Por fin compran el Chelsea: se va Abramovich, llega un magnate yanqui

El Chelsea es, por encima de todo, una máquina de perder pasta

EuropaPress 4314856 filed 29 may 2019 azerbaijan baku chelsea owner roman abramovich sits in EuropaPress 4314856 filed 29 may 2019 azerbaijan baku chelsea owner roman abramovich sits in

Después de algunos años con el letrero en venta, la invasión de Ucrania por parte del ejército ruso ha propiciado que se cierre finalmente una operación de compraventa que concierne al Chelsea FC. Quien hasta estos días era el propietario, el ruso con pasaporte israelí Roman Abramovich, ha decidido borrarse de la ecuación en vista de los problemas que podía comportar a su club las sanciones de la Unión Europea a los patrimonios rusos. Desde el momento en que se supo que la decisión del oligarca de la orilla del Volga se precipitaría por la situación política, las propuestas firmes de compra empezaron a surgir. A pesar de que el proceso de selección de ofertas se ha llevado con mucha confidencialidad por parte de la firma Raine Group, poco a poco se han ido a sabiendas de quién eran los contendientes. El pool final de cinco candidatos estaba formado por Martin Broughton (expresidente del Liverpool FC y British Airways, y que contaba con el apoyo financiero de Lewis Hamilton y de Serena Williams), la familia Ricketts (propietarios de los Chicago Cubos de béisbol), el tándem Stephen Pagliuca- Larry Tanenbaum (Boston Celtics de baloncesto y Toronto Maple Leafs de hockey hielo), Sir Jim Ratcliffe (probablemente el hombre más rico del Reino Unido y propietario de la multinacional de plásticos Ineos) y Todd Boehly (Los Ángulos Dodgers de béisbol). Los Ricketts partían con cierta desventaja porque el principal lobby de seguidores del club azul, el Chelsea Supporters' Trust, los vetó al considerarlos islamófobos, un gesto que no deja de ser simbólico dado que esta asociación no tiene ningún poder de control sobre el club. No obstante esta polémica, en el otro lado del Atlántico, el principal ejecutivo del consejo de relaciones con el mundo islámico, Ahmed Rehab, defendió a la familia de las acusaciones, negando la ideología que se los atribuía. En otro orden de cosas, una de las condiciones que se pedía a los ofertantes era la inyección de 1.000 millones de libras (unos 1.200 millones euros) en el club que servirían básicamente para hacer un estadio nuevo y para reforzar el equipo.

Sea como fuere, se acaba de resolver la subasta y el ganador ha sido Todd Boehly, con su oferta descomunal de 4.000 millones de libras esterlinas, que son unos 4.700 millones de euros. Si comparamos lo que pagó Abramovich por la adquisición del club en 2003 (unos 140 millones de libras) con lo que recibirá ahora del nuevo propietario (4.000 millones de libras) podría parecer que la oligarca ruso ha hecho el negocio del siglo, pero esto no es así ni mucho menos, porque la principal pretensión del ruso era recuperar la inversión que durante todos estos años ha hecho al club londinense y que se elevaba ya hasta los 1.500 millones de libras. Además, nunca ha conseguido sacar rentabilidad financiera a la inversión, que casi siempre le ha dado pérdidas. La idea inicial de Abramovich era saldar la deuda que el club mantenía con él y destinar todo el dinero excedente a alimentar una fundación para las víctimas de la guerra de Ucrania. Probablemente la cifra de los 4.000 millones ha superado sus expectativas. De hecho, las valoraciones orientativas con que se trabajaba antes no se cerrara la transacción otorgaban lo Chelsea un valor bastante inferior; mientras Forbes lo situaba a en 2.400 millones de libras, la consultora KPMG alrededor de los 1.600 millones y el modelo multivariante de Tom Markham lo dejaba un poco por debajo de los 1.400. Hay que recordar que el abril del 2021, Forbes valoró el Barça en 4.760 millones de dólares (unos 3.500 millones de libras en aquel momento), situándolo el número 1 del mundo.

Haciendo un repaso de la trayectoria de la oligarca ruso al frente del club londinense, en los diecinueve ejercicios bajo su titularidad, solo en cinco ha dado beneficios, mientras que en los otros catorce ha generado cuantiosas pérdidas, destacando la última temporada con unas pérdidas de 156 millones de libras. En total, más de 800 millones de libras escolades por un pozo casi sin fondo (en realidad, el dinero quemado serían 1.400 millones descontando los beneficios de vender jugadores). En cuanto al capítulo deportivo, ha conseguido cinco títulos ligueros y dos copas de Europa. Es el club de fútbol más endeudado del mundo (incluso más que el Barça, que ya es decir), con unos pasivos de 1.500 millones de libras, que se corresponden a los préstamos que le ha ido lanzando el oligarca a la entidad (eso sí, a interés cero). Pero el comprador se lo quedará sin deuda porque, como decíamos, parte del dinero de la venta irá a saldar todos estos pasivos.

A partir de ahora resultará muy interesante saber qué planes tienen para el Chelsea FC y si están dispuestos a seguir perdiendo dinero de manera sistemática

Desconocemos las intenciones de Boehly y el resto de financiadores de la compraventa, pero resulta difícil entenderlo como un negocio convencional donde la aspiración es ganar dinero, y es que el Chelsea es, por encima de todo, una máquina de perderlo. Como hemos indicado muy de pasada cuando hemos presentado los candidatos, el norteamericano Todd Boehly es conocido sobre todo para ser el propietario del 20% del capital de uno de los equipos históricos del béisbol de los Estados Unidos, los Los Angeles Dodgers (club fundado el 1883 y siete veces ganadores de la Serie Mundial, el título más importante del mundo). A parte, también es propietario de una cuarta parte de los Los Angeles Lakers, de baloncesto, y de una parte significativa de los Los Angeles Sparks, de baloncesto femenino.

La mayor parte de las inversiones las canaliza a través de la firma Eldridge Industries, que fundó en 2015 después de acumular experiencia y activos en Credit Suisse First Boston (banca de inversión) y Guggenheim Partners (gestor y asesor global de activos), donde trabajó desde el 1991. Poco después de que publicáramos el artículo sobre los derechos de autor de la música como inversión, se supo que una firma financiera de Connecticut había adquirido el catálogo de Bruce Springsteen; se trataba precisamente del Eldridge Industries de Boehly. Así lo avanzaba VIA Empresa en la red social Twitter:

Pero el financiero no está solo en la operación, sino que lidera un consorcio donde hay más protagonistas relevantes. Uno de ellos es la firma californiana Clearlake Capital, fundada en 2006 por José E. Feliciano (puertorriqueño con pasado en Goldman Sachs) y Behdad Eghbali (formado en la firma financiera Texas Pacific Group) y que hoy en día gestiona una cartera de 72.000 millones de dólares. En el equipo de Boehly también figuran el multimillonario suizo Hansjorg Wyss (propietario de la multinacional de maquinaria médica Synthes Holding AG) y el inversor inmobiliario inglés Jonathan Goldstein (fundador de Cain International y reconocido seguidor del Tottenham), que gestiona activos por un valor de 10.800 millones de dólares.

A partir de ahora resultará muy interesante saber qué planes tienen para el Chelsea FC y si están dispuestos a seguir perdiendo dinero de manera sistemática, una opción que no parece factible tratándose los nuevos propietarios de inversores profesionales.

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