Las dietas milagro son recomendables?

Las dietas milagro no son buenas por nuestro organismo, e incluso, pueden llegar a ser perjudiciales para la salud

Las dietas detox o de zumos no sonidón saludables | iStock Las dietas detox o de zumos no sonidón saludables | iStock

Fijémonos en el término utilizado "dietas milagro". De estas palabras se desprenden básicamente 2 conceptos: que es imposible realizarlas y mantenerlas. El Colegio de Nutricionistas de Cataluña y la Asociación Española de Dietistas Nutricionistas, destacan las siguientes características en referencia a las dietas milagro:

  • Generan falsas expectativas: resultados inmediatos, sin esfuerzo y permanentes.
  • Dividen los alimentos en buenos y malos, permitidos y prohibidos.
  • Son dietas restrictivas, por tanto, pueden aportar un desequilibrio nutricional.
  • Aseguran una pérdida de peso rápida, pero que realmente es difícil de mantener.

En definitiva, siguiendo lo dicho, vemos que las dietas milagro no son buenas para nuestro organismo, y que incluso, pueden llegar a ser perjudiciales para la salud.

¿Por qué no es recomendable perder mucho peso en muy poco tiempo?

Las dietas milagro, como se ha dicho previamente, son restrictivas y requieren cambios en la dieta muy exigentes que suponen un gran esfuerzo para el paciente. De modo que, éste no se adhiere a la dieta, no la sigue de forma constante y, en consecuencia, la acaba dejando drásticamente, lo que puede provocar un efecto rebote significativo.

El efecto rebote es un fenómeno que se desarrolla después de una gran pérdida de peso y que consiste en recuperar el peso perdido o incluso aumentarlo. La recuperación se debe a varios factores. Primeramente, se genera debido a un cambio en el metabolismo del paciente que durante la etapa de la dieta ha hecho una adaptación y, por tanto, se ha ralentizado. En el momento que el paciente vuelve a ingerir la misma cantidad y calidad de alimentos que tomaba previamente a la dieta milagro, el cuerpo no es capaz de metabolizar tanta cantidad, debido a la ralentización sufrida, dejando como reserva lo que no ha sido capaz de metabolizar; volviendo a ganar peso en consecuencia.

Por otra parte, también hay un cambio en el funcionamiento de la Leptina. La Leptina es una hormona que, entre otras funciones, se encarga de regular la saciedad del paciente. En el momento que hay una baja ingesta durante un tiempo prolongado, la producción de la hormona se reduce. De este modo, cuando la ingesta vuelve a ser el habitual, no hay una buena regulación de la saciedad. El paciente tarda más en sentirse saciado y, por tanto, come más. Como consecuencia hay un aumento de peso.

Estas dietas que en poco tiempo hacen una disminución considerable de peso, como por ejemplo las dietas "detox", no pueden ser sostenidas en el tiempo ni por saciedad ni nutricionalmente, ya que son deficitarias en muchos aspectos.

Dietas detox o depurativas a base de zumos y batidos son efectivas y buenas para la salud?

Los jugos depurativos o zumos "detox" consisten en una alimentación basada en zumos de frutas y verduras, entre muchas variantes. Tienen un elevado contenido de vitamina C y aportan una buena hidratación gracias a la gran cantidad de líquidos extraídos de las frutas. Sin embargo, el aporte nutricional es insuficiente, ya que no se cubren los requerimientos de hidratos de carbono, grasas y proteínas, ni tampoco de vitaminas y minerales necesarios para un buen funcionamiento del metabolismo. Este tipo de dietas no sólo son a base de zumos de frutas y verduras, sino que hay quien lo complementa o bien se basa en suplementos alimenticio

¿Cómo perder peso de forma saludable?

Vivimos en una sociedad en la que, por un lado, hay un elevado consumo de alimentos ultra procesados ​​y por otro, hay un manejo muy grande de dietas "detox". Ninguna de las dos opciones es saludables ni buenas para un buen funcionamiento de nuestro organismo, ya que aumentan la probabilidad de sufrir enfermedades no transmisibles, como pueden ser enfermedades cardiovasculares, Diabetes Mellitus Tipo II, cáncer o enfermedades digestivas y estados de disbiosis intestinal (desequilibrio en la microbiota de nuestro tracto digestivo).

La forma adecuada de perder peso de forma saludable es consultar con un nutricionista-dietista. Sin embargo, de manera general se puede decir que para perder peso el primer paso es eliminar los hábitos alimentarios erróneos, como pueden ser el elevado consumo de fritos, bollería, bebidas azucaradas, alimentos ultra procesados ​​... y el bajo consumo de frutas y verduras. También se debe tener en cuenta que las raciones que se toman de manera habitual son muy superiores a las que deberían ser, este también es uno de los malos hábitos que nos llevan a ganar y tener desequilibrios en el organismo. Una vez estos malos hábitos se hayan eliminado se puede empezar a llevar una alimentación saludable, equilibrada y de calidad.

Se define alimentación saludable como aquella que contiene todos los nutrientes en cantidades suficientes y de buena calidad para cubrir las exigencias y mantener el equilibrio del organismo, de acuerdo a nuestra edad y circunstancia vital. No se ha de querer perder peso de una manera muy rápida, ya que como se ha dicho previamente, no es bueno para nuestro organismo ni se conseguirán los objetivos propuestos. Estos deben ser realistas y posibles, para poder hacer una buena adhesión a la dieta y poder lograr los objetivos y llegar a llevar una dieta correcta, es decir, saludable, por un largo tiempo.

Consejos para mantener la pérdida de peso de forma prolongada.

Para mantener el peso conseguido debe haber una adherencia a la dieta saludable y hay que mantener los hábitos que nos han llevado a perder el peso y que son positivos para nuestro organismo. Algunos de los consejos para mantener la pérdida de peso serían:

  • Realización regular de actividad física (mínimo 30 minutos al día).
  • Comida de manera variada y cuanto menos procesada mejor.
  • El agua como bebida de base de la dieta. Consumir unos 1,5L de agua al día.
  • Utilizar aceite de oliva y eliminar o reducir los aceites de girasol, palma, coco ... así como evitar los fritos.
  • Moderar el consumo de carnes rojas (ternera, cordero, cerdo (menos el lomo), toro...). Consumir 1 vez a la semana como máximo.
  • Aumentar el consumo de pescado (blanco y azul) a unas 3-4 raciones a la semana.
  • Optar por ensaladas y / o verduras como guarnición en lugar de patatas fritas.
  • Elegir postres a base de frutas y de lácteos desnatados.
  • Vigilar las raciones de comidas y procurar que las verduras ocupen la mayor parte del plato combinándolo con proteína y lípidos.
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