El número de empresas catalanas que consideran "urgente" evolucionar hacia un modelo económico "circular" ha disminuido doce puntos en los últimos dos años. Según una encuesta elaborada por el Govern, las patronales Pimec y Foment y el Colegio de Economistas de Catalunya, el número de compañías que consideran prioritario este asunto ha pasado del 72 al 60% desde 2020. Tal y como apunta la segunda edición del Barómetro de economía circular de la empresa catalana, las restricciones energéticas y el déficit de recursos ha derivado hacia un escenario de "grandes incertidumbres para las empresas" que repercuten también en la transición ecológica.
La encuesta también expone que la economía circular tiene cierta influencia en la definición de la estrategia de la empresa en un 45% de los casos. Esa influencia llega a ser "fuerte" en otro 38% de las 200 empresas encuestadas. Sin embargo, un 16% de las empresas considera que la economía circular no tiene "ninguna influencia" en el momento de definir su estrategia.
El peso del interés por la circularidad es disparo según el tamaño. Así, el 50% de las empresas grandes considera que la influencia es considerable, mientras que la proporción desciende al 33% en el caso de las empresas más pequeñas. Un elemento revelador son los motivos del sector privado para realizar la transición hacia la economía circular. Si bien hoy la mayoría apunta a la reducción de los riesgos ambientales, la dependencia de materiales y el ahorro, en 2020 pesaban más elementos como la reputación corporativa.
"Aunque el porcentaje de empresas que afirman haber realizado inversiones para la implantación de la economía circular en los últimos años ha disminuido en relación con los resultados del año 2020, sigue habiendo una gran convicción de que, para ir hacia la economía circular, es necesario realizar inversiones", resume el estudio.