Durante el 2022, el Banco de España atendió 34.146 reclamaciones. Esta cifra alcanza casi los mismos niveles del año anterior (34.330). La mayor parte de los conflictos gestionados por el organismo supervisor tuvieron que ver con las tarjetas, cuentas corrientes y préstamos hipotecarios. Así, una tercera parte estaban relacionadas con pagos a través de tarjeta o transferencias fraudulentas y en casi la mitad de los casos el Banco de España no pudo resolver el fondo del conflicto al considerar que son los tribunales quienes deben pronunciarse sobre ellos por la intervención de terceros.
Por lo que respecta al resto de casos, el órgano supervisor afirma que en cerca del 70% de los casos en los que se ha tenido que pronunciar sobre la conducta de una entidad hacia su cliente, la resolución ha sido favorable a este último, incluyendo los casos en los que finalmente se ha alcanzado un acuerdo entre las partes en las fases preliminares. Aunque el número conjunto de reclamaciones se mantuvo estable en los dos últimos años, sí se observa un incremento destacado en comparación con 2020, cuando fueron 21.320, y en 2019, con 14.638. En cuanto a las consultas, se atendieron un total de 50.567, lo que representa un incremento del 3,3% respecto al año anterior. En total, se recibieron 8.067 consultas escritas, un 19,54% más que en 2021, mientras que la cifra de las telefónicas es muy similar, 42.500 el año pasado y 42.207 la anterior.
En ambos casos se sitúa en los máximos de los últimos cinco años. En total, en 2021 se recibieron 48.955 consultas; en 2020 fueron 46.884 y en 2019 fueron fuerzas menos, hasta las 30.462. En otro orden, a principios de verano, el informe de situación financiera del Banco de España detalló cómo, durante 2022, el 9% de las familias no pudieron hacer frente a los gastos esenciales con su renta bruta total. Según el organismo supervisor, las razones que han conducido a dicho escenario son el encarecimiento de la cesta de la compra, la inflación y el aumento de los tipos de interés.
La documentación oficial recomienda, ante el actual contexto inflacionista, que las autoridades impulsen medidas económicas para ayudar a todos los colectivos vulnerables. El aumento del coste de financiación ha hecho contraer la demanda de créditos en los hogares en los últimos meses, que ya comenzó en el tramo final de 2022 y se ha acentuado durante los tres primeros meses de este año, con especial incidencia en los préstamos destinados a la adquisición de la vivienda. Según los bancos, la evolución sería consecuencia del aumento de tipos de interés y un descenso de la confianza de los consumidores. De cara al segundo trimestre, los bancos anticipan una caída adicional en las solicitudes de crédito en los hogares.