A comienzos de este año supimos que era inminente el cierre de uno de los cines más históricos de la capital catalana, ubicado desde 1960 en un lugar de privilegio como es la confluencia del Passeig de Gràcia con la Gran Via, dos de las principales arterias de la capital catalana. Se trata del Comedia, emblema de toda una época y que ahora estaba en manos de la cadena Yelmo. Precisamente esta enseña con origen en Madrid es de las que más salas controlaba en Barcelona y cercanías, con ubicaciones en los centros comerciales de la Villa Olímpica (Yelmo Icaria, cerrado el año pasado después de casi tres décadas de actividad), Baricentro (más de diez salas, todavía en funcionamiento) y La Maquinista (traspasado desde Cinesa en el 2023).
Esta empresa, Yelmo, nació el 1981 de la mano de Ricardo Évole (ninguna relación con el humorista) y poco a poco se fue extendiendo desde Madrid. En 2015 fue adquirida por Cinépolis, una multinacional mexicana, pero Évole continúa siendo el máximo ejecutivo. En aquel momento, Yelmo disponía de más de 400 salas de cine, una décima parte de las que acumulaba su comprador. La facturación -en territorio español- se va hasta los 100 millones de euros, con unos beneficios de más de dos millones.
Otra de las cadenas que dominan el mercado catalán es la histórica Cinesa (Compañía de Iniciativas y Espectáculos, SA), fundada en Barcelona en 1944. Hoy en día explotan las pantallas del complejo de Diagonal (antiguo Piscinas y Deportas), el de Diagonal Mar y el SOM Multiespai, un centro comercial antiguamente llamado Heron City y que la sabiduría popular bautizó como "Heroin City", por el tipo de público que se reunía en los momentos de máxima decadencia de la instalación.
En las cercanías de Barcelona también tienen presencia en los centros comerciales Barnasud (Gavà), La Farga (l'Hospitalet) y Parc Vallès (Terrassa). El máximo ejecutivo de la firma es Ramon Biarnés que, de hecho, es el director de las divisiones norte y sur de Europa de la compañía matriz, la multinacional Odeon Cinemas Group (la principal empresa del sector en Europa), que a su vez pertenece al gigante norteamericano AMC, que la adquirió en 2016, creando así el primer grupo del mundo en este sector. Su facturación bajo la marca Cinesa se enfila ligeramente por encima de los 100 millones de euros, mientras en 2022 registró unas abundantes pérdidas superiores a los 25 millones, una cifra parecida a las del ejercicio anterior y que, contando desde la pandemia, totaliza unas pérdidas acumuladas de unos 100 millones de euros.
Los Balañá han construido un imperio que hoy en día gestiona un buen puñado de pantallas, ahora bajo la marca Mooby
Por supuesto, cuando se habla de espectáculos en la Ciudad Condal, es obligado hacer mención a los Balañá, una estirpe que empezó en el negocio a principios del siglo XX, a través de Pere Balañá Espinós. Han gestionado plazas de toros (Barceloneta, Arenas y Monumental), teatros y, por supuesto, cines. Su primera sala fue la que se instaló en la Avinguda de la Llum, aquellas extrañas galerías comerciales que Jaume Sabaté Quixal construyó bajo tierra después de la Guerra Civil.
Con el paso de las décadas, la avenida subterránea fue perdiendo su glamour inicial hasta llegar a convertirse en un lugar sórdido a finales de los ochenta (entre otras cosas, el cine se convirtió en una sala X). A partir de aquel primer cine, los Balañá han construido un imperio que hoy en día gestiona un buen puñado de pantallas, ahora bajo la marca Mooby (nombre esternado el año pasado). Solamente en la ciudad de Barcelona explotan los centros comerciales de Las Arenas (antigua plaza de toros gestionada por ellos) y Glòries, los cines Aribau, Balmes, Bosque y el complejo Gran Sarriá.
A pesar de la fuerte implantación de la marca, las cifras que mueven están a cierta distancia de las que ofrecen las multinacionales que acabamos de ver. Las caras visibles del holding familiar son los hermanos María José y Pedro Balañá Mombrú. Finalmente, conviene recordar al grupo Verdi, nacido en la calle homónima de Gràcia de la mano de Enric Pérez Font (1983). En el año 2015 adquirió la propiedad de la distribuidora A Contracorriente Films, de Adolfo Blanco.
En 2021, quien vio modificado su accionariado fue precisamente esta distribuidora, dado que vendió el 40% de sus acciones a Suma Capital, un fondo de inversión de capital riesgo liderado por Enrique Tombas y que tiene la sede en Barcelona. Casi ciento treinta años después de la llegada del cine a Catalunya, y habiendo superado innumerables crisis, este pasatiempo continúa encontrando su lugar en los tiempos actuales, gracias a su capacidad de adaptarse constantemente a las nuevas realidades y formas de divertirse de las personas.