 53.119 (27,7%), le sigue Reino Unido con 32.866 (17,1%), mientras Alemania, que completa la tarima, tiene cifras similares con la nación británica. En cuarta posición se encuentra Suiza y en quinta se puede encontrar Andorra. Ahora bien, ¿a qué se dedican profesionalmente los catalanes que viven en el extranjero? Un pequeño spoiler: mayor ampliación universitaria a través de doctorados, la apuesta por la ciencia y la salud, el ámbito financiero y algunos de ellos también han optado por el funcionariado, junto con el caso curioso de los fisioterapeutas en Francia. Sin olvidar tampoco, la apertura de filiales catalanas para internacionalizar nuestros productos en todo el mundo.
En primer lugar, estos datos recogidos por el Instituto Nacional de Estadística y ampliados por la Federación Internacional de Entidades Catalanas (FIEC) no incluyen a las personas que han adoptado la nacionalidad del país de acogida ni tampoco a las segundas o terceras generaciones de emigrantes catalanes, que suelen adoptar la nacionalidad del país de acogida. Y que, por tanto, la cifra podría incrementarse mucho más, sobre todo en las naciones europeas en las que existe libertad de movimiento y se cuenta con muchas facilidades para conseguir nuevas oportunidades laborales. Una emigración como fenómeno que ha existido desde hace décadas -algunas veces con la denominación de exilio fruto de la Guerra Civil- que ha visto el gran detonante con la crisis económica de 2008. De hecho, desde de la FIEC recuerdan que durante los últimos quince años se ha registrado un aumento de más de 223.365 catalanes que viven en el extranjero y se inscriben en los consulados, en los que se pasa de emigración temporal o de residencia no registrada en el consulado en emigración permanente de larga duración, a la consolidación familiar en el exterior.
Mientras Catalunya alcanza los 8 millones de habitantes, 367.367 catalanes viven fuera de nuestro país
“En mi caso fui a vivir al Reino Unido hace más de 21 años y debía ser un período temporal, pero gracias a un mercado laboral fruto de la meritocracia es fácil que te quedes mucho más” apunta Xavier Solano, politólogo y colaborador de VIA Empresa. "Una parte de los perfiles de la diáspora tienen que ver con catalanes que amplían su formación mediante los másteres y los doctorados y entonces tienen sus primeras experiencias laborales, hasta miembros seniors que disponen de trabajos muy bien calificados y remunerados", añade Solano .
Eso sí, pese a que una parte muy importante de la diáspora se encuentra en el Viejo Continente, quien acompaña a los países europeos con más catalanes en el mundo es Argentina, que cuenta con 32.000 catalanes, seguido de Estados Unidos con 25.359, y México, con 19.280. En cuanto a Asia hay 9.302 catalanes, de los que 1.526 en Israel, 1.259 en Pakistán, 1.218 en Emiratos Árabes Unidos, 998 en China, 851 en Filipinas, 764 en Japón y 500 en Singapur. En África destacan los 1.487 catalanes en Marruecos, 1.094 en Gambia y 687 en Senegal; mientras, en Australia viven 3.506 catalanes de los 3.912 que residen en Oceanía.
Aunque no existen cifras oficiales de las respectivas profesiones de los catalanes en cada país - ya que no se recoge en formato analítico en los consulados ni la Generalitat lo tiene detallado- sí hay aproximaciones fruto de los numerosos llamamientos y experiencias de numerosos profesionales. Por ejemplo, el propio Solano apunta que “es necesario que haya una política de estructura para aprovechar la diáspora catalana porque es de mucho valor añadido”.
Bienvenue en France
Si se analiza detalladamente los tres países con más catalanes -como Francia, Reino Unido y Alemania- el caso francés destaca por la combinación de una economía fuerte, gran patrimonio y cultura similar a la catalana. Mientras se impulsa la jornada de 37,5 horas, el horario laboral francés es de 35 horas semanales y el salario mínimo interprofesional es de unos 1.645 euros brutos al mes. Si cuentan con ayudas para el transporte público, con una ley de desconexión digital y se puede disponer de muchas clases gratuitas para aprender el francés organizado por asociaciones vecinales.
Una de las grandes curiosidades laborales es la numerosa presencia de fisioterapeutas catalanes que residen allí fruto de la elevada demanda y el buen salario, ya que hace años había reiteradas peticiones en las que incluso no se pedía buen nivel de francés. Es más, ofrecían cursos de este idioma y alojamientos para empezar a trabajar lo antes posible. También hay que apuntar profesiones como los investigadores de universidades, arquitectos, cocineros y algunas au-pairs, este último fenómeno similar en Reino Unido. Otro punto aparte es la vendimia en Francia, que es uno de los principales trabajos de temporada en este país y para el que miles de catalanes suben cada año.
La gran comunidad 'made in Catalonia' del Reino Unido
En el caso británico, la catalana Montserrat Valero, afincada hace más de siete años en Londres y que se dedica al ámbito del marketing, apunta que de la comunidad catalana que ha conocido a lo largo de los años, gran parte de ellos empezaron "con el estudio de un máster y se establecieron allí gracias a buenos contratos laborales". También destaca la apuesta de los doctorados, ciencias e investigación, marketing y finanzas focalizadas en el distrito de La City de Londres. Xavier Solano también coincide con Valero y añade una de las sorpresas que se ha llevado en las décadas que reside en el país y que tiene que ver con los numerosos catalanes que forman parte de la administración pública británica.
Otro punto interesante es que en los últimos años se ha reducido la frecuencia de catalanes que venían por aprender inglés una temporada mientras trabajaban en el sector de la restauración y el comercio, fruto de las restricciones del Brexit. "En estos momentos es muy complejo que una organización se encargue de todas las gestiones para conseguir un visado por un trabajador extranjero que se dedique a estos dos sectores en concreto", continúa Solano. De ahí que se haya establecido una amplia reducción de los trabajadores que buscan un año sabático para conocer a fondo un idioma.
Una de las sorpresas del Reino Unido es la presencia de numerosos catalanes que forman parte de la administración pública británica
Como curiosidad, hace décadas que las diversas comunidades catalanas que existen en el exterior se organizan para enseñar catalán a los más pequeños. En la Escola Catalana de Londres, por ejemplo, se dan clases los sábados para que los niños aprendan la lengua. Ahora, la Generalitat quiere regular estas enseñanzas y trabaja para que los alumnos en el exterior cursen un currículum oficial en lengua catalana del Departamento de Educación. El curso 2023-2024 se ha iniciado una prueba piloto en la Escola Catalana de Londres. Actualmente, en este centro se dan clases presenciales de catalán de dos horas y media a la semana para personas de entre 1 y 17 años. Hay 80 alumnos. Se prevé que, a lo largo del curso, también se incorpore al proyecto piloto la Catescola de Berlín, que da clases de hora y media los domingos para niños de entre 1 y 8 años.
La nueva migración de Alemania
Un trabajador catalán debe trabajar 20 meses para ganar lo mismo que un alemán en un año. Este ha sido uno de los titulares de los últimos meses para acercarse a un país que llama reiteradamente a los ingenieros catalanes desde hace décadas. Eso sí, existe una nueva migración de recién llegados que aterriza en el país germánico y que es diferente de las generaciones anteriores: jóvenes licenciados universitarios, que hablan inglés o alemán y que, a diferencia de los abuelos, desarrollan su carrera desde niveles medio- altos de las empresas: ingenieros, informáticos, arquitectos, programadores, sanitarios, soldadores, electricistas e incluso albañiles con mucha experiencia. Con tan sólo medio siglo, la migración catalana a Alemania ha cambiado. Los catalanes que salieron en los años sesenta cubrirían puestos de trabajo manuales o de peones en la construcción o en las industrias alemanas: Bayer, Volkswagen, BMW… No tenían siquiera una formación básica, y mucho menos, idiomática.
Bonustrack: el papel de las filiales catalanas
Una radiografía de la diáspora catalana que no podría entenderse sin el papel de las filiales catalanas. Según datos de Acció facilitados a VIA Empresa, en Francia existen más de 505 filiales catalanes, mayoritariamente de las infraestructuras y la construcción (11,1%), seguidas de la maquinaria y bienes de equipo (10,7%) y con la alimentación como tercera pata (8,5%). En el caso de Alemania (338) es muy similar al francés aunque existe un aumento de la consultoría y servicios empresariales. Ahora bien, Reino Unido es la que presenta más diferencias con el resto. Las empresas catalanas han abierto 396 filiales en la isla británica especializadas en TIC y digitalización de la industria, además de consultoría y servicios empresariales. Por último, entre los tentáculos de la empresa catalana de todo el mundo destaca FCC, Grífols, Fluidra, Grupo Hotusa y COMSA, que encabezan el ranking de las empresas catalanas con más filiales en el extranjero. Y con ellos, parte del mejor talento del país para expandirse e internacionalizarse aún más.